Abimael Guzmán
Abimael Guzmán

Este Búho cree que los peruanos tenemos muy mala memoria. Y está demostrado que la historia es circular. Estoy seguro de que todos los jóvenes conocen a Bad Bunny, pero casi nadie a Abimael Guzmán. Fue un 12 de setiembre de 1992 que los policías del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), con su ‘Operación Victoria’, capturaron en una casa de La Calera, en Surquillo, al más grande genocida, llamado el ‘Camarada Gonzalo’, el ideólogo del grupo terrorista Sendero Luminoso, culpable de desatar un baño de sangre que acabó con la muerte de miles peruanos. Era el hombre más buscado del país.

Hoy se cumplen 30 años de la captura de Abimael Guzmán
Hoy se cumplen 30 años de la captura de Abimael Guzmán

Junto a él cayeron esa noche, en su madriguera, su amante Elena Iparraguirre y los miembros del comité central: María Pantoja, siniestra recolectora de los ‘narcodólares’; Laura Zambrano, la ‘Camarada Meche’, y los que simulaban ser una pareja de ‘tortolitos’ esposos: la guapa y demoníaca bailarina de danza moderna Maritza Garrido Lecca y el arquitecto Carlos Incháustegui, quienes ya están en libertad. En 1992 Julio Becerra era un agente que trabajaba como infiltrado en los ambientes donde se movían senderistas. Universidades, sindicatos y plazas. Se hacía pasar por músico ambulante o vendedor de caramelos.

Ese sábado, a las 8:30 de la noche, tenía una misión fundamental: ingresar a la casa de Surquillo a detener a Abimael Guzmán. Su seudónimo era ‘Ardilla’, quien junto con la agente Ana Cecilia Garzón, ‘Gaviota’, habían estado semanas haciéndose pasar por enamorados, vigilando la casa y los movimientos de Incháustegui y Garrido Lecca. ‘Ardilla’ tocó la puerta y redujo al arquitecto, a Maritza y a dos acompañantes visitantes circunstanciales: el musicólogo Celso Garrido Lecca, recientemente fallecido, y la bailarina Patricia Awapara. Ellos no sabían que arriba se escondía Abimael. El agente vio a una a mujer que corría en el segundo piso, era Elena Iparraguirre que ingresó a una falsa pared donde se encontraba, sentado detrás de un escritorio, Abimael Guzmán. Apuntándole con su arma, ‘Ardilla’ le ordenó a Guzmán que no se moviera. ‘Gonzalo’ estaba blanco como un papel, muerto de miedo. “Me dijo ‘tranquilo muchacho, está bien, ya perdí’”, recuerda Becerra.

A los pocos segundos ingresaron al inmueble más agentes. La captura de Guzmán, coordinada por Benedicto Jiménez y Marco Miyashiro, fue un punto de inflexión en la lucha contra el terrorismo y la pacificación del país. Alberto Fujimori y su asesor, el ‘Doc’ Montesinos, no sabían de la histórica captura. El ‘chino’ estaba pescando en un río profundo de la Amazonía, ajeno a todo, y Vladimiro en playa Arica encerrado con su voluptuosa ‘gatita’ Jackeline sin saber nada de los movimientos policiales.

LIMA, 24 DE SETIEMBRE DE 1992
PRESENTACION DE ABIMAEL GUZMAN REYNOSO, LIDER DEL MOVIMIENTO TERRORISTA SENDERO LUMINOSO. 
FOTO: EL COMERCIO
LIMA, 24 DE SETIEMBRE DE 1992 PRESENTACION DE ABIMAEL GUZMAN REYNOSO, LIDER DEL MOVIMIENTO TERRORISTA SENDERO LUMINOSO. FOTO: EL COMERCIO

En el libro de Carlos Paredes, ‘La hora final’, se relata la captura del ‘cachetón’. Sus informantes fueron los miembros del grupo de inteligencia y nos transportaron a los recuerdos de los policías mencionados, los que nos conducen por las calles de Lima, ya sea vigilando a Maritza Garrido Lecca, recogiendo la basura de la casa-escondite para comprobar que botaban envolturas de medicinas para las dos enfermedades que padecía Abimael. O la parte cuando siguen al rollizo y lacio administrador de la academia César Vallejo, Luis Arana Franco, al que le pusieron la chapa de ‘Sotil’. Cuando descubrieron que le entregaba sobres manila con dinero a Incháustegui lo capturaron.

En los interrogatorios no quiso colaborar. Le dijeron: ‘No solo vas ir tú a la cárcel, sino también tu esposa. ¿Con quién se van a quedar tus hijos? ‘Sotil’ arrugó y confirmó que el dinero entregado era para Guzmán. El Perú le debe mucho a esos policías, comandados por Benedicto Jiménez, quien hace unos días fue ascendido al grado de general, y Marco Miyashiro. Sus integrantes eran una suerte de héroes incomprendidos: tenían un sueldo miserable, trabajaban hasta 18 horas y se alimentaban de galletas en los días de guardia. Ellos dirigieron ‘La captura del siglo’. Cuidado que los seguidores de Abimael se reciclan cada cierto tiempo con nombres de fachada y hasta hace poco llegaron increíblemente a Palacio de la mano de Pedro Castillo. Ahora volverán en las próximas elecciones y pedirán Asamblea Constituyente. Estamos advertidos. Apago el televisor.

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