Este Búho asiste a una nueva crisis política que terminó con la salida del ministro del Interior, general PNP en retiro Cluber Aliaga, a solo cinco días de haber juramentado el cargo y con el antecedente de que reemplazaba al renunciante abogado Rubén Vargas, quien solo duró quince días en el puesto. Francamente, el gobierno de transición de Francisco Sagasti batió el récord mundial de dispararse a los pies. Creo que ni ensayándolo lo hubieran hecho peor. Vamos a explicar esta tragicomedia parte por partes.
EL GABINETE DEL ERROR: Estas crisis no afloran solas, se generan por algo. El nuevo mandatario asumió con los ‘vacadores’ arrinconados y con el apoyo de la calle y la opinión pública. Sagasti prometió un gobierno de ancha base, plural, y provocó entusiasmo. Diversos analistas recomendaron un premier con recorrido político, conocido y respetado hasta por la oposición más virulenta.
Hasta se sugirieron algunos nombres como Allan Wagner, pero pudo ser otro de su mismo perfil. Pero no, a la hora de presentar al jefe del gabinete y sus ministros nos dimos con la ingrata sorpresa de que solo había convocado a sus viejos amigos de los organismos no gubernamentales, amigotes de la izquierda de cafetín y oscuros funcionarios públicos que pasaron sin pena ni gloria por ministerios en los gobierno de Toledo, Ollanta y PPK.
Pretendía con equipo de media tabla para abajo ganar una Champions. Imposible. Pero nunca imaginamos que el técnico y su equipo hicieran agua tan rápido y sus enemigos del Congreso ya quieren mandarlo a la baja como Alianza Lima.
QUÉ TALES AUTOGOLES: Este columnista advirtió de lo riesgoso de armar un gabinete de amigotes. Cuando lo aconsejable era abocarse de lleno a combatir la pandemia, continuar con la reactivación económica, desde el Ministerio del Interior salió el primer autogolazo. Pretender cambiar al Comandante General de la Policía, saltándose 18 puestos del escalafón policial para colocar al general PNP César Cervantes, es provocar inestabilidad.
Enarbolando banderas de castigo para los responsables de la muerte de dos jóvenes durante las protestas callejeras ‘anti Merino’, ‘justos pagaron por pecadores’ y se fueron de baja varios generales de hojas de servicios intachables y algunos héroes en la lucha contra el terrorismo. La oposición antropófaga del Congreso afiló sus dientes y asustó a una primera ministra que, en su debut, llegó a pedir el ‘voto de confianza’ al hemiciclo con la cabeza del renunciado Rubén Vargas en bandeja de plata ante las carcajadas del ‘bochinchero’ Urresti y el ‘chuponeador’ Alarcón.
NO, MI GENERAL: Durante los cinco días que estuvo en la cartera del Interior, el general Cluber Aliaga defendió, obviamente, la institucionalidad de la Policía y criticó públicamente todas las propuestas de Sagasti respecto a los cambios y reformas. Pero caben varias preguntas básicas que nadie las hace. ¿Cómo llegó Cluber ante Sagasti? Ahora lo acusan de querer chuponear a la premier.
El gobierno, demostrando una increíble fragilidad, ha nombrado como reemplazante de Aliaga a José Elice, en un ministerio donde el titular tiene que estar totalmente contactado con la calle, con la problemática de la familia de policías que es en extremo compleja, porque la inseguridad ciudadana es uno de los principales problemas que sufre el país.
Sin embargo, Elice, según el congresista Gino Costa, es un hombre correcto, pero no conoce nada del Ministerio del Interior ni de la Policía. Increíble. Me parece que su principal mérito es pertenecer al Partido Morado. Solo espero que no vuelvan a agarrar de ‘piñata’ a la Policía. Apago el televisor.