Este Búho tiene más de tres décadas ejerciendo el periodismo. Mis ojazos han visto cómo se han ido transformando las salas de redacción. Hoy, a pesar de la pandemia, mis jóvenes colegas hacen sus despachos en tiempo real desde cualquier punto del país. En mis tiempos pensar que eso algún día podría hacerse era un sueño, una locura. Por eso no me sorprende cuando el gran ‘Chema’ Salcedo vaticina que en unos años haremos entrevistas por telepatía. No puedo evitar ingresar al túnel del tiempo.
Este columnista escribía en la legendaria revista sanmarquina ‘La Casona’, en 1984. Gracias a esas crónicas sobre los bares, baños y restaurantes de la ciudad universitaria, me convocó un ‘cazatalentos’: Ricardo Uceda. Todavía no era el famoso periodista de investigación que es hoy. Allí me sentaba frente a una vieja máquina Remington. Había que rogar que tuviera buenas cintas y luego había que buscar ‘carillas’ para escribir nuestras notas. No existía el celular, solo una libretita para los apuntes. Trabajábamos entre bombazos y apagones de Sendero Luminoso.
En 1990 llegué al diario ‘Página Libre’. Recuerdo que el inmenso y rubio director, Guillermo Thorndike, encomendó a este Búho, chibolo, seguir la campaña del ingeniero Alberto Fujimori. Así, ingresaba a su residencia a la espalda del colegio Weberbauer, en Monterrico. Keiko, cachetoncita y chiquilla, nos atendía e invitaba limonada y galletitas. Esa es la vida de un periodista. Uno se codea con el poder, aunque no lo quiera. Pero desde joven aprendí que lo mejor es estar de lejitos con los politicastros. Escribí en varios diarios y revistas gracias al escritor Óscar ‘Chato’ Malca. En la pasada campaña del 2016, el director de Trome, mi gran amigo ‘Carlao’ Espinoza, me encomendó una misión: ‘Búho, viaja por todo el país. Sigue a los candidatos, cuéntale a la gente lo que pasa tras bambalinas’. Y lo hice.
Esta campaña 2021 no será la excepción, seguiremos cubriendo cada incidencia de las elecciones, acompañando y entrevistando a los candidatos. Esta vez en trabajo conjunto entre el papel y el área digital, un esfuerzo conjunto. En prensa escrita como en digital hay que competir diariamente por el público. Cualquiera puede salir al mercado con un medio periodístico. Lo importante es si este producto sintoniza con la gente y allí hablamos de talento, marketing, ‘feeling’.
Nací con la máquina de escribir Remington, pero me codeo con smartphones, tablets y todas las herramientas tecnológicas con las que nos bendice Dios. La Internet ha sido la promotora de un gran cambio en los medios de comunicación, más en el último año. Ya nada será igual.
Cuando empecé en este oficio no había Internet, Google ni Wikipedia. Había que trabajar. Investigar. Ponerle pasión. El periodismo, en cualquier plataforma y en cualquier época, se hace ‘corriendo la cancha’, ahora con más cuidado por el maldito virus. Y es una carrera de largo aliento. Quien se crea un Usain Bolt durará en la carrera el cortísimo tiempo de los velocistas de pruebas cortas.
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