Este Búho, cuando era niño, veía en la tele y en los noticieros los homenajes por el ‘Día del Trabajador’ en la plaza ‘2 de Mayo’. Mi viejito era supervisor en una antigua fábrica textil y hasta ahora conservo los olores de la telas y cómo los obreros me engreían cada vez que llegaba a visitarlo cuando trabajaba horas extras o feriados. Esta columna es un homenaje a los trabajadores honrados de este país, la gran mayoría, no a los sinverguenzas y corruptos. Les doy mi homenaje con este puñado de películas.
NOVECENTO (1976): Obra maestra que dura cinco horas y que este Búho se sopló en el cine ‘Country’. Italia enfrenta en una lucha fratricida entre patrones y trabajadores y parece ser que no habrá término medio. Robert de Niro, hijo del terrateniente que se tiene que enfrentar a su querido amigo de infancia Olmo (Gérard Depardieu), representantes de los obreros y campesinos. Pero no se atreve y surge Atila (Donald Sutherland), el sanguinario capataz de la hacienda, jefe de las hordas fascistas, quien es tan malo que mata a un gato a cabezazos y grita ¡¡ese gato era comunista!! Estremecedora esa siniestra marcha de los fascistas por el pueblo gritando ¡¡Somos los facisti, terror de comunist’. La desgarradora historia italiana vista desde la amistad de un niño pobre y uno rico. ¡Muy buena!
ROBOCOP (1987): ¿Quién dijo que los policías no podían hacer huelgas? Eso se planteó el holandés Paul Verhoeven cuando filmó esta película de culto. En la vieja Detroit del futuro reina la corrupción, la delincuencia, el narcotráfico y sus ciudadanos están idiotizados con programas concursos. Los heroicos policías reciben sueldos de hambre y caen como moscas por las balas de los hampones que están coludidos con empresarios y políticos corruptos. Ante la huelga, la mafiosa corporación, que regentaba a la policía, decide reemplazar a los agentes por robots. Pero uno en particular, ‘Robocop’, construido con el cuerpo de Murphy, un efectivo asesinado por los delincuentes, es el terror de los malhechores. OPC, la corporación, nunca imaginó que en el enfrentamiento entre policías de verdad y robots, el robot policía justiciero sacaría su corazón por sus hermanos policías de carne y hueso.
PAN Y ROSAS (2000): Ken Loach es un director combativo y que no le gusta dar concesiones. Quizás por eso un puñado de estrellas redujeron sus acostumbradas cifras astronómicas de sueldo para ponerse a su orden en ‘Pan y Rosas’. Adrien Brody, Benicio del Toro, Tim Roth, Ron ‘Hellboy’ Perlman son algunas de las estrellas de Hollywood comprometidas en este filme de denuncia de las infrahumanas condiciones de vida de los migrantes indocumentados en Los Ángeles. Maya (Pilar Padilla) deja Cuernavaca para mudarse a vivir a Los Ángeles donde su hermana Rosa. Consigue trabajo nocturno en un restaurante. En esas horas, cuando la ciudad duerme, las ‘sombras’ comienzan su trabajo en edificios del centro de la ciudad. Son los migrantes sin papeles que laboran por sueldos miserables, sin seguros de riesgo. Maya, muchacha valiente, se conmueve de la situación de sus paisanos indocumentados y decide denunciar los abusos de empresas ‘formales’ que explotan a los llamados ‘mojados’. Para ello contará con el apoyo de un gringo bueno Sam (Adrien Brody), un activista en pro de los derechos humanos. Pero esa lucha pone en peligro la estabilidad laboral de las hermanas y hasta el riesgo que las expulsen del país, porque las empresas con las que ‘chocaron’ tienen tentáculos muy poderosos.
DOS DÍAS UNA NOCHE (2014): Película belga francesa de los hermanos Luc y Jean Pierre Dardenne. En un pueblo industrial en Bélgica, Sandra (notable Marion Cotillard) trabaja en una fábrica de paneles solares y está casada con Manu, pero tiene problemas de depresión tan severos que pide una licencia laboral. El jefe se reúne con los trabajadores de la fábrica, que son 16 y les plantea que ‘por la crisis y la competencia’ debe tomar decisiones. Ofrece darles una prima adicional que saldría del sueldo de Sandra, a quien piensa despedir. En un escrutinio secreto catorce votan a mano alzada por aceptar la prima, trabajar más tiempo sin Sandra en la fábrica. La noticia le cae como una bomba a la mujer, quien tendrá dos días y dos noches para lograr el respaldo de sus compañeros.
Enternecedora y cruda, una mirada sin idealismo, pero también con esperanza en el ser humano y sus fortalezas ante las adversidades. ¡Feliz día a todos los trabajadores! Apago el televisor.
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