Este Búho considera bien merecidas las maldiciones, carajeadas y recuerdos a su madrecita de los cientos de miles de sufridos usuarios de los peajes a la culpable de ese abuso: Susana Villarán, quien durante su gestión entregó rutas de Lima a Odebrecht, firmó adendas onerosas para la comuna y extendió la concesión del peaje de 30 a 40 años a OAS, con alza de peaje incluida, a cambio de coimas que ascendieron a ¡11 millones 293 mil dólares!, como señala la acusación de la Fiscalía, plata que se utilizó en la campaña por el No a la revocatoria para su reelección, pero otra parte habría ido a parar a los bolsillos de Villarán.
Es más, los fiscales sospechan que le habría comprado a su hijito un restaurante en la zona más cara de Nueva York. También del angurriento gerente José Miguel Castro y, según una nueva carpeta fiscal, para su entorno más íntimo, como su teniente alcaldesa Marisa Glave, Anel Townsend y su asesor Jorge Nieto. Otro todopoderoso de esa ‘cueva de Alí Babá’ en que se convirtió el municipio, Augusto Rey, según el Ministerio Público, tuvo el papel de ‘intermediario’, el ‘facilitador’ entre el municipio y las corruptoras brasileñas.
El ‘Villarangate’ no terminó con la llorosa confesión de Susana a última hora, cuando ella ya sabía que iba a abordar el bus que la llevaría un tiempito a Santa Mónica. El juicio recién va a comenzar y deben ser comprendidos muchos de sus ‘amiguis’ que ahora están pasando ‘piola’. Lo de la exalcaldesa le hace un daño terrible a la política.
Porque a diferencia de otros, de los cuales uno podía decir que sabía ‘de qué pie cojeaban’ (Fujimori, Toledo, Alan, Castañeda, PPK), la Villarán construyó su imagen y su discurso desde sus inicios —y aun cuando ya era almirante de ese barco municipal que navegaba por las ciénagas de la corrupción con las nefastas banderas piratas brasileñas— bajo la consigna de tener ‘manos limpias, transparencia, honestidad, cero corrupción’, de ‘decir siempre la verdad’ y de ‘el pueblo ante todo’.
Pero la ‘Careca’ —sobrenombre que le pusieron los brasileños— en un momento se convirtió, como el noble Anakin de ‘Star Wars’, en un siniestro Darth Vader y pasó a comandar el ‘lado oscuro’ de una mafia que hizo un desmadre con el fin de recibir millonarios fondos sucios, no solo para el No a la revocatoria, sino también para volver a postular y así traicionarse ella misma (juró que no iba a tentar la reelección), a sabiendas de que tenía el 80 % de rechazo, pero como bien lo sabe Keiko Fujimori, ‘en la campaña está el negocio’, la captación de millonarios aportes de corruptos que esperan o pagan favores.
La Fiscalía pretende demostrar que la mal llamada ‘tía regia’ no pudo hacerlo todo sola
Ella expectoró a gente con escrúpulos de su primer entorno izquierdista de Fuerza Social a cambio de tipos como José Miguel Castro, sin bandera y especialista en ‘recolectar’ el dinero, pero también contó con un soporte dirigencial que afrontó la campaña del No y que era imposible que no supiera de dónde provenían los millones que se gastaron en la campaña.
¿Acaso no tomaban cafecito todos los días con el ‘Mago’ Favre? ¿No se preguntaban quién pagaba el hotel cinco estrellas y su ‘título’ como experto en campañas electorales internacionales? José Miguel Castro está con la soga al cuello. ‘Leo’ Pinheiro, el mandamás de OAS, lo acusó directamente en su manifestación: “Debo indicar que yo acepté pagar 6 o 7 millones a favor de José Miguel Castro Gutiérrez a cambio de subir los peajes. En esas reuniones organizadas por el mismo Castro en el hotel Westin nos dijo que la fórmula para la solución estaría en la modalidad de la negociación directa o trato directo, y solicitó un pago de ventaja indebida o ‘propina’ de 6 o 7 millones de dólares”.
Según su testimonial, el dinero para Castro “se pagaría después de la aprobación del acuerdo y a través de Vlademir Garreta, porque el exfuncionario tenía la intención de vivir en Brasil y trabajar en la compañía de Vlademir Garreta”. ¡Qué tal conc...iencia! Todavía quería disfrutar de sus coimas tomando caipirinha en las playas de Río. Las ambiciones personales de José Miguel Castro las estamos pagando diariamente millones de limeños, pues hizo un acuerdo por el cual los peajes iban a subir gradualmente: de S/ 3.50 a S/ 4.00 en diciembre del 2014 y luego a S/ 4.50 en febrero del 2016. Pero que Susana Villarán no llore como una María Magdalena.
Falta saber si esos millones pagados a Castro se los embolsó solo o tuvo que compartirlos con alguien de ‘arriba’. La coima de la izquierda light es la peor. Gente de buena posición económica, estudios en universidades de prestigio, apellidos de alcurnia que llegaron enarbolando ‘emoción social’, ‘moral’, amor a los más necesitados, y resultaron más delincuentes que ‘Caracol’ y su banda ‘Barrio King’ a la hora que les pintaron millones de plata sucia. La justicia debe ser severa. Y acá es necesario conocer a todos los que se beneficiaron. ¿Puede ser posible que José Miguel ‘Peaje’ Castro esté libre y feliz como una lombriz después de cometer tamaña corrupción? Por menos muchos están presos y sin juicio a la vista. Apago el televisor.