Este Búho observó cómo el pueblo de Tacna, mientras el presidente Martín Vizcarra participaba en la ceremonia por los noventa años de la reincorporación del heroico departamento al suelo patrio, gritaba, exigía y pedía ¡el cierre del Congreso! Pese a que son situaciones diferentes, no pude evitar recordar lo que vivía el país el 5 de abril de 1992, cuando el presidente Alberto Fujimori ‘disolvió’ el Parlamento.
EL PRETEXTO DEL ‘CHINO’: Políticamente, Fujimori se encontraba en iguales condiciones de minoría en el Legislativo que el presidente Vizcarra hoy. En 1990, había quedado segundo tras el Fredemo, que ganó la primera vuelta, y tercero estuvo el Apra y cuarta la izquierda. En el Congreso, tanto en senadores como diputados, si quería tener mayoría, había que aliarse con el Apra. Así, hasta 1991 ese ‘pacto’ funcionó y el Parlamento casi no revocó ningún decreto de Palacio y le otorgó facultades. Pero el ‘Chino’ comienza dando un golpe en su propio partido Cambio 90, contra los ‘Evangelistas’ y los ‘Emprendedores’ de Máximo San Román. Toma el control Santiago Fujimori y crece la figura del siniestro asesor Vladimiro Montesinos. Estos buscan el pretexto para acabar con el Legislativo, instruyendo a sus ‘alfiles’ para atacar y levantarle la inmunidad al exmandatario Alan García. Este y el Apra se unieron a la oposición. El ‘Chino’ se había quedado, como quería Montesinos, solo, para así victimizarse y culpar de la crisis a la oposición.
IMPUNIDAD A CORRUPTOS: Al revés de lo que sucede actualmente, donde la mayoría ‘blinda’ corruptos, el Congreso de entonces era el primero en denunciar las corruptelas, como la hecha por la primera dama Susana Higuchi, acusando a Santiago y Rosa Fujimori de quedarse con la ropa donada del Japón. El Ejecutivo nombró a un procurador que había sido socio ¡en el bufete del ‘Doc’ defendiendo narcotraficantes!
ECONOMÍA HASTA LAS ‘BOLOÑAS’: Luego del ‘fujishock’ de ‘Que Dios nos ayude’ Hurtado Miller, se consiguió meses después, ya sin él, préstamos de Estados Unidos, Japón y España por mil 160 millones de dólares y 623.7 millones del Fondo Monetario Internacional. Pero en verano de 1992, solo una ínfima cifra de ese monto había llegado al fisco. Ya por ese tiempo, se sabría después, Santiago, su hermano Alberto y Montesinos manejaban las finanzas públicas y este último, sus relaciones con los altos mandos militares. El Congreso, con toda razón, llamó a Carlos Boloña, ministro de Economía, y a Enrique Rossl, de Agricultura, para interpelarlos. Boloña se salvó y Rossl fue censurado. Fujimori y el ‘Doc’, en marzo de 1992, tocaron las puertas de los cuarteles en una reunión secreta. Allí se ‘cocinó’ el autogolpe un mes después. El Congreso de políticos de la talla de Enrique Osterling, Ernesto Alayza Grundy, Carlos Malpica, Javier Diez Canseco, Valentín Paniagua, ‘Bobby’ Ramírez del Villar, a diferencia del actual, no se enfrentó ciegamente al Ejecutivo como lo hacen ahora Becerril, Milagros Salazar o Rosa Bartra, que buscan una suicida ‘solución final’ y son peligrosamente provocadores.
EL PODER JUDICIAL Y EL TERRORISMO: ¿Por qué el 70% de la población apoyó el autogolpe, aquella noche del 5 de abril, y la disolución del Congreso? Porque el demencial grupo terrorista Sendero Luminoso ya había iniciado ‘su asalto a Lima’ y los atentados dinamiteros y asesinatos selectivos en la ciudad se multiplicaban. Por otro lado, un Poder Judicial temeroso liberaba terroristas convictos y confesos como Laura Zambrano, la ‘camarada Meche’. Fujimori hábilmente les puso la puntería y los culpó, junto a congresistas de izquierda, ‘de liberar terroristas’. Incluso Fujimori, antes del autogolpe, había emplazado al Poder Judicial porque se había enterado de que la Corte Suprema habría exculpado al prófugo líder senderista Abimael Guzmán por terrorismo y sedición. El ‘Chino’, un año antes, había propuesto un plebiscito para reformar totalmente el Poder Judicial, al que acusaba de favorecer a narcotraficantes y ‘arreglar’ procesos. Este columnista cree que este tema -que no supo manejar la oposición de entonces- le dio a Fujimori esa abrumadora mayoría que apoyó su tropelía. Pero las coyunturas de ese año 1992 y la actual son diferentes. Pero siempre es bueno conocer el pasado para enfrentar mejor el presente y, sobre todo, el porvenir. Apago el televisor.