Este Búho tiene que empezar, en esta oportunidad, por el final: ‘Apago el televisor’. Por la muerte de Genaro Delgado Parker, el popular ‘Papaúpa’, el ‘Zar de las telecomunicaciones’ como bien lo imitaba Carlos Alvarez con voz en off. Se fue de este mundo a los 87 años junto a su segunda esposa, Marcela Vanini. Su mérito más resaltante, dicen, es haber descubierto a las grandes estrellas de la televisión peruana ‘al ojo’.
A algunas las jaló de la radio a la naciente televisión a finales de los años cincuenta del siglo pasado, como a Augusto Ferrando y Humberto Martínez Morosini. A otros los descubrió de frente para la tele, como a Jaime Bayly, o su producto mayor, Gisela Valcárcel, a quien transformó de vedette de café-teatro en musa de las ‘señitos’ del mediodía. O las dalinas de ‘Nubeluz’. Pero a este Búho lo sedujo la personalidad de Genaro Delgado Parker ‘hijo’, como lo llamó Mario Vargas Llosa en su hilarante novela ‘La tía Julia y el escribidor’ (1977).
En esta obra, con tintes autobiográficos, el novelista recuerda cuando tenía dieciocho años, era estudiante de Derecho en San Marcos y cachueleaba como director de los noticieros de Radio Central y Panamericana, ambas de propiedad de Genaro padre (Genaro Delgado Brandt) y Genaro hijo (Genaro Delgado Parker). Vargas Llosa lo presenta como el típico empresario progresista, que pugna por introducir las novedades tecnológicas de Europa y USA a sus empresas, como la televisión. En esos años, a mediados de 1950, era la radio y, sobre todo, los teleteatros importados de Cuba los que batían récords de sintonía. Genaro hijo es quien convence a su padre de invertir en la nueva maravilla, esa ‘caja boba’ donde miles de hogares pueden seguir, en vivo, lo que se transmitía desde un set de televisión.
Con los años Genaro Delgado Parker logró hacer de Panamericana una de las más poderosas televisoras de América, produciendo telenovelas, con artistas mexicanos, argentinos, puertorriqueños, como ‘Hermanos Coraje’, ‘Simplemente María’ o ‘Nino’. Cuando el gobierno militar intervino los canales, ‘Papaúpa’ se estableció en Buenos Aires y esperó que con el retorno de la democracia le devuelvan sus empresas.
Con Belaunde, Genaro Delgado Parker recuperó su canal y premió a los televidentes con un programa humorístico que marcaría época: ‘Risas y salsa’ (1980), donde mezclaría a veteranos humoristas, como Alex Valle, el ‘Loco’ Ureta, Antonio Salim, con jóvenes como Adolfo Chuiman y ‘Felpudini’. Llenó de fútbol la televisión a color con ‘Pocho’ Rospigliosi y ‘El Veco’ en ‘Gigante deportivo’, y también ofreció cultura con el recordado programa de Mario Vargas Llosa, ‘La Torre de Babel’. Dio inicio a los noticieros madrugadores con ‘Buenos días, Perú’, con Roxana Canedo y Gonzalo Iwasaki.
Pero su buena estrella en las comunicaciones no le funcionó en la política. Después de apostar a ganador con Alan García en 1985, Genaro Delgado Parker jugó todas sus fichas a Mario Vargas Llosa y el Fredemo, quien perdió ante Alberto Fujimori. Un año antes sufrió un duro golpe familiar cuando el MRTA secuestró a su hermano Héctor y lo mantuvo cautivo varios meses en un hoyo sin ventilación, una de las tristemente célebres ‘cárceles del pueblo’. Su último gran proyecto fue ‘Nubeluz’, que logró exportarlo a varios países de Latinoamérica, pero se frustró por el suicidio de Mónica Santa María.
Después ya empezó su declive y líos judiciales. Al final, hasta sus trabajadores le dieron la espalda y exigieron, en las más arriesgadas intervenciones sorpresivas en televisión en vivo ‘¡¡Genaro, págame lo que me debes!!’. También es recordado el jocoso sketch de Carlos Álvarez con Alejandro Guerrero y la voz en off de ‘Don Genaro’, el zar de las telecomunicaciones. Pero lo que no fue broma y demolió su imagen, fue el vladivideo con el ‘Doc’ en la salita del SIN, donde se ve al todopoderoso broadcaster humillándose ante Vladi, para pedirle que arregle un juicio de divorcio de su hija. Eso, y el candente debate con César Hildebrandt en vivo, donde el periodista humilló a su hijo ‘Archie’ y Genaro Delgado Parker, desde Miami, despidió al periodista que lo acusó de censurar un programa suyo.
El hombre que hizo posible que la televisión llegue al país, el que la modernizó, la hizo lo que es hoy, nunca se conformó con que Ernesto Schütz, ‘un vendedor de papel higiénico, y todavía prófugo, se quede con mi canal’. Por eso, Genaro Delgado Parker vivió sus últimos días solo, mientras su ‘creación’ Gisela sigue liderando el rating todos los sábados. Aunque a él le gustaba ver YouTube y en su última entrevista le preguntan: ‘¿Usted ha visto el video de Milett Figueroa?’. Y ‘Papaúpa’ responde: ‘Ya lo ha visto todo el mundo’. Apago el televisor.