Este Búho comprueba que los escándalos de los presidentes con la justicia no son exclusividad del Perú con el impresentable Pedro Castillo. En Estados Unidos, la población se mantiene a la expectativa por una posible acusación penal y cárcel contra Donald Trump, a quien acusan de haberle pagado 130 mil dólares a una actriz porno con la que sostuvo sexo extramarital para comprar su silencio cuando era candidato republicano en el 2016.
El encuentro se habría producido diez años antes, cuando el exitoso empresario inmobiliario tenía 60 años y su esposa Melania acababa de dar a luz a su hijo. Trump y la bailarina erótica Stormy Daniels, entonces de 27, se conocieron en un torneo de golf en el lago Tahoe, Nevada. El flechazo fue instantáneo y Donald fue fotografiado saliendo con la escultural rubia.
Según ella, pasaron la noche juntos y el empresario la llenó de halagos y le prometió presentarla en su programa de televisión ‘El Aprendiz’, lo que al final no se concretó, pero ambos siguieron en contacto. Pasaron cinco años y Trump comenzaba a ilusionarse con llegar a ser precandidato en el Partido Republicano para las elecciones presidenciales.
Mientras estaba en intensa campaña, apareció como un oscuro nubarrón para ensombrecer su futuro político, la figura de Daniels. La ‘porno star’ pasaba apuros económicos y quería aprovechar para vender la historia de su ‘affaire’ con el famoso empresario y ofreció su testimonio a la revista de farándula ‘In Touch’, por 15 mil dólares. La mujer no imaginaba que el poderoso aparato del magnate ya estaba trabajando para ‘borrar’ cualquier ‘desliz’ o ‘pecadillos’ en su hoja de vida.
El abogado más cercano a Trump, al que llamaban ‘su pitbull’, Michael Cohen, llegó hasta la revista y amenazó al director con clavarle una millonaria demanda si publicaba la historia. Daniels denunció a la Policía que había sido acorralada en un estacionamiento en Las Vegas por unos ‘angelitos’, quienes la amenazaron, ordenándole: ‘Olvídate de Trump’. La mujer, asustada, juró no mencionar más al magnate, pero la buena estrella del empresario, que logró ser proclamado candidato del Partido Republicano, le cambiaría la suerte.
Ella volvió a tomar contacto con los medios. Ahora sí su historia valía oro. Donald tenía grandes posibilidades de derrotar a Hillary Clinton y llegar a la presidencia. Su historia podía servir de torpedo a su candidatura, por eso volvió a aparecer el ‘Pitbull’ Michael Cohen, quien le propuso comprar su silencio por 130 mil dólares, que pagó en efectivo tras firmar un ‘contrato de confidencialidad’ con los nombres de ambos falsos. Pasaron dos años, el magnate fue elegido presidente y prometió construir un muro fronterizo de concreto en los límites con México.
Hasta que nuevamente apareció como un fantasma Stormy Daniels
El diario Wall Street Journal publicó por primera vez el ‘acuerdo de confidencialidad’. Invitada a programas de televisión, la bailarina porno se limitaba a sonreír, pero no afirmaba ni negaba nada. El abogado Michael Cohen ‘blindó al presidente’ y dijo que nunca le había ‘reembolsado ningún dinero’. Pero solo fue al principio. Mientras tanto, Stormy sorprendió a la administración Trump al solicitar a la justicia anular ‘el acuerdo de confidencialidad’.
Además, inició una gira por medios y clubes de desnudismo titulada: ‘Hagamos que Estados Unidos vuelva a estar caliente’, en burla al slogan de campaña de Donald: ‘Hagamos que Estados Unidos vuelva a ser grande’. Por si fuera poco, publicó su autobiografía ‘Full Disclosure’, donde revela que la noche con el presidente ‘fue el peor sexo de su vida’ y que su miembro viril era ‘pequeñín’. Pero la situación de Trump se complicó porque el ‘Pitbull’ Michael Cohen ‘tenía varios procesos pendientes con la justicia y negoció con el Gran Jurado el decir la verdad sobre el pago ‘por confidencialidad’. ‘Sí, Trump me envió a pagar a la chica por su silencio’.
La suerte estaba echada para el magnate, pero contribuyó a hundirlo más el testimonio de Ruddy Giuliani, del equipo de abogados del millonario, quien reconoció ante la cadena Fox que la organización sí reembolsó el dinero a Cohen. Trump se vio obligado a admitir vía redes sociales que sí se reembolsó ese dinero, ‘pero no fue sacado de los fondos de campaña’. Han pasado cuatro años del proceso y el expresidente no ha aceptado testificar ante los fiscales. Porque el pago a Daniels podría ser considerado una ‘falsificación contable’, que podría infringir la ley sobre financiamiento electoral.
Trump se encargó de ‘agitar las aguas’ al anunciar que ‘lo iban a detener el martes’, llamando a sus beligerantes partidarios, los mismos que asaltaron el Capitolio, a congregarse frente a las ‘Trump Towers’. También arremetió en su nueva red social -pues fue separado de Twitter- contra la que considera culpable de toda su desgracia, Stormy Daniels, a la que llamó ‘estafadora’ y ‘cara de caballo’. Trump está desesperado, había iniciado su carrera para convertirse en el candidato republicano a la presidencia. Según sus cálculos, le sería muy fácil derrotar electoralmente al ‘tío’ Joe Biden. Ahora está en manos de un fiscal demócrata de Manhattan, Alvin Bragg. Si lo procesan sería el primer exmandatario de Estados Unidos en afrontar un proceso penal y le dirá adiós a su sueño de volver a ser presidente. Todo por una rubia debilidad. Apago el televisor.