Este Búho considera que no hay que ser muy perspicaz para darse cuenta que el censo, implementado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática y apoyado, con bombos y platillos, por el gobierno del presidente PPK, fue un desastre. En todos los planos, no solo técnico, sino político y social, y paso a explicar por qué.
¡¡CAOS SOCIAL!! El Perú del 2007 al 2017 cambió mucho, para mal. La inseguridad ciudadana es un tsunami que arrastra a todos los sectores sociales del país. La delincuencia común como la sexual están en brutal crecimiento. Por qué expusieron a un ejército de jóvenes de uno y otro sexo a salir a censar sin un mínimo de protección. Los policías solo intervenían a borrachos o fulbiteros. Por qué los ministros del Interior y Defensa, Carlos Basombrío y ...Nieto, no destacaron a pelotones de policías y del Ejército a resguardar las calles para brindar seguridad a los entusiastas censadores. Estoy seguro que con efectivos del Ejército patrullando las zonas más movidas de la ciudad, nadie se habría atrevido a violar a una censadora, como ocurrió en Villa El Salvador. También se debió decretar la ‘ley seca’ desde la noche anterior. Lima estaba desierta, pero de la nada salían borrachos, drogadictos que acosaban a quienes trabajaban para el censo. Y por último, no fue justo el maltrato a los jóvenes encuestadores, sin lapiceros, polos, credenciales. Todo fue un caos desde el inicio, con el primer encuestado del país, el presidente, quien se equivocó muy suelto de huesos al responder ‘soy descendiente de europeos’ cuando le preguntaron de qué raza se considera. Esa respuesta no estaba en el cuestionario.
¡¡CENSO COMO CANCHA!! El cuestionado Aníbal Sánchez deberá explicar al país con qué criterios firmó un contrato con la Universidad César Vallejo, cuyo logo aparecía en polos, gorras, fólderes y stickers. El funcionario se justifica sosteniendo que antaño se hizo acuerdos con bancos o empresas de gaseosas, pero otra cosa es hacer un convenio donde se compromete a dar la información total aun antes que esta llegue al portal web del INEI. Además, esta no es completa para todos los usuarios. Si se entrega esa información valiosa a César Acuña, un personaje cuestionado acusado de plagio y regalar plata como cancha a cambio de votos, puede utilizarla para sus fines políticos. Con razón se empecinaron en colocar esa pregunta subjetiva sobre cómo se perciben los peruanos: si quechua, aimara, mestizo, aguaruna, blanco, negro o zambo. En campaña electoral sabrán a qué sectores provincianos mayoritarios en cada distrito, provincia y región podrán apuntar con su propaganda de campaña electoral. Lo escandaloso es que por un sencillo la universidad del líder de Alianza para el Progreso se llevará información privilegiada que pagamos todos los peruanos, porque el costo del censo, 170 millones de soles, salió del Estado, es decir de la plata de todos los peruanos. Con esto malograron todo el censo.
¡¡DESASTRE EN LO TÉCNICO!! Hubo un temblor la noche del domingo. La naturaleza es sabia y estaba disgustada por el caos que se originó por la pésima organización, implementación y estudios técnicos equivocados. La culpa la tienen el gobierno de PPK y Meche Aráoz, quienes quisieron sacar un censo al caballazo y se fueron de cara. Condominios enteros fueron ignorados por los encuestadores. Claro, si utilizaron la base de datos ¡¡del Censo del 2007!! entre ese año y el 2016 hubo un crecimiento inmobiliario espectacular, lo que antes eran fábricas o terrenos baldíos ahora son edificios multifamiliares. Los genios del INEI de Sánchez no hicieron un precenso para reconocer las manzanas a encuestar y determinar cuántas puertas tienen. Allí se habrían dado cuenta que estaban soslayando a miles de familias. Según el INEI, solo hubo un dos por ciento de población no censada, pero para el experto y exjefe del INEI entre 2002 y 2006, Farid Matuk, sería un 5% de población ignorada. Cifra suficiente para descalificar esta muestra que solo sirvió para tirar al tacho millones de soles. Apago el televisor.
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