Este Búho, desde la mañana, revisa los portales de información y abre sus ojazos cuando una noticia le llama la atención. La Organización Mundial de la Salud acaba de declarar la emergencia internacional, por la llamada ‘Viruela del mono’, como consecuencia de los brotes de esta enfermedad registrados en niños y adultos en la República del Congo, así como en otros doce países de África. Ojo que los virus se propagan en forma veloz.
Recuerdo claramente cuando en Trome, en marzo del 2020, publicamos en la portada que ya habían algunos contagios del mortal coronavirus en el Perú y algunos descerebrados y ‘cojudignos’ de las redes sociales nos acusaron de ‘sensacionalistas’ y ‘sembrar terror porque eso es en China’. Al final la pandemia dejó más de 200 mil muertos en el país y cambió la vida de todos. Se me vienen a la mente algunas películas sobre el tema. Una del genial director inglés Terry Gilliam, otra del alemán Wolfgang Petersen y una última del surcoreano Yeon Sang-ho, las tres en streaming.
12 MONOS (1995). El alucinado Terry Gilliam dirigió a un puñado de actorazos como Bruce ‘Duro de matar’ Willis, Madeleine Stowe, Brad Pitt y Christopher Plummer. El filme de total ciencia ficción narra cómo después de una epidemia causada por un misterioso virus, que arrasa el planeta en los años 1996-97, los supervivientes se refugian en comunidades subterráneas.
Ellos necesitan un voluntario para hacerlo viajar al pasado y conseguir una muestra del virus, con el objetivo de encontrar la cura, pero para eso el voluntario deberá contactar con el ‘Ejército de los 12 Monos’ quienes hicieron terrorismo bacteriológico y sembraron el virus. James Cole (Willis) es el voluntario, un desalmado criminal convicto que para conseguir el perdón acepta ser enviado a peligrosas misiones al pasado y recolectar información sobre el virus. Lo alucinante es que Cole no llega a 1996 en su viaje por el tiempo, sino a 1990 y termina recluido en un sanatorio psiquiátrico en su accidentada primera misión, de las muchas que le tocará vivir, siendo la peor la que lo enfrente con su propio pasado.
EPIDEMIA (1995). Otro filme que se adelantó al coronavirus. Con un elenco taquillero de quilates: Dustin Hoffman, René Russo, Morgan Freeman y Kevin Spacey. El filme empieza cuando el Doc Billy Ford (Morgan Freeman) descubre en 1967, en Zaire, un virus llamado ‘Motaba’, con un índice de mortalidad del 100%, que mata a las 24 horas y el gobierno norteamericano ordenó un bombardeo a la aldea creyendo que así acabaría con cualquier contagio. Pero tres décadas después el epidemiólogo Sam Daniels (Dustin Hoffman) es enviado a Zaire para investigar la epidemia y al descubrir lo letal del virus ‘cuadra’ a su jefe Billy Ford para que decrete el estado de emergencia mundial. Pero el ‘viejo’ sabe que el virus no es nuevo y prefiere mantenerlo en secreto. Con lo que no contaban es que un pequeño portador del virus, un monito, es capturado y llevado a Estados Unidos para ser vendido en una tienda de mascotas. El travieso primate, durante el trayecto, muerde e infecta, al igual que en tierra firme. El asunto es que el letal virus causará una catastrófica epidemia.
TREN A BUSAN (2016). Pareciera que el cine surcoreano ya sabía que se venía el terrible coronavirus, porque produjeron varias películas como ‘Virus’ o la que comento, premiada en el Festival de Sitges, del prestigioso Yeon Sang-ho, en la que un virus mortal recorre el país, transformando a pacíficos ciudadanos en verdaderas bestias asesinas. Seok-woo es un empleado agobiado por su trabajo, que descuida a su hija que vive con él. Tanto así que le compra el mismo regalo de cumpleaños que el del año pasado. Amarga, la niña le dice que desea visitar a su madre que vive en Busan. Inicialmente, Seok-woo se muestra renuente debido a su trabajo, pero su madre lo convence de otra manera mostrándole un video de su niña cantando en una actuación del colegio a la que él no fue.
Atrapado por los remordimientos, la lleva en tren a Busan. Pero en el vagón ve a una señora rara, que de pronto se vuelve ultra violenta. Extrañamente, los pasajeros agredidos por ella también actúan salvajemente con instintos homicidas. Seok woo se refugia en un vagón y escucha que casi todo el país es presa de ese extraño virus. Y para colmo de males, el ejército está decretando la cuarentena y la inamovilidad total. El padre de familia sabe que solo hay un lugar en Busan donde todavía no suceden cosas extrañas. Pero para llegar allí no solo tendrá que lidiar con poblaciones enloquecidas, sino que hasta los que parecen inmunes también le darán muchas sorpresas. A veces el cine se asemeja o supera a la realidad. Apago el televisor.
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