Este Búho asiste al 19 aniversario de Trome con sentimientos encontrados. La nostalgia se mezcla con la cruda realidad. Considero que la proliferación del ‘teletrabajo’ en las redacciones, debido a la pandemia del coronavirus, le quita esencia al periodismo. Esa forma de laborar puede ser útil en ministerios burocráticos, trabajos de oficina y ventas de seguros, pero no sirve para hacer buenos productos periodísticos. Un buen diario tiene alma, palpita, y el verdadero hábitat del hombre de prensa es la calle. Y no lo dice este columnista, sino el maestro Gabriel García Márquez. ‘El máximo nivel del periodismo es el reportaje. Es decir, el reportero que sale a la calle, toma directamente sus materiales informativos y los elabora’. Cuando me entero de que personas que nunca han ejercido el periodismo pontifican sobre ‘lo necesario del teletrabajo’ pienso en las palabras del maestro Tom Wolfe, el llamado ‘Padre del nuevo periodismo’. Cuando le preguntaron su opinión del por qué estaban bajando las circulaciones de los grandes periódicos norteamericanos y muchos estaban al borde de la quiebra, dijo: ‘Los diarios pierden dinero porque sus periodistas no pisan la calle. Se quedan en la mesa, calentando el asiento, haciendo de ‘buenos chicos’ y cumpliendo mandados de sus jefes'. Este columnista tiene más de treinta años en el oficio.
He visto de todo y trabajado en muchas publicaciones que yacen en el ‘cementerio de papel’. En diarios que solo tuvieron ¡un mes de circulación! Cada cierre de un medio significa un terrible dolor para un hombre de prensa, peor aún si es joven. Porque pones todas tus ilusiones en ese nuevo proyecto, sin saber que la realidad y el mercado sabían de antemano, muchas veces, que esos medios estaban irremediablemente condenados a la desaparición prematura, bien barnizada con la mentira piadosa de sus promotores, quienes nos decían que ‘solo es una reestructuración temporal’. Hasta laboré en un diario que ¡¡nunca salió!! Nos pagaron dos meses puntualitos haciendo pruebas y un día nos dijeron que ya no vayamos, que ‘nos iban a llamar’.
Sin embargo, lo que ha traído esta pandemia a las empresas periodísticas es incomparable a todo, ni al ‘fujishock’ de Alberto Fujimori. Nunca imaginé vivir una situación así. Por eso es que no podemos ‘celebrar’ como quisiéramos este nuevo aniversario, porque el virus está destruyendo la economía del país y llevándose al más allá a miles de compatriotas. Somos conscientes de que los periodistas escogimos un oficio al que ‘Gabo’ calificaba de ‘incomprensible y voraz’. Habría que agregarle también el de injusto. Pero el colombiano nos daba una explicación a este masoquismo que llevamos dentro: ‘el periodismo es una pasión insaciable (...) nadie que no lo haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia (...) nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir solo para eso podría persistir’. Nosotros persistimos y persistiremos pese a todo. Nos debemos a nuestros lectores y debemos, ante todo, sacar lecciones de lo que nos deja el presente y, especialmente, pensando en el futuro. Claro que se reforzará la plataforma digital, pero a la vez se nos abren nuevos retos en nuestro diario de papel, privilegiando los contenidos informativos especiales, crónicas, deportes y entretenimiento. La premisa será ‘calidad’ antes que cantidad y estamos seguros de que vamos a superar esta crisis.
Hoy apagaremos las velitas con sobriedad. No solo los que han agarrado los remos y continúan remando este entrañable buque que es Trome, de la mano del director Carlos Espinoza Olcay, también recordaremos a todos los que desde aquel remoto 20 de junio del 2001 trabajaron en las distintas áreas de la empresa en alguna etapa, los que se pusieron la camiseta del diario y sacrificaron noches y madrugadas enteras. Y por supuesto a ustedes, nuestros fieles lectores, que hasta en los más duros tiempos de ‘cuarentena’ llegaron hasta su quiosco en busca de su diario favorito.
Por ustedes Trome sigue siendo, de lejos, el diario de mayor circulación en todo el Perú. El coronavirus no podrá con el ‘diario del pueblo’. Los lectores estuvieron con nosotros en las buenas, en las malas y en las que vendrán, que estoy seguro serán mejores. El periodismo sobrevivirá en las diferentes plataformas, basado en su talento humano. Gracias por eso, de todo corazón. Apago el televisor.