Este Búho se sacude de los temas políticos con libros, música y películas en Netflix. Luego de una semana intensa y turbulenta, pude ver una serie que muchos amigos peloteros me recomendaron: ‘Apache: La vida de Carlos Tevez’. No puedo negar que me hizo emocionar y reflexionar sobre las circunstancias que a unos lleva al fracaso y a otros al éxito, sobre esas bifurcaciones de la vida que a unos arrastra a la gloria y a otros al infierno. La producción audiovisual, como bien dice su nombre, narra los inicios de uno de los delanteros argentinos más queridos de los últimos años. Nacido en el barrio más salvaje y pobre de Buenos Aires, el ‘Fuerte Apache’, Carlitos tuvo que esquivar desde sus primeros pasos las drogas, las balas, el crimen.
Su propio padre fue acribillado y su madre biológica era una alcohólica que se despreocupó de él apenas nació. Fue criado por sus tíos, quienes cuidaron cada uno de sus pasos y lo empujaron a ser lo que fue y sigue siendo: un crack del fútbol. Por eso, es a ellos a quienes considera sus verdaderos padres. Durante la serie, el pelotero confiesa que de ‘pibe’, cuando iba a jugar al fútbol con los amigos, eran normales los tiroteos y lo único que hacían era tirarse al suelo. Él recuerda aquellos episodios con una sonrisa, asegurando que no eran conscientes de la magnitud del peligro. El ídolo de Boca Juniors tuvo todo para ser un descarriado más en la ‘villa miseria’, pero supo rechazar las tentaciones. En la serie, la biografía de Carlos Tevez se entrelaza con la de su mejor amigo, el ‘Gaucho’, en la vida real Darío ‘Cabañas’ Coronado. En palabras del mismo futbolista, ‘Cabañas’ era su ‘hermano’ del barrio. Con él se inició en el fútbol y, según quienes lo conocieron, era incluso mejor jugador que Tevez. Gambeteaba y lanzaba los tiros libres como el propio Maradona.
Sin embargo, pertenecía a un hogar sin padres y su apoderado era un comerciante de drogas al menudeo, siempre metido en problemas. Fue fichado por Banfield y Argentinos Juniors. Sus entrenadores lo iban a buscar al barrio para rescatarlo, pero su vicio al pegamento nunca lo dejó despegar. Finalmente, perteneció a la organización criminal ‘Los Back Street Boys’ y estuvo involucrado en asaltos a mano armada. A los 17 años, antes de ser atrapado por la policía, decidió pegarse un tiro en la cabeza. Hoy su nombre es una leyenda urbana en el ‘Fuerte Apache’.
Cuenta el mismo Tevez que cuando integró la selección argentina Sub-17, escapó de la concentración para asistir al cumpleaños de su ‘hermano’. La osadía casi le cuesta el puesto en el equipo que entonces dirigía el ‘Virrey’ Carlos Bianchi.
“Era como mi hermano. Los dos de la misma edad, compartíamos todo. Entonces es difícil recordarlo de mala manera. Siempre lo recuerdo bien, con una sonrisa. Yo me estaba yendo al mundial de la Sub-17 y cuando estábamos haciendo la despedida, un asado en casa, él ya era buscado por la policía. Y en un momento pasó por la casa y hablamos. Yo me puse a llorar y en ese momento sentí que era la última vez que lo iba a ver”, recordó Tevez en una entrevista.
Muchas veces las tentaciones hicieron que grandes deportistas trunquen su carrera y destruyan su futuro prometedor. Sin ir muy lejos, pienso en ‘Kukín’ Flores. El chalaco tenía un talento innato con la pelota: atrevido, ágil, preciso. Verlo en la cancha era un deleite. Pudo destacar en cualquier liga del mundo, pero la droga lo llevó a la lona. Producto de sus excesos falleció de un paro cardiaco hace un par de años.
Otra estrella que se apagó muy temprano fue el ‘jotita’ Reimond Manco. Hizo un Sudamericano Sub-17 de ensueño. Fue considerado el mejor jugador del campeonato, por encima del colombiano James Rodríguez, pero muy pronto los escándalos, los líos de faldas y las juergas lo consumieron. Hoy, a sus 31 años, busca recuperar el tiempo perdido, incluso ha revelado que le gustaría regresar a la selección peruana, pero parece ser muy tarde.
El ‘Apache’ Carlos Tevez debutó en Boca Juniors a los 17 años. Dos años después sería fichado por el Corinthians. Con su primer sueldo, confiesa, lo primero que hizo fue comprar 10 casas, las que regaló a sus familiares que lo ayudaron y le dieron la mano desde sus inicios. Ejemplo de deportista.
Apago el televisor.