Este Búho ve la coyuntura política más agitada que las embravecidas aguas de la ‘Mar Brava’, en el Callao. La incautación de cinco inmuebles vinculados al presidente Ollanta Humala, Nadine Heredia y otros involucrados en el presunto delito de lavado de activos, adquirió ribetes de escándalo y desde distintos sectores políticos y jurídicos se han manifestado a favor o en contra de estas medidas. Este Búho agarra su ‘espada del augurio’ de ‘Los Thundercats’ para ‘ver más allá de lo evidente’ y me ayude a ver el caso con total imparcialidad, porque me debo a mis lectores y no cobré ninguna jugosa ‘asesoría’. Aunque ya el presidente Martín Vizcarra prometió suprimirlas para no malgastar el dinero de todos los peruanos. Aquí una radiografía de lo que no se habla sobre las ‘casitas’ de la expareja presidencial.
¿ES UNA VENGANZA DE LA FISCALÍA? La primera reacción del cogollo del nacionalismo es que se trataría de una ‘venganza’ de los fiscales Hamilton Castro y Germán Juárez Atoche ante el fallo del Tribunal Constitucional que ordenó la liberación de Ollanta y Nadine. Esto es falso. El pedido de incautación de los inmuebles de los investigados se hizo ¡el 11 de abril! El fallo del Tribunal se conoció el 26 de abril último. O sea, varios días antes.
HEREDIA’S CORRETAJES: Según la Fiscalía, después de cuatro años de investigaciones a Nadine y su entorno, los inmuebles incautados ayer fueron, presuntamente, adquiridos con dinero ilícito. Por ejemplo, después de la campaña del 2006, Nadine pidió un crédito hipotecario al Banco de Crédito para comprar una casa en Surco por 160 mil dólares. Como no tenía un trabajo estable, entregó copias de ‘asesorías’ con instituciones tan disímiles como Centros Capilares, de Martín Belaunde Lossio, Daily Journal, publicación chavista, y con Arturo Belaunde Guzmán. Posteriormente, la Unidad de Inteligencia Financiera concluyó que todo era ficticio. Además, Heredia redujo el tiempo del crédito de quince a seis años. Para el fiscal, el caso más escandaloso es el de la madre de Nadine, una viuda que hacía ‘movilidad escolar’, pero que en el 2014 adquirió al ‘cash’ un inmueble en Loma Hermosa, Surco, con valor de 400 mil dólares. En el documento de la notaría, la señora Antonia Alarcón consigna como datos ‘viuda’ y ‘ocupación su casa’. Para la Fiscalía, ese dinero, presuntamente, fue derivado de los 3 millones de dólares que Marcelo Odebrecht y Jorge Barata aseguran haberle entregado a Ollanta y Nadine.
¿LA INCAUTACIÓN ES UN ABUSO? Humala protestó por la incautación de su casa y sostuvo que ‘es un abuso, porque ya está embargada’. Los expertos en Derecho sostienen que el embargo es otra cosa. Con él se garantiza, en caso de condena, el pago de la reparación civil. Con la incautación, el Estado, aparte de asegurarse la reparación, le quita la propiedad a alguien que la adquirió, según la Fiscalía, de manera delictiva. Por eso resultó patético ver a un exmandatario ofreciendo ‘alquilarle’ la casa al Pronabi (Programa Nacional de Bienes Incautados), como si su caso fuera un simple desalojo a un inquilino moroso o precario. Él es un expresidente acusado por la Fiscalía, junto a su esposa, de lavado de activos de más de 3 millones de dólares y de utilizar hasta aportantes fantasmas para esconder ese dinero ilícito.
¿Y LOS OTROS? Los Humala-Heredia no son los únicos que, según la Fiscalía, están metidos hasta el cuello en la investigación por lavado de activos. ¿Por qué a ellos no se les allanan sus casas? ¿Y Keiko Fujimori? ¿Por qué el caso de la Línea 1 del Metro de Lima no suena ni truena? Jorge Cuba y Edwin Luyo no tocaron los ocho millones de coima de un banco de Andorra. ¿Para quién era el dinero en ese tremendo faenón que se hizo en la cara del presidente Alan García? ¿Se puede creer que Cuba y Luyo engañaron a Alan y al ministro Enrique Cornejo? Apago el televisor.
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