Jeffrey Epstein: Asquerosamente rico’ (2020)
Jeffrey Epstein: Asquerosamente rico’ (2020)

Este Búho hizo una maratón de Netflix en Fiestas Patrias con esa alucinante historia del caso ‘Jeffrey Epstein: Asquerosamente rico’ (2020), un documental que ha hecho historia. Allí nos muestra el papel de un misterioso financista multimillonario que se pintaba de ‘mecenas’, con mansiones esplendorosas en Nueva York, París, Florida, Colorado y hasta en Islas Vírgenes (la isla de los pederastas), adonde llevaba con engaños y promesas a jovencitas menores de edad para someterlas a sus bajezas.

Amigo ¿complice?, según Anonymus, de los hombres más poderosos y famosos del planeta: Bill Clinton, Donald Trump, el príncipe Andrés, y gente del cine como Kevin Spacey, Will Smith, el controvertido productor Harvey Weinstein, modelos como Naomi Campbell e ídolos de la música como Mick Jagger. Sus fiestas eran legendarias y exclusivas, y en ellas desfilaban famosas modelos y hermosas ninfas.

Esa época en que Epstein labró ‘fama’ y era considerado una especie de ‘Gran Gatsby’ del siglo XXI, se empezó a desmoronar cuando madres de familia lo denunciaron por la violación sexual de sus hijas adolescentes, a las que sometía en sus inexpugnables residencias. Pese a que hubo muchos artículos periodísticos e investigaciones, Epstein permaneció intocable, amparado en sus poderosos amigos de la política norteamericana.

Hasta que en el 2008 lo apresaron por delitos sexuales a menores en su casa de Palm Beach, pero increíblemente un amañado tribunal de Florida lo exoneró de cargos por violación y solo le dieron 13 meses de prisión ‘por tentar a jóvenes a la prostitución’ y ¡todavía le permitían salidas diarias a su oficina!

Pero a medida que pasaban los años aparecían más mujeres maduras, antaño adolescentes, víctimas del ‘asqueroso’ al que denunciaban de abuso sexual. Solo en julio del 2019 lo encarcelarían por su reales delitos y el fiscal pidió 45 años de prisión para él. Muchos de sus amigos poderosos temblaban y temían que ‘negocie’ una rebaja de la pena si delataba a otros integrantes de su red de pedofilia.

Sospechosamente, en agosto de ese mismo año se ‘suicidó’ en su celda. Muchos millonarios, políticos encumbrados y gente de Hollywood respiraron aliviados. Pero la justicia de Nueva York nombró a una implacable jueza de origen cubano-mexicano, Esther Salas, para que indague sobre las cuentas millonarias del ‘suicidado’ financista con bancos internacionales ya investigados y multados por ‘lavado de activos’.

Salas, quien había impuesto severas condenas a muchos cabecillas del narcotráfico y el fraude fiscal, no tenía ni una semana al frente de esta nueva investigación contra Epstein y sus socios, cuando fue víctima de un sangriento atentado el último 19 de julio.

Como en una película de gánsteres, el asesino llegó a las cinco de la tarde a la casa de la jueza, en un suburbio de Nueva Jersey, disfrazado de repartidor de la mensajería FedEx. Ni bien le abrió la puerta su hijo de 20 años, el homicida le disparó a quemarropa matándolo instantáneamente. El esposo salió al oír la detonación y fue acribillado, quedando gravemente herido.

La magistrada -objetivo del asesino- providencialmente se encontraba en el sótano y el criminal, al no encontrarla, huyó. Muchos relacionaron el atentado con la investigación a los bancos socios del financista muerto, o la venganza de algún jefe del narcotráfico de los que la magistrada sepultó en una prisión federal.

Pero el FBI reveló que el principal sospechoso es Roy Den Hollander, un abogado ‘antifeminista’, quien después de atentar contra la familia de Salas se suicidó en Nueva York. Todo está todavía muy confuso. Aún muerto Jeffrey Epstein es ‘asquerosamente salado’. Apago el televisor.


tags relacionadas

Contenido sugerido

Contenido GEC