Este Búho ve con preocupación el avance incontrolable de la inseguridad ciudadana en el país, ante la clamorosa falta de reacción del gobierno. La Policía, pese a sus limitaciones logísticas, hace todo lo que está a su alcance para poner tras las rejas a las sanguinarias mafias peruanas y extranjeras que asesinan con suma facilidad, pero es evidente que sus esfuerzos han sido rebasados.
El cruel asesinato del dirigente del gremio de construcción civil, Arturo Cárdenas Fernández, en la puerta del local de su sindicato en La Victoria, ha provocado indignación generalizada y ha hecho que hasta los gremios empresariales salgan a exigir acción inmediata a Dina Boluarte, que parece que con ella no es el problema.
Lamentablemente, vive de espaladas a la realidad, pues no me explico cómo el mismo día de la muerte de Cárdenas, la mandataria se pone a jugar vóley en Palacio de Gobierno y luego a cantar el ‘Gato ron ron’.
LA CONTINUACIÓN DE CASTILLO: Boluarte fue vicepresidenta de Pedro Castillo y ministra de Desarrollo e Inclusión Social durante casi todo su gobierno; solo renunció a este último cargo dos semanas antes del autogolpe. Así que esta es la segunda parte del desastroso régimen del chotano que era tan ignorante que no podía ni acabar un corto relato, como el del ‘pollo vivo o muerto’.
El tipo no podía ni comprar urea, lo que terminó disparando los precios de los alimentos, porque se rodeó de una serie de incompetentes, burros y radicales como él que puso como ministros y en otros en cargos claves. El hasta hoy prófugo Juan Silva declaró que había sido elegido titular del Ministerio de Transportes y Comunicaciones porque estaba muy bien preparado ya que ¡tenía brevete!
Así que la incapacidad de Dina no debe sorprendernos. Y todo es por culpa de muchos ‘indignados’ que sin medir las consecuencias le dieron el poder a una organización como Perú Libre, de alguien tan cuestionado como Vladimir Cerrón, el prófugo protegido por este gobierno.
ESTAMOS EN GUERRA CONTRA LAS MAFIAS
DE MAL EN PEOR: Así que el aumento de la delincuencia ultra violenta que millones de peruanos estamos padeciendo día a día es en gran parte el resultado de la ineptitud y torpeza de quienes nos están gobernando. Se le arroja la ‘papa caliente’ a la Policía para que enfrente a las organizaciones criminales, pero casi no se le da apoyo.
No se renuevan sus armas, equipos de comunicaciones, vehículos. Ni siquiera se les da mejores uniformes. Y si algún policía hace uso de su arma de fuego contra los delincuentes, sabe que corre el riesgo de acabar preso porque hay fiscales y jueces que velan más por los derechos de los hampones.
MILITARES EN LAS CALLES: Tras el asesinato de Arturo Cárdenas, un representante de los gremios empresariales pidió que las Fuerzas Armadas salgan a las calles a apoyar a la Policía en la lucha contra la delincuencia. Los legalistas saldrán a decir que eso no se debe hacer, pero mientras la Policía no sea fortalecida de manera adecuada, no queda otra salida.
Sufrimos por la falta de efectivos y los militares tienen armas y equipos que pueden ser empleados en esta guerra contra la delincuencia. Porque no debemos tener dudas: el Perú está sosteniendo una guerra contra mafias bien armadas y con dinero que están destruyendo al país y a su economía.
LA MINERÍA ILEGAL Y EL NARCOTRÁFICO: No solo los malditos extorsionadores nos ponen en jaque. También están la minería ilegal y el narcotráfico, que mueven miles de millones de dólares al año manchados de sangre y con los que compran autoridades y desde hace años financian las campañas de políticos corruptos para que lleguen al Congreso y al gobierno.
Los partidos políticos deben hacer una selección rigurosa antes de elegir a sus candidatos y la ciudadanía debe estudiar a esos partidos y a quienes piensen darle su voto. No vaya a ser que estemos llevando al Parlamento a sujetos de baja calaña cuya agenda sea la defensa de narcos y delincuentes mineros. ¡Es hora de que el gobierno invierta en construir cárceles de alta seguridad en la puna! Apago el televisor.
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