Eduardo Arana y Juan José Santiváñez respondieron ante Comisión de Fiscalización por audios difundidos en la prensa. (Foto: Britanie Arroyo / @photo.gec)
Eduardo Arana y Juan José Santiváñez respondieron ante Comisión de Fiscalización por audios difundidos en la prensa. (Foto: Britanie Arroyo / @photo.gec)

Este Búho siente vergüenza ajena ante lo que Dina Boluarte y sus ministros hacen con el Perú. Creen que el país es su chacra, pues se mofan y lo pisotean. Es muy grave el escándalo de los audios de las conversaciones atribuidas a Juan Santiváñez cuando era ministro del Interior y Eduardo Arana cuando era titular de la cartera de Justicia.

En esas conversaciones de setiembre del año pasado, que ambos previsiblemente se empeñan en decir que no reconocen, Santiváñez le pide a Arana que cambie de pabellón en el penal El Milagro a su defendido Miguel Marcelo Salirrosas, alias ‘El Diablo’, un expolicía condenado a 27 años de prisión por integrar la organización criminal ‘Los Injertos de K y K’, brazo de la sanguinaria ‘Los Pulpos’. O sea que en plena ola criminal que azota al país, los ministros directamente responsables de combatirla habrían estado haciendo esfuerzos para favorecer al miembro de una temida red delincuencial.

  • Ministro Arana: Juan José.
  • Ministro Santiváñez: Hermano, oye, escúchame nomás, escúchame. No te quiero molestar, rapidísimo nomás. Lo que pasa es que han venido al ministerio de la familia de los policías, ¿ya?... Y te acuerdas que te hablé de Marcelo Salirrosas, el que está en Trujillo.
  • Ministro Arana: Ya.
  • Ministro Santiváñez: Todavía no lo cambian, hermano, sigue todavía allí.
  • Ministro Arana: Ya. Lo veo ahorita. Lo veo ahorita.
  • Ministro Santiváñez: Por favor.

La Fiscalía debe probar que las voces en esos audios son de Santiváñez y Arana, quienes dicen que no son ellos. El primero no acudió el último lunes a la diligencia fiscal para la toma de muestra de su voz como parte de los peritajes para demostrar si es él o no. Pero si es inocente debería ser el primer interesado en ir para que se compruebe que es víctima de una farsa, como señala.

Los expertos en Derecho coinciden en que funcionarios de alto nivel como los ministros están impedidos de realizar gestiones particulares para defender a un cliente anterior. Quien lo hace comete el delito de tráfico de influencias y podría ser condenado hasta a ocho años de prisión. Como si fuera poco, hay un audio anterior también atribuido a Santiváñez en el que le dice a un allegado de ‘El Diablo’ lo que está haciendo para favorecer a este: ‘Estoy moviendo cielo y tierra. No se preocupe. (...) Tenemos a dos magistrados del TC que nos están apoyando’. La Fiscalía sostiene que tras mandar ese mensaje cobró 20 mil dólares para ‘gestionar’ un fallo favorable.

Un testigo protegido señala que, como el recurso presentado por Santiváñez fue rechazado, familiares de ‘El Diablo’ comenzaron a presionarlo para que devuelva el dinero que le habían dado.

  • Ministro Santivañez: Mis honorarios, que están pendientes de pago y se tendrían que abonar con la resolución, son en soles.
  • Ministro Santivañez: Es la diferencia de la primera parte que se abonó. Mis honorarios, los que son en soles, son 20 mil. Esos son los honorarios del despacho. Los honorarios de los asesores externos son 20 mil en dólares.
  • Contacto: Ok, doctor.

Este caso apesta y es vergonzoso. Pero los demás ministros del actual gabinete se hacen los locos, pese a que la Fiscalía afirma que tiene 77 audios, 33 imágenes y más de mil mensajes entre el ministro y el testigo protegido. Parece que nada de eso importa cuando se busca seguir disfrutando de la circulina, los carros de lujo y los jugosos sueldos.

El presidente del Congreso, José Jerí, increíblemente califica el tema como ‘secundario’, con la complacencia del fujimorismo y el acuñismo. ¡Una vergüenza total! Y Dina Boluarte también quiere pasar este escándalo por agua tibia y, en medio de esta crisis, hasta se atreve nuevamente a solicitar permiso para hacer un viajecito más al extranjero, esta vez a Estados Unidos. Cree que la gente se va a olvidar de este caso, pero se equivoca. Por dignidad, Santiváñez y Arana deberían irse de inmediato, pero ya sabemos que eso no sucederá por su propia voluntad. Apago el televisor.

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