Este Búho habrá nacido de noche, pero no anoche y no se come cuentos. El último miércoles el dictador venezolano Nicolás Maduro ordenó un megaoperativo militar-policial de 11 mil uniformados para ‘recuperar’ la tristemente célebre cárcel de Tocorón, en el estado de Aragua, que estaba ‘tomada’ por la sanguinaria organización criminal ‘El Tren de Aragua’, donde su jefe, Héctor Guerrero Flores, ‘Niño Guerrero’ -condenado a diecisiete años de cárcel por homicidio y otros delitos en el 2017-, la había convertido en su centro de operaciones. Este cabecilla se construyó un chalet de lujo de dos pisos y desde allí ordenaba a sus esbirros cometer los más execrables delitos de extorsión, secuestro, narcotráfico, sicariato, robos y trata de personas no solo en Venezuela, sino en Colombia, Ecuador, Perú y Chile.
Digo que no me como ese cuento que ‘de la noche a la mañana’ al mandatario llanero le preocupaba que una las principales cárceles del país sea controlada por la criminalidad, porque las autoridades ‘chavistas’ sabían muy bien que desde hace años ‘El Tren de Aragua’ la controlaba y movía millones gracias a su amplia gama de delitos y extorsiones. El sucesor de Chávez se alió a la mafia porque necesitaba tener acceso a los ‘cupos’ de esta banda para pagar la ‘lealtad’ de su engranaje corrupto: generales, funcionarios y figuras políticas claves que se le podían ‘voltear’ si no los ‘aceitaba’ en momentos en que el Estado se encontraba al borde de la bancarrota.
A cambio, las autoridades penitenciarias ‘bolivarianas’ les permitieron controlar la prisión con la promesa de que ellos ‘pongan orden’ y eviten motines. Pero al dictador no le gustó que sus aliados izquierdistas como Gustavo Petro o Lula Da Silva hayan cuestionado su descarado apoyo a las bandas criminales que se internan en sus fronteras, al punto de que se olvidaron de abogar por el cese del bloqueo económico a Venezuela en la Asamblea de la ONU. También lo asustó el silencio a su causa de los representantes de Perú, Chile y Ecuador, países arrasados por las hordas criminales exportadas por su gobierno. Ante este vergonzoso aislamiento internacional decidió montar una pantomima de ‘tomar’ la cárcel como medida contra la delincuencia, pero según el centro especializado en delitos, ‘InSight Crime’, los principales cabecillas fueron alertados y salieron de la prisión antes de que llegaran los militares y es muy probable que ya hayan cruzado la frontera en avioneta.
Todo lo que encontraro en la cárcel de Tocorón
Lo que encontraron los policías y militares en ‘Tocorón’ rebasó toda imaginación. No solo se toparon con un arsenal con metralletas, lanza cohetes, rifles con miras telescópicas láser, granadas, teléfonos inteligentes, quince ‘ladrillos ‘de cocaína y dos de marihuana. Lo que más les sorprendió es que habían abuelas, mujeres, muchachas maquilladas en minifalda y niños. Estas ‘visitas’ se debían quedar a pernoctar en la cárcel de viernes a domingo gracias a un ‘acuerdo’ entre el alcaide bolivariano y ‘Niño Guerrero’. Pero los periodistas se preguntaron ¿qué hacían allí si era miércoles? La prisión parecía Disneylandia. Tenía un zoológico, parque de diversiones, piscinas, gimnasios, pista de motocross, restaurantes, un banco y ¡un campo para jugar béisbol!! También encontraron una serie de túneles con iluminación y escaleras, por los que se habrían escapado algunos presos de bajo rango. El ministro del Interior, Remigio Ceballos, dijo que ‘habían impedido una fuga masiva’, pero luego señaló que irán tras la búsqueda de otros presos evadidos ‘en una segunda fase de la operación’. Solo tres presos fueron recapturados y cinco funcionarios penitenciarios detenidos. Esos son sus ‘chivos expiatorios’.
El Perú debe estar bien alerta porque esas lacras fugadas van a querer llegar al país a tomar el control de su siniestra organización. La Policía debe colocar los afiches-fotografías de ‘Niño Guerrero’ y sus secuaces en los puestos de frontera y comisarías. Además, hay que colocar las trampas y venenos que es lo que merecen esas ratas asesinas. Apago el televisor.