Este Búho asiste sorprendido a la cancelación de uno de los conciertos del gran Juan Luis Guerra en el Arena Perú. El motivo fue porque, según las autoridades, los organizadores hicieron ingresar unas cinco mil personas de más, por encima del aforo permitido. Creo que el tremendo daño causado a los fanáticos del dominicano que llegaron hasta de provincias pagando alojamiento y hotel aparte de 500 soles y más en entradas es irreparable. Al final, el sufrido público siempre es el que paga las consecuencias. Pero las disposiciones de seguridad son muy importantes y hay que cumplir con ellas.
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Mis mejores recuerdos son de los conciertos en San Marcos, el Nacional, el Parque de la Exposición, el Barranco Arena. Este episodio me hizo recordar los memorables conciertos que vi del dominicano en Lima. Ingreso al túnel del tiempo: Junio de 1992. Fue la primera vez que Guerra se presentaba en Lima. Fueron dos llenos impresionantes, uno en el Jockey Club y otro, el del cinco de junio, en el estadio de Matute. Ese concierto nunca lo olvidaré porque a la salida recalamos en un barcito en Santa Beatriz con mi manchita de sanmarquinos, cuando a medianoche sentimos una terrible explosión: los malditos terroristas de Sendero Luminoso lanzaron un camión de la Marina cargado de 600 kilos de dinamita y anfo contra el local de Frecuencia Latina, muy cerca de nosotros, en Jesus María, matando al productor del noticiero ‘90 segundos’, Alejandro Pérez, y a dos vigilantes. Según informes de inteligencia, los terroristas barajaron la posibilidad de atentar contra el concierto. ¡Imaginense!.
El renovado merengue de Juan Luis Guerra y la 4.40 marcó el inicio de la decada de los noventa gracias a ese extraordinario disco ‘Bachata Rosa’ (1990) y su maquina de hits, anoten: ‘Rosalía’, ‘Como abeja al panal’, ‘Estrellitas y duendes’, ‘A pedir su mano’, ‘La bilirrubina’, ‘Burbujas de amor’ o ‘Bachata rosa’. No había fiesta donde no estuviera presente la música del dominicano. Y lo más alucinante, se retrocedió en el tiempo como en la épocas de los setentas, en que se bailaba rock lento. A inicios de los noventas, uno bailaba como un trompo merenguenado con ‘La blirrubina’, ‘Visa para un sueño’, ‘A pedir su mano’ y luego sacabas a una chica para bailar pegaditos, cachete con cachete, esas hermosas piezas románticas como ‘Burbujas de amor’, ‘Como abeja al panal’ o ‘Estrellitas y duendes’. Pero a Juan Luis lo había escuchado por primera vez en el año 1988. Con mi hermano Walter Custodio, de ‘La pesada sanmarquina’, alucinabamos con un pegajoso tema que sonaba en la radio: ‘Woman del Callao’, de un desconocido Juan Luis Guerra.
Custodio, de familia chalaca de pura cepa, decía que ‘ese pata estuvo en el Callao, se enamoró de una chalaca y le hizo un homenaje’. Pero yo, al escuchar la letra, reparaba en que decía: ‘Yo quisiera vivir con ella junto al Callao/ y bailar Calipso en la arena tomando sol...’. Y yo le decía a Custodio ¡¡si el Callao, Cantolao y La Punta son de piedras, no de arena!! Muchos años después descubrimos que el autor original del tema es el folclorista venezolano Julio Delgado y su grupo Un Solo Pueblo, que grabó ese tema en 1986. La versión de Juan Luis es muy respetuosa de la original que se puede ver en YouTube. Solo ‘Woman del Callao’ se escuchó en 1988, a pesar de que en ese disco había temas que recién sonarían después de que el dominicano se hizo mundialmente conocido. Es increíble que ese patita desconocido que sonaba con ‘Woman del Callao’ haya vendido 70 millones de discos a lo largo de su carrera y cosechado 24 premios Grammy. Pero pese a todo prefiero pensar que ese dominicano cantó ‘Woman del Callao’ como un homenaje a la mujer chalaca que tiene ‘mucho down, mucho tempo’. Apago el televisor.
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