Este Búho se emociona con los logros que viene alcanzando nuestra joven compatriota Renata Flores, la ayacuchana que es un boom por interpretar canciones urbanas en quechua. Hace una semana nomás fue elegida como una de las 100 latinas más influyentes del 2021, al lado de estrellas como Salma Hayek o Michelle Rodríguez. Además, recientemente, la plataforma YouTube la reconoció por su aporte y contribución a la revalorización de la cultura andina. Este columnista tuvo la dicha de conocerla en la hermosa ciudad de Huamanga y allá, bajo un solcito de verano, pudimos conversar de sus raíces, de la influencia de sus padres y su abuela. De su lucha incansable por universalizar el idioma de nuestros ancestros y los ataques que ha recibido por ello.
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La primera impresión que me llevé de Renata es que es una persona sumamente humilde, que no flota sobre su ego como sucede muy a menudo en artistas de su talla. A pesar de que sus videos en las diversas plataformas (YouTube, Spotify, Vimeo) se reproducen por millones, camina por su natal Ayacucho como una mortal más. Los jovencitos, sobre todo, la detienen y le piden selfies, porque los autógrafos ya pasaron de moda. Siempre está acompañada de Patricia, su mánager, amiga y mamá. De ella y de su padre, Renata aprendió todo lo que sabe de música.
Ambos son unos rockerazos de la vieja guardia. Es Patricia su cable a tierra y su principal impulsadora. Es ella quien ha sabido llevar el talento de su hija a ojos internacionales. Renata supo saltar de los medios digitales a los tradicionales. Es decir, su primera vitrina fue YouTube y de ahí pasó a la televisión y la radio. Desde las redes sociales captó la atención de los jovencitos del país y sigue siendo su principal ventana para mostrarse el mundo.
Los artistas de hoy ya no sueñan con un disco físico, sino con una producción audiovisual impactante que se viralice. Internet ha derrumbado las fronteras y en estos días la tan ansiada ‘internacionalización’ está a un clic de distancia. Pero no basta con un producto vistoso, hace falta también el talento. Y es ahí donde Renata ha sabido apuntillar. ¿Pero qué hace única a esta joven cantante? Sus interpretaciones en quechua. Hasta antes de Renata Flores, ningún cantante del género urbano -esa moda encabezada por Daddy Yankee, Bad Bunny o Karol G, que hace bailar a centennials y millennials- se había atrevido a cantar en quechua.
Desde que la ayacuchana dio el primer paso, otros han seguido su camino. Entonces, en su ciudad y luego en el país, el idioma se puso de moda. “Mi abuela es quien me ha enseñado el quechua. El quechua es un idioma dulce. Siento que hay que darle el lugar que se merece. Yo no me avergüenzo de hablarlo. Sería avergonzarme de mi pasado. Y yo estoy orgullosa de mi pasado”, me dijo Renata aquella vez, mientras caminábamos por el jirón Libertad, que bordea la plaza de armas de Huamanga. A pesar de que su trabajo musical es impecable por donde se le mire o escuche, la artista ha sufrido ataques de los propios connacionales. Muchas veces la llamaron ‘serrana’ de manera despectiva.
Sin embargo, Renata tomó los insultos como aliciente, como una señal de que su trabajo estaba siendo observado por quienes la quieren y quienes no. Hoy es una de las máximas impulsadoras del quechua en el país. “Es el miedo a la discriminación, a que te miren diferente. Eso pasaba con mi abuelita. Siempre la recuerdo porque cuando me acompañaba a algunas actividades a mi colegio o a algún cumpleaños, yo sentía esa discriminación hacia ella. Y yo me preguntaba por qué sucedía esto. Los prejuicios eran algo normal.
Y creo que muchos de nosotros no nos damos cuenta de nuestra gran identidad, del valor de nuestros ancestros”. Renata Flores a la fecha ha paseado su talento por los programas más importantes de este país. Ha compartido escenario con ‘tótems’ de la música nacional. Estuvo a punto de iniciar una gira internacional cuando llegó la pandemia, entonces debió postergar toda su agenda. El diario más prestigioso del mundo, The New York Times, le dedicó un extenso reportaje con el titular: ‘La reina del trap en quechua’. Su carrera no parece conocer límites y cada día sorprende con nuevos lanzamientos. Lejos de los escándalos y de los ‘ampays’ a los que están acostumbrados nuestras ‘luminarias’ de Chollywood, Renata Flores ha sabido ganarse un nombre y un respeto que muchos ‘artistas’ quisieran. Aquí el talento se impuso al escándalo. Apago el televisor.
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