Este Búho continúa analizando el desarrollo de la cuarentena decretada por el presidente Francisco Sagasti y los resultados de una encuesta sobre preferencias para las elecciones de abril. Coincido en la denominación de ‘cuarentena chicha’.
En realidad, no había que ser pitoniso para saber que los ciudadanos no iban a soportar estar encerrados y, por eso, el gobierno morado les dio ‘una hora’ para salir ‘a pasear en familia’. ¡Por favor!, lo que a la mayoría de la población le aterra de la cuarentena es que millones de informales, los que ganan su sustento en el ‘día a día’, no iban a poder salir a trabajar para dar de comer a sus hijos.
Se ha anunciado que el bono se pagará en la quincena de febrero, pero ‘el hambre no acepta devengados’. ¿Qué van a comer en esos quince días? Tardíamente se pasó a entregar donaciones en algunos comedores populares con el apoyo de la empresa privada y la Iglesia Católica.
Este columnista se pregunta ¿de qué sirve una cuarentena si en la cara de policías y fiscalizadores del transporte los buses y combis parecen latas de sardinas y de coronavirus? Es evidente que hay una flagrante falta de autoridad, de liderazgo en este gobierno de transición. Y lo peor es que esos pasajeros se trasladan a sus trabajos para continuar con la cadena de contagios. Así nunca se podrá controlar la curva de transmisión que sigue para arriba. No se ve un trabajo coordinado entre el ministerio del Interior y el ministerio de Defensa. En verdad, se extraña una figura clave y de las pocas rescatables del equipo de Martín Vizcarra en la lucha contra la ‘primera ola’, el recordado ministro de Defensa, Walter Martos. Si no hay carácter y decisiones firmes, todos hacen lo que les da la gana.
Con respecto a las preferencias electorales, la reciente encuesta del Instituto de Estudios Peruanos arroja que habrá segunda vuelta y no hay mucho entusiasmo entre la población, obviamente más preocupada por la crisis sanitaria y cuidar su bolsillo. Por ello, el 33% de peruanos no se manifiesta, ‘no sabe, no opina’ y tal vez decida su voto en la cola, antes de sufragar.
El puntero absoluto, ‘Forzay’, es muy livianito y ya le van saliendo ‘chicharrones’. La Fiscalía ya tomó oficialmente la investigación sobre una denuncia de El Comercio, de que cuando era alcalde, a su ‘chochera’, su ‘pata del alma’, un tal Renzo Navarro, le dio trabajo en la municipalidad de La Victoria como especialista en ‘administración y comunicación’, pagándole más de 100 mil soles de los contribuyentes, sin que tenga estudios universitarios ni experiencia en la administración pública. Al parecer, era su ‘Richard Swing’.
A su vez, Daniel Urresti, de Podemos Perú, ya no hace bochinche, después que en un revelador reportaje de ‘Cuarto Poder’, Jesús Gálvez, uno de los testigos del asesinato del periodista de Caretas, Hugo Bustíos -por el que se enjuicia a Urresti- denunció con audios y videos que un ‘enviado de Lima de Urresti’ le ofreció 5 mil dólares para que no declare en el nuevo juicio del candidato.
El testimonio de Gálvez en el proceso anterior no solo lo incriminaba en el homicidio de Bustíos, sino de haber violado a otra testigo, quien también lo acusó en el reciente reportaje. Se trata de una denuncia demoledora y es muy probable que sea su sentencia. Al margen de ello, la lista de candidatos se parece a los restaurantes de la antigua Panamericana Sur en Lurín: ‘puros chicharrones’.
La última: el repunte del candidato Yonhy Lescano, que trepó al tercer lugar dejando rezagados al ‘moradito’ Guzmán, a Keiko y Urresti. Si bien el candidato de Acción Popular no tiene ninguna vinculación con la corrupta Odebrecht, lo que tal vez valora el electorado es que tiene un pasado en el Legislativo promoviendo leyes con ‘tufillos populistas’, como la devolución de los aportes de la ONP. Sería bueno que aclare su posición sobre ese mamarracho de ley que pretende unir los aportes privados de las AFP con el fracasado Sistema Nacional de Pensiones. Que hable con la verdad y no para conseguir votos.
Apago el televisor.