Este Búho recuerda al gran escritor francés Honoré de Balzac cuando escribió la frase: ‘Detrás de cada gran fortuna hay un crimen’. Justo acabo de ver en Netflix una serie impactante, ‘El caso Bettencourt: el escándalo de la mujer más rica del mundo’ (2023). Si el nombre de Liliane Bettencourt no le dice nada, la cosa cambia si le adicionamos que esta dama francesa, que murió a los 94 años en 2017, era la accionista mayoritaria de la corporación de los productos de belleza más poderosos del mundo: el grupo L’Oréal y la mujer más rica del planeta con una fortuna que alcanza los 80 mil millones de euros.
La serie nos presenta el conflicto legal que se armó entre la octogenaria dama y su única hija Françoise Bettencourt-Meyers, de 59 años, en el 2011. El inicio es alucinante, François-Marie Banier, un renombrado fotógrafo, le propone a su otoñal benefactora que lo ‘adopte’ legalmente. Lo que no sabe la billonaria es que está siendo grabada por su siniestro mayordomo.
Cuando el empleado es despedido, los audios salen a la luz y desataron un escándalo no solo familiar, pues remeció las estructuras del poder político de Francia, salpicando a ministros y hasta a presidentes. La serie expone que la única hija de la magnate denunció que su mamá le había regalado al fotógrafo mil millones de euros al considerarlo su ‘hijo adoptivo’.
Ante tan grosera manutención, la hija Françoise se vio obligada a recurrir a los tribunales para solicitar la incapacitación legal de su madre, pues consideraba que esta había sido víctima de un ‘abuso debido a su fragilidad mental’ por parte del ‘amiguito’. El caso lo investigó en ese momento el procurador público de Francia.
Los medios de toda Europa y las revistas del corazón agotaban tirajes con este ‘culebrón’. Según varios medios franceses, un confidente de la hija de Bettencourt declaró al Le Journal du Dimanche que ‘ella no buscaba ningún dinero, simplemente tenía miedo de que su madre estuviera dilapidando su fortuna a su avanzada edad’.
Por su parte, Bettencourt madre —que hasta sus 86 años seguía asistiendo a reuniones de la junta directiva de la firma cosmética— aseguró a la policía que estaba ‘subvencionando’ a Banier y que ella podía disponer de su dinero como mejor considerara. Utilizando el famoso eslogan de la firma de cosméticos, Bettencourt afirmó que estaba dando a Banier parte de los 88 mil millones de euros en que se estima su fortuna porque ‘el chico lo vale’.
Escándalo no solo involucró a políticos, sino al ‘jet set’ internacional y a famosos artistas
El escándalo que generó este conflicto familiar no solo involucró a políticos, sino al ‘jet set’ internacional y a famosos artistas. Pues además de renombrado fotógrafo, a sus 61 años Banier era también dramaturgo, pintor y novelista. En los años setenta era conocido como ‘el chico de oro’ de París. Con 16 años conoció a Salvador Dalí y con 18 publicó su primera novela.
Entre sus amigos más famosos se encontraban la princesa Carolina de Mónaco, el diseñador Pierre Cardin y la entonces pareja formada por la cantante Vanessa Paradis y el actor Johnny Depp. Todo lo destapó un mayordomo. Según el documental, durante casi un año, desde mayo de 2009 hasta abril de 2010, uno de los empleados más cercanos a la mujer más rica de Francia sirvió el té y recogió la mesa con una pequeña grabadora escondida en el forro de la chaqueta y registró muchísimas horas de conversaciones privadas.
No eran conversaciones cualquiera, sino que involucraban al entonces presidente Nicolas Sarkozy dadas las jugosas revelaciones que contienen: la primera, que Florence Woerth, la esposa del ministro de Trabajo, Éric Woerth, trabajaba como asesora económica de la millonaria, de la que además se supo (gracias al mayordomo grabador) que escondía en Suiza varias cuentas oscuras y que poseía nada menos que una isla en las Seychelles sin declarar.
La mujer de Woerth renunció, pero al mandatario se le acusó, junto a doce pillos de cuello y corbata, de aprovecharse de la ‘incapacidad senil’ de la empresaria para beneficiarse con millonarios fondos. El presidente habría recibido millonarias ‘donaciones’ para su campaña electoral. El mayordomo dio la cara en el semanario Le Point y dijo que actuó ‘por propia iniciativa, aterrado por el ambiente envenenado que vivía en la casa’.
El contenido de las grabaciones, en poder de la prensa, ha dejado de pertenecer a la esfera privada de la familia para convertirse en un asunto casi de Estado. Las cintas escandalizaron a Francia, pues se muestra cómo se maneja suciamente el poder en las altas esferas. Este documental de Netflix nos hará recordar pasajes de ciertos políticos angurrientos peruanos que están entre rejas o felices como unas lombrices. Apago el televisor.
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