Este Búho sabe que en el maldito mundo del narcotráfico hay leyes escritas con sangre: ‘La traición se paga con la muerte’. Eso debió saberlo Lerry Jaén Valdera, ‘Michel’, el jefe de la banda de narcotraficantes ‘Los Magníficos’, asesinado junto a tres de sus compinches en una casa de campo en Pachacámac.
Por la ferocidad del crimen y gracias, en parte, al testimonio de la empleada del hogar de 18 años que logró salvarse escondiéndose en un almacén de la vivienda, los ‘tigres’ de la Dirandro armaron el rompecabezas sobre los móviles y los ejecutores de lo que se denominó ‘La masacre de Pachacámac’.
¿Quien era Lerry Jaén Valdera? A sus 37 años fungía públicamente como organizador de grandes eventos musicales. Su ‘empresa’ fue la que organizó en el estadio de San Marcos el concierto ‘Los Grandes II’ con salseros de primer nivel internacional como Willie Colón, Oscar D’León, Roberto Blades y Luisito Carrión junto a los nacionales Antonio Cartagena y ‘Son Tentación’, que fue un completo fracaso con escasa asistencia de público.
Nadie se explicaba cómo se había montado un espectáculo con tan atractivo cartel sin hacer publicidad en radios, diarios, televisión y redes. Inclusive los que pudieron enterarse y llegar hasta el coloso estudiantil no pudieron comprar entradas porque no había boleterías.
Un empresario verdadero estaría al borde del suicidio con semejante fracaso financiero; sin embargo, se le vio a Lerry Jaén Valdera bailando y brindando con ‘Te conozco bacalao’ en un Box Super VIP. Claro, para los investigadores esa empresa de fachada estaba ‘lavando’ decenas de miles de dólares sucios del narcotráfico con ese evento.
Cabecilla de ‘Los Magníficos’ en el radar de la Policía
El cabecilla de ‘Los Magníficos’ estaba en el radar de la Policía, pues en el 2014 ingresó al penal de Ancón investigado por tráfico ilícito de drogas y estuvo dos años preso. Salió sospechosamente en dos años sin juicio y se ‘reinventó’ como empresario musical, pero su principal actividad en la sombra era la de proveer cargamentos de cocaína a mafias del extranjero.
Uno de estos negocios con un cártel mexicano le acarreó la ‘sentencia de muerte’. Lerry envió en un cargamento de droga a ese país varios ‘ladrillos pateados’ que no contenían cocaína sino yeso. Por este engaño inadmisible en los códigos mafiosos, el ‘nacho’ peruano tenía los días contados.
Según el director Antidrogas de la Policía, José Ludeña, sus enemigos mexicanos se enteraron de que Lerry había establecido contacto con una organización ecuatoriana para comprar media tonelada de cocaína. Estos ecuatorianos habrían actuado en coordinación con los mexicanos para ayudarlos en su venganza y robar el dinero que los peruanos iban a pagar por la droga.
Según el plan, los ecuatorianos iban a entregar el cargamento con destino a México, previo un primer pago de 200 mil dólares. Por ello enviaron a dos venezolanos para que se quedaran en Lima ‘como garantes’ mientras en Ecuador se acopiaba la droga.
Los extranjeros fueron ayudados para ingresar ilegalmente al Perú por Luis Becerra, ‘Popeye’, jefe de seguridad de ‘Los Magníficos’ y brazo derecho de ‘Michel’. Se alojaron en la casa de Pachacámac y durante dos semanas se movilizaban como ‘seguridad’ del ‘narco empresario’.
La tarde de la masacre, Lerry estaba con dos cómplices con antecedentes y un amigo dueño de una peluquería en Chacarilla, bebiendo, escuchando música y contando dinero. Posiblemente los 200 mil dólares para pagar la droga. Los venezolanos -según la empleada del hogar- estaban afuera en el jardín muy concentrados escribiendo por sus celulares. Seguramente recibiendo órdenes de sus jefes en el norte.
En un momento, ingresaron rápido y se dividieron para acribillar a los cuatro amigos. A Valdera lo mataron con mayor ferocidad con varios disparos en la cabeza. Eran expertos sicarios, presumiblemente del ‘Tren de Aragua’ al servicio de la mafia ecuatoriana. Cogieron los 200 mil dólares, buscaron más dinero, pero los dos dormitorios tenían un sistema de seguridad con clave y no pudieron ingresar.
Sustrajeron los celulares de las víctimas, las cintas de las cámaras de seguridad y huyeron en la moderna camioneta cuatro por cuatro de Lerry. La empleada del hogar, una vez que sintió que los asesinos se fueron en la camioneta, salió de su escondite y llegó a la comisaría de Pachacámac a denunciar el crimen, ante la incredulidad de los efectivos frente al violento relato.
Hoy teme por su vida y que el largo tentáculo del narcotráfico quiera eliminar a la única testigo de la matanza. La Policía sabía que otros integrantes de ‘Los Magníficos’ iban a hacer ‘movimientos’ tras la muerte de su líder. ‘Popeye’ fue detenido con 10 kilos de cocaína de alta pureza y un arma.
Sobrino de Alejandro Toledo
Luego cayeron seis más. Uno de ellos resultó ser el tristemente célebre sobrino de Alejandro Toledo, Fernando Manrique Quipusco, ‘Filete’. Para los investigadores ‘Filete’ integraría también la banda de ‘Los Magníficos’.
Según ‘Popeye’, esa droga se iba comercializar en Lima para entregarles el dinero a los familiares de las víctimas. En medio de la masacre sobresalía un cuadro con la figura de Al Pacino como Tony Montana en ‘Caracortada’, con una frase del narco cubano: ‘No te daré el dinero a menos que me muestres la mercancía primero’. Una sentencia que ignoró ‘Michel’ y lo llevó al más allá. Apago el televisor.
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