Congreso de la República.
Congreso de la República.

Este Búho comprueba con indignación cómo este rechaza debatir la derogación de la cuestionada ley del crimen organizado que ellos aprobaron en agosto y que favorece a las organizaciones delictivas. Es evidente que limita los allanamientos con la exigencia de que debe estar presente el abogado del acusado. Ya hemos visto operativos bajo esta ley en los que, de manera vergonzosa, el fiscal debe estar parado a veces por horas en la puerta de algún inmueble sin poder actuar porque tiene que esperar la aparición del defensor del imputado o, en su defecto, que llegue el abogado de oficio que provee el Estado.

Por eso es que son despreciados por el pueblo. Hay que decirlo claramente: esta ley ha sido dada en el Congreso porque hay muchos parlamentarios, o sus familiares y hasta sus jefes de partido, que están investigados por graves delitos, y de manera miserable utilizan el poder que les dio la ciudadanía para beneficiarse poniendo trabas al accionar de la justicia.

Los ‘padrastros de la patria’ afirman que esta ley del oprobio ya está promulgada y así se quedará. No les importan las numerosas críticas a esa norma de especialistas en Derecho, organizaciones políticas y otras instituciones como los gremios empresariales y hasta los transportistas que amenazan con un paro nacional si esa ley no es echada al tacho de la basura.

Tampoco les importa que por beneficiarse ellos y sus allegados también se beneficie a secuestradores, extorsionadores y otras lacras. En estos momentos ya hay organizaciones delincuenciales, incluidas las de tráfico de personas, que están solicitando el archivo de sus investigaciones, amparadas en dicha norma que está en vigor. Este Parlamento lleno de ‘mochasueldos’ y otros impresentables actúa con indolencia, irresponsabilidad y dolo, en lugar de dar leyes más duras a los peores criminales.

En medio de este escenario, surgen voces de algunos parlamentarios como Wilson Soto, que están planteando la pena de muerte. Sicarios, extorsionadores, secuestradores y violadores claro que merecen morir, pues esa gente no se regenera y siempre van a ser una grave amenaza para la sociedad. Pero es inviable implantar la ley capital en el Perú, por nuestra Constitución y porque firmamos el Pacto de San José de Costa Rica, del que retirarnos sería muy difícil. Por ello, dicho planteamiento ya está siendo calificado de ‘populismo barato’. Pero está claro que no solo se trata de dar mejores leyes, sino que es necesario aplicarlas y hacerlas efectivas. Y para eso se necesita limpiar las instituciones de justicia como el Ministerio Público y el Poder Judicial, para que queden fiscales y jueces valientes y probos que no se vendan por dinero.

Esta situación es insostenible

Mientras los congresistas están preocupados en blindarse con leyes abyectas mientras cobran jugosos sueldos que todos los peruanos les pagamos, los conductores del transporte público y sus pasajeros siguen siendo baleados por alimañas. En las últimas horas, y pese a que catorce distritos están en estado de emergencia, un colectivo que cubría la ruta Lima-Huacho fue acribillado por gatilleros, quienes hirieron al conductor y a dos pasajeros. Esta situación es insostenible, con un estado de emergencia que no está dando resultados. Se pueden recorrer varias cuadras sin ver a ningún policía y menos a un militar, pese a que el Gobierno anunció que las Fuerzas Armadas saldrían a las calles a dar seguridad.

Los choferes, pasajeros, bodegueros, peluqueras, ambulantes y muchos miles de peruanos siguen librados a su suerte. Como decía, no es suficiente dar leyes drásticas, y por eso también hay que equipar bien a la Policía, darle mejor logística y los políticos y el Estado deben respaldarla plenamente en su lucha contra los delincuentes. Durante los últimos años se ha permitido de forma irresponsable la expansión de sicarios y extorsionadores que hoy son como un monstruo de siete cabezas muy difícil de combatir, pero no imposible. Con decisión política, se puede. Así que mucho depende de la presidenta Boluarte, aunque ya sabemos que anda preocupada en otros temas, como quitarse las arrugas de la cara. Una pena por los peruanos que más sufren. Apago el televisor.

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