Este Búho ve el panorama político más movido que Kike Suero después de bajarse un aromático pisco acholado mientras veía la clausura de los Juegos Olímpicos de París. Por eso, agarro mi ‘Espada del augurio’ de ‘Los Thundercats’, para que me permita ver ‘más allá de lo evidente’ y así poder dar mis ‘Picotitos’, bien picantes, como exigen mis lectores.
DINA JALADA POR EL PUEBLO: La tremenda desaprobación de la presidenta Dina Boluarte está por los suelos. La última encuesta de Datum para El Comercio muestra que el 91 por ciento le baja el dedo y solo un escaso 6 por ciento la apoya. Los peruanos no se sienten representados por la mandataria que parece gobernar de espaldas a la realidad y al pueblo.
Es una persona frívola que apenas llegó al poder se preocupó más de agenciarse costosos Rolex y hacerse cirugías estéticas, dejando de lado los terribles problemas del país en inseguridad, economía, salud y educación. Pasará a la historia como una gobernante opaca, incapaz y carente de la visión de un verdadero jefe de Estado.
EXTORSIONES CRECEN: Una de las razones de la pésima popularidad de Dina es el incremento de la delincuencia y, en especial, de las extorsiones. Miles y miles de personas sufren este flagelo en Lima y el resto del país. Humildes bodegueros, ferreteros, peluqueras, vendedores ambulantes, mototaxistas y muchos otros son víctimas de sanguinarios criminales que no dudan en matar a balazos o con granadas a quien se niegue a pagarles.
Indignante es el caso del empresario avícola de Huaycán que ha sufrido dos atentados a balazos en su casa y hoy vive escondido con su familia en un lugar desconocido porque teme que los asesinen. Lo más aterrador es que los malditos le muestran la denuncia policial que hizo y se burlan diciéndole que tienen comprados a los policías. Esa es una de las miles de historias terribles de este tipo. ¿Qué están haciendo el ministro del Interior y la presidenta?
ECONOMÍA PARALIZADA: Como si fuera poco, la economía no crece lo suficiente para vencer a la pobreza. No hay nuevos puestos de trabajo formales y la consecuencia es que nuestros jóvenes se están yendo al extranjero porque acá no hay oportunidades. Abandonan el país por igual los que no tienen ninguna formación y los profesionales talentosos. Esto es muy grave.
Lo repito, la presidenta debería ponerse al frente de los esfuerzos para echar a andar los proyectos mineros paralizados que podrían darle al país miles de millones de soles. Esa sería una forma rápida de echar a andar la rueda de la economía.
UN SECTOR CASTILLISTA: En reveladora entrevista con Trome, el abogado y político Fernán Altuve advirtió que existe un voto castillista de rechazo al actual sistema. Este columnista cree que tiene razón, pues todos los días salgo a la calle, tomo el Metropolitano, voy a mercados y constato que hay gente que cree que al chotano lo sacaron del poder a la mala.
No les importa el hecho de que dio un golpe de Estado, felizmente fallido, y que con justicia está bien preso. Están convencidos, en cambio, de que si ya no gobierna es porque es provinciano y profesor rural. O sea, que es víctima de racismo y clasismo. Más de una vez escuché: ‘Lo sacaron porque no aguantan que un cholo esté en Palacio’. Olvidan que antes de Castillo gobernaron los mestizos Toledo y Ollanta, por citar solo dos ejemplos.
CONGRESO DE LA VERGÜENZA: Aún estamos lejos de las elecciones del 2026, pero varios ya empezaron a hacer sus movidas para conseguir votos. Llama la atención el caso de Podemos, el partido del cuestionado legislador Pepe Luna, investigado por la Fiscalía como presunto cabecilla de la organización criminal ‘Los Gánsters de la Política’.
Su bancada ya tiene catorce miembros luego de jalarse a parlamentarios también investigados por la Fiscalía, como es el caso de los llamados ‘niños’ José Arriola, Darwin Espinoza y Jorge Flores Ancachi. O la ‘mochasueldo’ Heidy Juárez. Hasta llegó a sus filas un personaje como Guido Bellido, ex primer ministro de Castillo y antes fiel seguidor del prófugo Vladimir Cerrón, con pretensiones de llegar a la presidencia del Perú. Dan vergüenza. Apago el televisor.
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