Este Búho comparte el hartazgo y la desesperación de la gente por la ola delincuencial que asola al Perú, al punto que ahora los criminales matan a profesores en los colegios delante de los alumnos. Los malditos extorsionadores se ríen del estado de emergencia en catorce distritos, pues siguen asesinando y baleando buses. Esta situación es insostenible y está generando un sentimiento de angustia y exasperación colectiva que le puede estallar en la cara al gobierno de Dina Boluarte .
La convulsión social que estamos viviendo es de consecuencias imprevisibles. Pero lo que llama la atención y preocupa es que en el Gobierno no haya nadie capaz de calibrar este grave estado de cosas en su real dimensión. El primer ministro Gustavo Adrianzén salió ante la prensa a decir que están evaluando de forma permanente la situación de la inseguridad ciudadana y que, si llega a ser necesario, los militares podrían tomar el control. ¿Si llega a ser necesario?
¡Los extorsionadores ya no solo acribillan a choferes y pasajeros en buses a diario, sino que ahora se meten a disparar a los colegios delante de niños! El país está viviendo una salvaje ola de crímenes de la delincuencia como nunca antes se ha visto, así que las autoridades no pueden seguir tomando las decisiones de siempre para solucionar el problema.
Hacer eso no solo es ingenuo, sino irresponsable y hasta criminal porque las consecuencias las pagan miles de peruanos humildes con su vida. Urge adoptar medidas de emergencia reales, no solo una declaratoria de emergencia casi retórica, pues estamos viendo que las cucarachas criminales se ríen y siguen matando.
Tienen que salir los militares a las calles, pero en buen número. No como en este momento, que solo hay unos cuantos parados en alguna estación del Metro de Lima no sé con qué objetivo, pues que se sepa nadie extorsiona a los conductores del tren. La población reclama militares en las calles, pero que no estén solos, sino que acompañen a la Policía, a la que deben dar apoyo. La presencia de soldados armados, sobre todo en las zonas críticas que la Policía tiene identificadas, va a dar más tranquilidad a la población y de todas maneras será un disuasivo para las lacras delincuenciales.
Pero ahí no debe quedar todo. La presidenta Boluarte debe liderar en persona esta guerra contra las organizaciones criminales, que además están socavando a nuestra economía. Se debe dar de inmediato más recursos a la Policía, como mejores armas, equipos de comunicación, vehículos y capacitación. Ya es tiempo que la Policía sea respaldada por todo el Estado y la sociedad en su conjunto en su lucha contra los asesinos. Basta ya de perseguir por años y de meter a la cárcel a policías que en el cumplimiento de su deber dispararon a criminales.
Organizaciones malignas, velan más por los derechos de los hampones, que de los ciudadanos
En la actualidad, nuestro sistema de justicia, y algunas organizaciones malignas, velan más por los derechos de los hampones que extorsionan, torturan y matan, que de los ciudadanos honrados y de policías. Hoy lo normal es soltar fácilmente a los delincuentes, incluso los que fueron capturados en flagrancia, cuando debería ser al revés. Lo raro debería ser que salgan libres, pues jueces y fiscales deben entender que son una grave amenaza para hombres, mujeres y niños.
También se debe limpiar a la Policía de los malos elementos y dar aumentos de sueldo y bonos a los agentes que hagan méritos. Hace dos semanas se anunció que se destinaban más de tres mil millones de soles para construir cárceles. Estamos en una situación tan grave que ya deberían haber empezado las obras para acabarlas en tiempo récord. Acá no puede haber el pretexto de la burocracia, que retrasa incluso por años el inicio de cualquier trabajo. Para eso es que tiene poder la presidenta.
Todo esto se puede hacer si hay decisión política, si existe voluntad. De lo contrario, los delincuentes seguirán dejando más niños huérfanos y la mandataria y sus ministros seguirán saliendo ante la prensa a repetir sartas de frases vacías que de nada valen a las viudas, como el ministro de Educación, Morgan Quero, en el colegio donde asesinaron al profesor: ‘vengo a solidarizarme con ustedes’, ‘vamos a poner seguridad, ‘acá está nuestra Policía Nacional’, ‘vamos a poner mayor serenazgo’, ‘vamos a luchar unidos’. Una vergüenza. Apago el televisor.
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