Este Búho, como millones de peruanos, sintió que el cuestionado fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, le malogró las celebraciones de Año Nuevo al anunciar que removía de sus cargos a los fiscales del equipo especial Lava Jato, el coordinador Rafael Vela y José Domingo Pérez. Tal maniobra generó el rechazo total y la movilización de la ciudadanía en todo el país. Aquí la ‘payasada’ del fiscal de la Nación, que se asemeja a una tragicomedia en tres actos.
PRIMER ACTO: Fue el peor ‘regalo’ de Año Nuevo que le pudo dar al país. Pedro Chávarry, a solo cuatro horas de las doce, demostró con creces por qué lo califiqué de ‘peligroso mono con metralleta’. Sin importarle el papel clave que vienen cumpliendo los fiscales como integrantes del Equipo de Investigación Especial del Caso Lava Jato, ni la firma del acuerdo de colaboración eficaz con Odebrecht, presentó a los reemplazos Frank Almanza por Vela y Marcial Páucar por Pérez. Se conoció que, incluso, Páucar fue removido por el propio Chávarry ‘por incompetencia’ en las investigaciones realizadas a PPK. El fiscal de la Nación pensaba que su jugarreta le iba a salir redonda, aprovechando la cercanía del nuevo año y el feriado del 1 de enero, con la resaca de todo lo sufrido por los peruanos. Se equivocó.
SEGUNDO ACTO: Ni bien hizo el anuncio de que guillotinaba a los dos fiscales que encarnaban una lucha frontal contra la corrupción, miles de peruanos no salieron a tonear o reventar cohetones, sino que se lanzaron a las calles a manifestar su rechazo a la burda maniobra. El grito no fue ‘¡Faltan cinco pa’ las doce, el año va a terminar!’, como dice el tema de Gabino Pampini, sino ‘¡Chávarry corrupto, el pueblo te repudia!’. El presidente Vizcarra, con buenos reflejos, manifestó que iba a plantear un proyecto de ley al Congreso para que se declare en emergencia al Ministerio Público. Ya el caso no podía estar circunscrito a una autonomía que estaba siendo utilizada por la cabeza para favorecer de manera descarada y abierta a la corrupción y la impunidad. Este anuncio, junto a la movilización que se preveía incontenible, terminó por asustar a los últimos aliados que le quedaban a Chávarry. Solo algunos fujimoristas, como Rosa Bartra y Carlos Tubino, saludaron la nefasta medida del titular del Ministerio Público argumentando ‘independencia de poderes’, o ‘cambios rutinarios y normales en una institución autónoma’. Hasta el aprismo, en conferencia de prensa, le pidió ‘que dé un paso al costado’. Para ellos, como para Keiko Fujimori, el fiscal terminó por ser ‘el remedio peor que la enfermedad’. Si alguien podía tener dudas y pensar que Chávarry era víctima de injustos ataques del Ejecutivo y los medios ‘caviares’, pues se desengañó. El fiscal se hizo el harakiri solito y cuando los fiscales que designó emitieron un comunicado declinando aceptar el nombramiento espúreo, dejándolo literalmente sin piso, en vez de escribir su carta de renuncia, ¡volvió a nombrar a Vela y Pérez! Increíble.
TERCER Y ÚLTIMO ACTO: Toda función, hasta las circenses, tienen un final. Este debe ser feliz para el país. Sería lo ideal que cuando ustedes, mis fieles lectores, lean esta columna, Pedro Chávarry ya se haya ido a su casa. Está completamente solo, sin autoridad en el propio Ministerio Público, donde supuestamente es el jefe. Ya nadie lo respeta y solo esperan que se vaya. Que tenga algo de dignidad. Que su nefasto paso por la Fiscalía sirva para que se logre fumigar a los personajes corruptos de esa institución. No olvidemos que Chávarry tendrá que enfrentar la investigación de las fiscales del Callao por sus vínculos en la organización criminal ‘Los Cuellos Blancos del Puerto’. Por esta razón se aferraba con uñas y dientes al cargo. Barata debe contar todo. Las millonarias coimas por el Metro de Lima en el gobierno de Alan, los pagos a los testaferros de Keiko, pero también a PPK, Toledo, los Humala, Susana Villarán, Félix Moreno y otros acusados. El pueblo tiene derecho a saber toda la verdad, no a medias. Apago el televisor.