Este Búho lee la entrevista que los ‘tigres’ de Policiales de Trome le hicieron al coronel Víctor Revoredo Farfán, quien en Lima se dedicó a perseguir a las lacras del ‘Tren de Aragua’ y estuvo atrás de ‘Maldito Cris’, hasta que lo abatieron a balazos.
Ahora ha sido enviado a Trujillo, la cuna de extorsionadores y secuestradores que son tan malditos que graban videos cortándoles los dedos a empresarios y comerciantes. Este valiente oficial es un buen policía. Trabaja por vocación y debe ser bien resguardado porque su cabeza tiene precio.
La propia ‘Wanda’ estaba dispuesta a pagar miles de dólares para que lo asesinen. Pero de buena fuente me cuentan que hay agentes sobornados por las mafias en La Libertad, por ello viajarán policías de Homicidios de Lima para capturar como sea al sanguinario ‘Jhonsson’, líder de ‘Los Pulpos’.
Es evidente que hay malos policías, pero los buenos son mayoría y nos protegen de la ola criminal que no nos deja vivir en paz. En todo el mundo hay malos y peores uniformados. Por eso Hollywood se ha ocupado del tema, así que les presento algunas películas de efectivos que se pasaron al lado oscuro:
‘DÍA DE ENTRENAMIENTO’ (2001): El detective Alonzo Harris (Denzel Washington) es uno de los más experimentados integrantes del Departamento de Narcóticos de Los Ángeles y recibe como miembro de su brigada al joven e inexperto policía Jake Hoyt (Ethan Hawke).
Las veinticuatro horas que pasará Hoyt con su jefe Alonzo serán, efectivamente, ‘un día de entrenamiento’, pero para extorsionar, robar y asesinar a un delincuente y exsocio, Roger (Scott Glenn). Harris conminará al joven policía a que se acostumbre a ver que pueden eliminar a delincuentes a sangre fría o a robarles ‘porque son basura’.
Cuando Alonzo se da cuenta de que Hoyt no aprobará el ‘entrenamiento’, lo deja en uno de los barrios más maleados de la ciudad para que juegue cartas con unos ‘angelitos’ latinos que tienen la orden de asesinarlo.
Una foto encontrada en el bolsillo de Hoyt cambia radicalmente la situación y el joven policía —envalentonado— irá tras el corrupto, que tendrá problemas con la mafia rusa. Fue tan convincente el papel de malo de Denzel Washington que ganó el Oscar al mejor actor.
‘LOS INFILTRADOS’ (‘The Departed’, de Martin Scorsese. 2006): Con esta película, el maestro ganó su primer Oscar a mejor director. El amo y señor de los bajos fondos de Boston, Frank Costello (Jack Nicholson), ve potencial en el más palomilla de los ‘pirañitas’ de sus dominios en los barrios más movidos de la ciudad y lo hace ingresar a la Academia de Policía para que sea una ‘rata’, un infiltrado.
A su vez, el jefe de la Policía, Oliver Queenan (Martin Sheen), hace lo mismo, pues a su mejor elemento, Billy Costigan Jr. (grande Leonardo DiCaprio), lo comisiona para una labor suicida al introducirlo en la organización de Costello. Ambos policías cumplen a cabalidad su labor.
Tanto Costello como el capitán de Policía saben que tienen a una ‘rata’ en sus organizaciones y las cosas pintan mal para ambos. A su vez, el siniestro Colin Sullivan (Matt Damon) saca ventaja de su instinto asesino y falta de escrúpulos para acorralar al policía honesto que, al morir el jefe de la Policía, se queda sin identidad.
Solo el ‘partir’ al traidor, encamándose con su novia, mitiga la desesperación del policía infiltrado, que entregó todo para combatir el crimen y termina derrotado por una ‘rata’ dentro del cuerpo de élite. Mark Wahlberg encarna al sargento Sean Dignam, otro policía honesto que trata también de cazar a la ‘rata’ y vengar al jefe de la Policía asesinado. Extraordinarias actuaciones bajo la batuta de un maestro que conoce muy bien lo picante de la calle.
Y todo se resume a una moraleja: No hay nadie más peligroso y despreciable que un policía delincuente. Estas películas deberían pasarlas todos los viernes en las escuelas de Policía del país, para que vean lo denigrante que es cuando los agentes cruzan la línea. Apago el televisor.
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