Este Búho espera con ansias el estreno de la serie ‘Cien años de soledad’, sobre el libro que consagró mundialmente al colombiano Gabriel García Márquez. Aunque muchos estén en contra de la producción, que se estrena este año en Netflix, lo cierto es que ha generado gran expectativa. Como saben mis lectores, el caribeño es uno de mis escritores de cabecera y eterno acompañante en las noches. Sus libros me salvaron de la cotidianidad, en los descorazonados tiempos de mi adolescencia, y me sirvieron en mi formación de periodista. Su historia de vida está llena de aristas, de episodios novelescos y de lo ‘real-maravilloso’, ese género literario que fabricó y entregó al mundo.
‘Gabo’ nació en una familia humilde, pero su talento lo llevó a ser uno de los intelectuales más respetados, importantes y queridos en lengua castellana de la historia. Mientras aguardo el estreno de la serie, me topé con un hermoso documental -también en Netflix-: ‘Gabo, la magia de lo real’, dirigido por el inglés Justin Webster.
En la cinta se hace un viaje por los lugares que marcaron la vida del escritor y dan testimonios sus amigos más cercanos. Desde la pequeña y pobre Aracataca (Caribe colombiano), en donde vivió hasta los nueve años, criado por su abuela supersticiosa hasta el tuétano y su abuelo, un veterano y estricto coronel, hasta la entrañable Ciudad de México, lugar donde escribió su más grandiosa novela: ‘Cien años de soledad’ y donde pasó sus últimos días de vida.
Están los relatos de su hermana Aída García Márquez, así como del expresidente estadounidense Bill Clinton, quien en una entrevista aseguró que ‘Gabo’ había sido importante para él: “Porque sus libros y amistad han constituido preciosos regalos en mi vida. Porque compartíamos el amor por la democracia y la libertad, el odio por el poder brutal y arbitrario, y la preocupación por la vida y el bienestar de la gente común. Porque ‘Gabo’ marchaba al ritmo de su propio tambor y dedicó su vida a crear memorias que nos estremecerán para siempre”.
Paradójicamente, García Márquez también fue íntimo de Fidel Castro y muchas veces intercedió para que Estados Unidos restableciera lazos con Cuba, y aunque estuvo a punto de lograrlo por su amistad con Clinton, nunca se concretó. Uno de los momentos más emotivos del documental es cuando visitan la vieja casa de Mercedes Barcha en Sucre.
Él tenía 14 años cuando la pretendía y ella 9. “Mercedes ha quedado regada por todos mis libros. Pedazos por todos lados”, diría alguna vez el novelista. Para nadie es un secreto que ‘La Gaba’, como se le conocía a Mercedes, fue el pilar más importante para la carrera de García Márquez. Fue ella quien hizo ‘magia’ para que, durante un año y medio, el narrador se dedicara únicamente a escribir ‘Cien años de soledad’, sin ningún tipo de preocupación o desconcentraciones.
“Tú no estás aquí para preocuparte por plata. Tú dedícate a escribir, que del resto me encargo yo”, le advirtió su mujer. Por eso el autor siempre decía: “No supe cómo se las arregló Mercedes para que no faltara la comida cada día. Lo cierto es que en los últimos balbuceos de la novela debimos empeñar el secador, el calentador, la batidora y las últimas máquinas que nos quedaban”.
El hombre con un maletín lleno de dinero
En esos días de total pobreza, y cuando sus hijos le pedían comida, ‘Gabo’ los consolaba diciendo que pronto llegaría un hombre con un maletín con tanto dinero que no volverían a pasar necesidades. Luego de algunos meses, con el éxito inesperado de ‘Cien años de soledad’, un representante de la editorial Sudamericana llegó a México para entregarle al autor de la obra un cheque con las regalías del libro. “Hágame un inmenso favor, cambie el cheque por dinero, compre un maletín y métalo ahí”, le pidió el escritor. Al llegar el hombre con el maletín negro, sus hijos quedaron tan sorprendidos porque se había cumplido el presagio de su padre.
Otras voces, como la de su editora Carmen Balcells, de su íntimo amigo Plinio Apuleyo y el veterano reportero Jon Lee Anderson, dan luces sobre el hombre detrás del escritor. Pero entre todos sorprende la aparición de Tachía Quintana, antigua novia española del célebre integrante del ‘Boom Latinoamericano’ cuando este era corresponsal de El Espectador en Francia, allá por los años 50.
‘Gabo’ era delgado y tímido, al principio me pareció algo petulante. Pero muy rápido me di cuenta de que era un hombre dulce y muy romántico: me regalaba la puesta de sol y me decía cosas fascinantes”, recuerda la ‘vasca temeraria’, como la llamaba el premio Nobel.
El documental aborda diversos ángulos de la vida del colombiano, desde lo familiar, sentimental, social y político. En resumen, da cuenta de cómo un niño que nació en uno de los pueblitos más recónditos de Colombia, en donde no había más de 5 mil habitantes y tenía todas las condiciones en contra, se convirtió en una celebridad de las letras a quien hasta el día de hoy, a 10 años de su muerte, se sigue venerando y extrañando. Apago el televisor.
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