Este Búho tenía razón cuando vaticinó que el retorno a los Foros Democráticos de un dictador apestado como el venezolano Nicolás Maduro iba a causar conflictos. Lo vimos cuando el hambreador de su pueblo y violador de los derechos humanos, responsable de 9 mil ejecuciones extrajudiciales y de mantener en sus mazmorras o en el exilio a políticos opositores, llegó en plan de estrella a la convocada por el presidente Ignacio ‘Lula’ Da Silva y el brasileño lo recibió como si fuera el papa Francisco.
Pero eso no fue lo peor. En conferencia de prensa al lado de ‘Maburro’, ‘Lula’ muy suelto de huesos aseguró que se ha construido una ‘narrativa antidemocrática y autoritaria’ con respecto a Venezuela. Incluso, calificó de ‘absurdo’ que se reconociera a Juan Guaidó —hoy exiliado— como presidente llanero. “Me parecía absurdo que la gente que dice defender la democracia lo niegue a usted como presidente elegido por la gente venezolana, y que un ciudadano elegido como diputado fuese presidente de Venezuela”, le dijo a un dictador de baja estofa como el venezolano, cuyo gobierno es declarado ilegitimo por la Organización de Estados Americanos.
Como sostuvo este columnista, el principal objetivo de la cumbre fue reactivar el Unasur que terminó convertido en mascarón de proa del izquierdismo chavista, cosa que no consiguió, y ‘lavarle la cara’ al sátrapa venezolano atornillado ¡diez años en el poder! También sostuve que el siniestro plan del brasileño, quien purgara cárcel condenado por haber recibido, entre otras coimas, un departamento de lujo en la playa de la corruptora OAS, iba a generar el rechazo de otros mandatarios, y mencioné al chileno Gabriel Boric. Si el organizador pensaba que la oposición podría venir de la derecha con los mandatarios Lazo de Ecuador o el premier peruano Otárola se equivocó.
El primero en salirle al frente fue otro izquierdista como él, el chileno Gabriel Boric
El líder universitario mapochino le enmendó la plana al líder sindical. Boric, si bien señaló que saludaba que Venezuela retorne a foros internacionales, remarcó que eso ‘no puede significar meter debajo de la alfombra o hacer de la vista gorda frente a temas que para nosotros son de principios e importantes’. “No es una construcción narrativa (como dijo Lula), es una realidad, es seria y he tenido la oportunidad de verla en los ojos y en el dolor de cientos de miles de venezolanos que hoy en día están en nuestra patria y que exigen también una posición firme y clara respecto a que los derechos humanos deben ser respetados siempre y en todo lugar, independientemente del color político del gobernante de turno”.
El mandatario derechista uruguayo, Luis Lacalle Pou, también fustigó al brasileño por el tema de Venezuela: “Hay tantos grupos en el mundo tratando de negociar para que la democracia sea plena en Venezuela y que se respeten los derechos humanos para que no haya presos políticos, que lo peor que podemos hacer es tapar el sol con un dedo”. Gustavo Petro, otro de los presidentes que esperaba su turno para unirse a Lula y abogar por ‘Maburro’, optó por un cobarde silencio. Ya había pasado roche cuando el premier peruano Alberto Otárola lo había ‘cuadrado’ para que deje de entrometerse en los asuntos internos del Perú.
Pero no solo Maduro ‘fue por lana y salió trasquilado’. En México, el siniestro y estrambótico presidente Manuel López Obrador también sufrió un duro golpe cuando el Consejo Empresarial Mexicano lo ‘cuadró’ mediante un comunicado público de rechazo a su delirante anuncio de suspender las relaciones económicas y comerciales con el Perú. Los empresarios aztecas indicaron que esta medida ‘vulnera el derecho y la libertad de negociar entre empresas de ambos países, en beneficio de un mercado conjunto de aproximadamente 160 millones de consumidores’.
López Obrador parece ignorar que en su país diariamente desaparecen mujeres, casi niñas, por la mafias de tratantes de blancas; se asesina a periodistas, alcaldes, policías, campesinos, turistas, congregaciones de religiosos. México se ha convertido en una narco-nación. El político izquierdista ni bien tomó el poder lanzó una proclama: “Ya no hay guerra contra el narcotráfico. Vamos a firmar la paz”. Ese guiño a los malditos cárteles solo ha hecho fortalecer a la criminalidad y sumido en la pobreza a los más humildes del campo. Pero AMLO prefiere preocuparse por el ‘pobrecito Castillo’. Alucinante. Apago el televisor. POR: EL BÚHO