Este Búho siente que el niño que nunca dejó de ser está de luto por la muerte de su padre putativo. Me entero, al mediodía, que acababa de morir Stan Lee, a los 95 años. A mis jóvenes lectores ese nombre les parecerá un ‘NN’ o un seudónimo, pero si les digo que es el creador de la histórica galería de superhéroes de Marvel o Avengers, otro será el cantar. Mi sobrino Juan Diego, de seis años, me abraza cuando le digo que acaba de morir el creador de ‘El Increíble Hulk’, su personaje favorito. Su hermana María Fernanda, ‘Tita’, lo abraza cuando le digo que el ilustre fallecido creó a su admirada Susan ‘Sue’ Storm, la chica invisible de los ‘Cuatro Fantásticos’.
El viejo Stan hizo feliz mi niñez, cuando esperaba ansiosamente los sábados en la mañana, en que no había colegio, para ver a mis héroes favoritos, como el sorprendente ‘Hombre Araña’. El arácnido ‘Peter Parker’ marcó a toda nuestra niñez, tal vez por eso decidí ser periodista y tal vez por eso siempre fui rebelde y no sumiso como el fotógrafo ‘Peter Parker’, que era vapuleado por el abusivo director y dueño del diario, el ogro J. Jonah Jameson.
Los tíos de hoy, niños de ayer, y los pequeños de hoy, es decir varias generaciones, le debemos nuestro amor a la historieta, a los personajes de la televisión y el cine al viejo Stan. Veíamos a los superhéroes en blanco y negro. ¿Cómo olvidar a los ‘Cuatro Fantásticos’ en dibujitos? Reed Richards, el hombre elástico, el científico que creó todo. Su cuñado Johnny, la antorcha humana. El horrible y gruñón ‘La Cosa’ o ‘La Mole’, al que llamaban cachacientamente Ben ‘El Guapo’ Grimm. Y no podía faltar la apetecible Susana Storm, la chica invisible.
Me faltaría espacio para mencionar a todos los héroes que brotaron de la cabeza de este genio nacido en Nueva York, con el nombre de Stanley Martin Lieber, en 1922. La anécdota dice que nunca firmó con su nombre real, porque aspiraba ser un gran escritor que plasmara ‘la gran novela americana’. Hasta entonces, trabajaría con el seudónimo de Stan Lee, que lo acompañó hasta su muerte.
Este Búho piensa que hay dos momentos en la vida de Stan Lee. Uno cuando se ganó la vida a pulso con su incondicional dibujante, Jack Kirby, para dar vida a los personajes de sus cómics que se harían mundialmente famosos en la década del 60, al convertirse en dibujos animados. De allí sus entrañables personajes que veíamos a finales de esa década todos los sábados en la mañana: ‘Thor, El Dios del Trueno’, ‘Iron Man’ y ‘Hulk’.
Esa fue la primera época del gran Stan. Pero la segunda no pudo ser más productiva. Sus creaciones no podían ser plasmadas en el cine del siglo pasado. Solo la avanzada tecnología de Hollywood del nuevo milenio pudo dar vida en el celuloide a sus alucinantes superhéroes y villanos. Allí vimos desfilar, para las nuevas generaciones, a los viejos personajes encarnados por artistas de moda como Tobey Maguire como el ‘Hombre Araña’, Edward Norton y Mark Ruffalo como ‘Hulk’.
También están los ‘X-Men’ e ‘Iron Man’ con el extraordinario Robert Downey Jr. Pero a la última generación, los púberes de hoy, les presentó a personajes que tenía escondidos por décadas, más violentos y complejos que fueron llevados con éxito al cine, y que son la delicia de los chibolos, pese a la carga sangrienta que contienen, pero que está hermanada con lo que sucede en este mundo globalizado de hoy, con el terrorífico y fundamentalista ISIS, narco violencia y amenazas de guerra nuclear. De eso se nutren los antihéroes ‘Deadpool’, ‘Venom’ o ‘Ant-Man’.
Ha muerto Stan Lee. Quien volvió a revivir no solo porque sus personajes se volvieron los más taquilleros de Hollywood, sino porque le gustaba hacer ‘cameos’, pequeñísimas apariciones en películas. Inclusive, este año, estuvo unos segundos en el taquillero filme ‘Venom’. En el ‘Capitán América’ salió como guardia de seguridad. Era un tipo muy vital, con gran sentido del humor.
Creo que el personaje que más quiso y que más satisfacciones le dio fue el ‘Hombre Araña’. Sobre él confesó: “Con él todo el mundo se identifica. Un tipo común y corriente que se viste de ‘Hombre Araña’. Todos tenemos cosas que nos molestan. Todos deseamos ser diferentes de alguna manera, todos nos sentimos un poco frustrados y pensé que sería divertido crear un superhéroe que tuviera los mismos problemas personales que ustedes o yo...”. Gracias por eso, maestro, y en el Olimpo de los superhéroes dele un saludo especial a ‘Peter Parker’ y a ‘Namor, El Príncipe de Atlantis’, que hace rato merece su película con un escenario alucinante. Apago el televisor.