Este Búho llegó a la hermosa ‘Ciudad blanca’ de Arequipa, que me recibió con un sol esplendoroso. Pero no todo es color de rosas. Para empezar, el Hospital Honorio Delgado está convulsionado. Aquel donde en plena primera ola del coronavirus una desesperada esposa, con llanto desgarrador, correteó el automóvil de un indolente presidente Martín ‘Lagarto’ Vizcarra para exigirle el oxígeno que necesitaban su esposo y cientos de pacientes.
Los médicos intensivistas me advirtieron: “Cuídese señor periodista, la cantidad de fallecidos ha alcanzado su pico en mayo. ‘La segunda ola’ no ha descendido como en otras partes del país. En la región, al contrario, suman de veinticinco a treinta fallecidos por día y en Arequipa hay mas de 880 contagios diarios”.
Los culpables, para el presidente regional, el impresentable y controvertido Elmer Cáceres Llica, son Pedro Castillo y Keiko Fujimori, a quienes llamó ‘agentes de la muerte’, por convocar a sus simpatizantes a mítines antes del debate. ‘Keiko y Castillo son muy irresponsables, hacen mítines para que la gente se contagie de coronavirus’.
En la ciudad se respira un ambiente tenso. El copiloto de un camión que llevaba propaganda para Fuerza Popular murió en un lamentable accidente de tránsito. Me di una vueltita por el local de la Juventud Fujimorista y todavía quedaban en el piso los globos, las serpentinas y los vasos de las bebidas consumidas por la fiesta de recibimiento al candidato a la vicepresidencia, Luis Galarreta, quien llegó con una Martha Moyano que prefirió el perfil bajo.
Ojo, esa fiesta se realizó antes de la publicación del simulacro de votación de Datum, ayer en Trome, donde Keiko Fujimori recupera terreno, y de estar cinco puntos abajo de Castillo la semana anterior, ahora se coloca a menos de un punto del profesor, quien bajó tres puntos y cedió el sólido norte y el oriente a la ‘China’.
En ese aposento fujimorista reinaba el optimismo. En cambio, en el gran Mercado Central de San Camilo, donde siempre se congregan los partidarios del ‘lapicito’ que son mayoría en esta ciudad, no les hizo mucha gracia mis preguntas sobre sus opiniones acerca de los resultados de la reciente encuesta y el virtual empate técnico entre los dos candidatos.
‘No creemos en esas encuestas pagadas por los grandes medios, la encuesta está en las calles, en los mítines… Búho, parece que a ti también te están comprando’, me espetó Ramón, quien tiene un puesto de periódicos en Vallecito. Me puse a pensar y solo en algo tenía razón el fogoso canillita.
Los mítines de Perú Libre congregan el doble y hasta el triple de los de la ‘China’, pero recordé que en la década de los ochenta la izquierda llenaba la plaza San Martín o el Paseo de la República, y el arquitecto Belaunde solo una cuadra del Paseo Colón, y al final ganaba Acción Popular las elecciones.
Una cosa son los mítines y otra las encuestas. En un mitin puedes llevar a todos los universitarios y sindicalistas, y llenar una plaza tranquilamente, pero no es un indicador de que tu candidatura va a ganar. Estas son las primeras impresiones a mi llegada a la tierra de Mariano Melgar. Yo que pensaba darme tres días de banquete en las mejores picanterías de Yanahuara.
Al final solo me pude contentar con almorzar una entrada de solterito, un espectacular chupe de camarones gigantes y, para cerrar, unos alfajores arequipeños. Fue mi despedida de las picanterías porque a partir de hoy se impone un rígido toque de queda, como los domingos en Lima, para evitar enfrentamientos políticos y aglomeraciones en momentos donde el coronavirus está ganando la batalla a los arequipeños. Pero igual seguiremos informando lo que no se ve en televisión.
Apago el televisor. Pico