
Este Búho siempre ha sido crítico con Dina Boluarte, pero la presidenta no deja de tener razón cuando llama ‘países fallidos’ a Cuba y Venezuela tras varios años de socialismo corrupto y empobrecedor. En el mismo saco metió a Bolivia, pero tal vez pudo evitar mencionarlo porque pese al daño causado por Evo Morales y todos los gravísimos problemas económicos y sociales que atraviesa, aún no está en el nivel paupérrimo de los dos primeros señalados y tampoco padece una dictadura. Lo que viven los cubanos es una pesadilla, pues debido a la falta de combustible sufren constantes apagones que pueden durar días. La isla no tiene divisas para solucionar esta grave crisis que afecta a millones de personas. Encima, siguen sufriendo desde hace años una severa escasez de alimentos, medicinas y otros productos y servicios básicos, con durísimas restricciones para la población. Pero los que gobiernan sí se dan la gran vida. Los jerarcas izquierdistas sí comen buena carne, toman whisky importado y fuman puros. Tampoco hay internet o es muy limitada y cara. Cuando los desesperados cubanos salen a protestar a las calles de manera pacífica son reprimidos de diferentes maneras, con una variedad de torturas incluidas, y hasta son condenados a 25 años de prisión si se les acusa de sedición. Varios miles de cubanos han huido como pudieron, y muchos más lo seguirán haciendo, de la dictadura castrista, hoy encarnada en Miguel Díaz-Canel. El castrismo en Cuba se acerca peligrosamente a los 70 años, pero muchos peruanos de Perú Libre o Juntos por el Perú se niegan a calificarla de dictadura.
Algo muy parecido ocurre en Venezuela, donde el chavismo tiene 26 años ininterrumpidos en el poder. De ser una de las naciones más prósperas de América, con las más grandes reservas probadas de petróleo a nivel mundial, pasó a padecer una de las más terribles crisis económicas, políticas y humanitarias del planeta, con unos ocho millones de venezolanos que migraron a diferentes países, escapando del hambre, la miseria, la falta de medicinas, de la violencia del gobierno de Nicolás Maduro y de la delincuencia. En el Perú hay más de un millón y medio de venezolanos, con lo que somos el segundo país que alberga a la mayor cantidad de migrantes llaneros en todo el planeta. Solo nos supera Colombia, donde hay cerca de tres millones de venezolanos. Lo que ocurre en Bolivia no se ve en cualquier país ‘normal’. En el Altiplano en este momento hay enormes colas en los grifos con miles de vehículos esperando, muchas veces durante días, para comprar gasolina, que cada vez hay menos. No hay alimentos ni medicinas y los angustiados bolivianos ya no saben qué hacer. Se ha advertido que esta situación puede empujar, en un futuro próximo, a cientos de miles de bolivianos a huir a nuestro país. Pero no se puede decir que en Bolivia hay dictadura, como sí la hay en Cuba, Venezuela o Nicaragua, otro país de corte socialista y profundamente corrupto, con Daniel Ortega en el poder desde el 2007. Todo esto no nos debe poner a los peruanos una venda en los ojos. El gobierno de Boluarte es un desastre, pues, pese a vivir en democracia, sigue aumentando el número de niños anémicos. Eso es imperdonable y escandaloso. También lo es que haya cerca de 10 millones de pobres. La presidenta podrá criticar a otros países, pero debe comenzar a concentrarse en solucionar los problemas del Perú. Que no mire tanto la paja en el ojo ajeno, sin fijarse en el tronco que tiene en el suyo. No ha sido capaz de atraer inversiones, especialmente extranjeras, que son las que crean trabajo. El avance de la delincuencia sigue imparable, con los extorsionadores asesinando a humildes padres de familia trabajadores. Apago el televisor.








