Steve McQueen como ‘Papillon', en la cinta de Hollywood. (Difusión)
Steve McQueen como ‘Papillon', en la cinta de Hollywood. (Difusión)

Este Búho lee con preocupación que está endureciendo su política migratoria contra los ilegales en Estados Unidos. Cientos de miles, especialmente latinoamericanos, viven cada día con miedo. El republicano no muestra compasión por las víctimas inocentes, entre ellas niños y ancianos. Ayer inspeccionó el nuevo centro de detención para inmigrantes en Florida llamado Alligator Alcatraz, pues está en medio de pantanos infestados de hambrientos caimanes.

Se burló con frases crueles como: ‘Les vamos a enseñar cómo huir de un caimán si se escapan’, ‘No corran en línea recta. Corran así’, mientras movía la mano en forma de zigzag. ‘¿Y saben qué? Sus probabilidades aumentan alrededor de un 1%’.

Esta prisión del terror me hizo recordar la novela ‘Papillon’. Descubrí el libro escrito por Henri Charriere (Saint Étienne de Lugdares 1906-Madrid 1973) en una librería caleta del centro de Lima que tenía de todo, libros clásicos y ‘bestsellers’. Algunos me marcarían, como ‘El padrino’, ‘El exorcista’ y ‘Papillon’.

Leí esta obra del francés a los doce años, casi al mismo tiempo que el drama carcelario del gran José María Arguedas, ‘El Sexto’. Pero pese a que ambas tenían como tema principal la cárcel, en el caso del peruano era una historia presidiaria con alto contenido político.

La novela del europeo era diferente. El protagonista de 25 años era un delincuente común, conocido en los bajos fondos como un chulo, guapo, avezado, con ‘jale’ con las chicas, a las que mandaba a ‘trabajar’, y fue acusado de asesinar a un proxeneta, crimen del que siempre se declaró inocente.

En esos años, un asesinato de tal calibre significaba la guillotina o una cadena perpetua en las infrahumanas cárceles de las colonias francesas en el Caribe, donde solo uno de cada mil regresaba a Francia. ‘Papillon’, apodado así porque tenía tatuada una mariposa (papillon, en francés), desde el barco que lo llevaba a las islas tiene que defender literalmente su trasero, pues todos los presos llevaban ‘estuches’ de dinero introducidos en ese lugar y en la semana que duraba el viaje muchos morían destripados a manos de despiadados asesinos que les robaban sus ‘estuches’ de las tripas.

Louis Dega, reo acusado de un fraude multimillonario, viaja en el convoy de los presos y es la cereza de la torta de los asesinos que saben que su estómago alberga miles de francos. ‘Papillon’ le salva la vida y se hace su amigo. Cuando llegan a la isla, Dega se niega a acompañarlo en su plan de fuga, pues creía que iba a salir rápido, pero cuando se entera de que su abogado y su bella esposa se han convertido en amantes y viven con su dinero, decide aunarse a la aventura del delincuente.

Al final, Dega financia la fuga, pero es ‘carne boba’ y se queda varado. A partir de ahí, ‘Papillon’ recorrerá 2500 kilómetros de mar caliente y selvas vírgenes para llegar a Trinidad, vivir con unos ingleses bondadosos, terminar en una isla de leprosos asesinos y salir vivo por su increíble sentido de supervivencia. Hasta que recala en la que debió ser su parada final.

Llega a una isla de indios guajiros, donde dos jóvenes hermanas se hacen sus amantes y procrea hijos con ellas. Pero decide marcharse, a pesar de que vivía como rey. Nadie puede detenerlo en su afán de libertad. Todos los lectores nos colocamos en su piel, sufríamos con él tanta ignominia, como la que soportó en la cárcel colombiana de Santa Marta, donde en los calabozos de castigo, cuando subía la marea, las ratas y los bichos marinos se la pasaban mordisqueando a los desesperados presos encadenados, a los que el agua les llegaba hasta el cuello.

Papillon llega a Hollywood

Al final lo pescarán por soplos y regresará a ‘La Isla del Diablo’, la peor cárcel francesa en ultramar. La novela es, para mi gusto, impresionante. Los que busquen tecnicismos literarios, favor de abstenerse. Hay ríos de sangre, traición, lealtad, ambición, abuso de poder, sexualidad. Y en 1973 la novela se convertiría en una exitosa película de Hollywood, protagonizada por la megaestrella Steve McQueen como ‘Papillon’ y Dustin Hoffman en el papel de Dega. Lo cual se tradujo en más ventas millonarias del libro que catapultó al autor. Apago el televisor.

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