Este Búho estuvo observando en vivo la llegada de la selección argentina a Buenos Aires y la verdad es que fue impresionante. Desde la salida de la aeronave con Lionel Messi llevando la Copa, junto al entrenador Lionel Scaloni y al costado, para salir como sea en la foto, el presidente de la AFA, el siniestro ‘Chiqui’ Tapia. Después de 36 años, nuevamente la Copa del Mundo llegaba al país del Río de la Plata. Hoy no era Maradona como en 1986, un porteño quien portaba orgulloso el codiciado trofeo, ayer fue un rosarino como Messi.
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Fueron miles de miles de enfervorizados hinchas los que invadieron las principales avenidas del centro de Buenos Aires. Se estimó que había alrededor cuatro millones de personas en las calles, quienes esperaban saludar a los campeones. Pero las masas fueron víctimas de las propias masas. Toda la gigantesca avenida de ingreso al Obelisco estaba copada por una multitud compacta por varios kilómetros. Era imposible que el bus de la selección pudiera ingresar al centro de la ciudad. Una lástima. Tuvieron que sacar a los jugadores para llevarlos en helicóptero a que dieran un recorrido aéreo por la ciudad para que vean a los millones bonaerenses, que querían darles las gracias por la hazaña. De allí enrumbarían a la Casa Rosada para recibir el homenaje presidencial. No estarían ni Messi ni Di María ni Dybala, quienes partieron en el jet privado de la ‘Pulga’ a Rosario.
En el Perú, en materia futbolística, nunca hemos tenido una gran manifestación de masas por haber logrado un galardón. Ni cuando eliminamos a Argentina para clasificar al Mundial de México 1970, ni cuando ganamos la Copa América en la final con Colombia, en Caracas, en 1975. El único recibimiento multitudinario fue el que le dieron a las voleibolistas que regresaron de las Olimpiadas de Seúl con la medalla de plata, en 1988. Recuerdo que llegaron de mañana y desde la escalinata del avión las recibió un enjambre de fotógrafos y autoridades. Y en bus descapotable recibieron la ovación multitudinaria por las avenidas Faucett y Colonial, siendo saludadas por el pueblo que siguió por TV de madrugada sus triunfos ante Brasil, Estados Unidos, Japón, China y la final electrizante y fatídica ante la URSS (la desparecida Unión Soviética), que se llevó la de oro.
Estuve en el Estadio Nacional, junto a 45 mil asistentes que llegaron tempranito a darles un merecido homenaje
El coreano Man Bok Park hizo un equipo de todas las sangres, fomentando una competencia sana. Allí estaban Cecilia Tait, Gina Torrealba, Cenaida Uribe, Denisse Fajardo, Rosa García, Sonia Heredia, Miriam Gallardo, Luisa Cervera, Gaby del Solar, Natalia Málaga, Katherine Horny y Alejandra de la Guerra. Un famoso periodista cubano, cuando vio llegar a la delegación peruana a Seúl, sentenció: ‘Perú, con Man Bok Park, ha hecho de su selección un café con leche, chico’. Este Búho tiene una sabrosa anécdota que sucedió en 1998.
Era el cumpleaños de ‘Mambo’ y una empresa de telefonía invitó a solo cinco periodistas a Iquitos, donde le iban a dar un homenaje con las subcampeonas de Seúl. Recuerdo a los colegas Valentín Ahón, Juan Carlos Giles y Rosario León, quienes fuimos testigos de aquel cumpleaños. Allí estaban todas las subcampeonas, ya guapas señoras, todas brindando no con agua mineral, sino con sus piscos sours a discreción y en cantidades navegables, junto al tío apacible y querendón con ellas como era su técnico. Y a cuatro metros, en otra mesa, los periodistas, siempre sapos e incómodos. Pero estábamos viendo una reunión histórica.
Esta columna termina como terminó esa reunión en un privado del Hotel El Dorado, después del ‘Happy Birthday’ y con los llantos sinceros de las chicas, que rodearon a su respetado ‘Mister’ y le hicieron ‘Túpac Amaru’, lo cargaron. ‘Algo que siempre quisimos hacer cuando nos sacaba la michi en los entrenamientos’, me confesó una de las grandes. ¡Y lo lanzaron a la piscina con terno! Fue lo último que vimos porque cortésmente nos invitaron a retirarnos, ya que de ahí en adelante la fiesta era privada entre las jugadoras y su entrenador. Apago el televisor.