Este Búho alucina que el panorama político es una suerte de zoológico de amplias dimensiones y que los políticos que están en la ‘pomada’ se han reencarnado en algunos seres vivos que ahí habitan. Veo a Alan en la sección del acuario, transformado en un cachalote con hambre, que es alimentado con toneladas de sardinas en lata marca Odebrecht. Nadine es una conejita que devora tarros de mermelada de zanahoria marca ‘Barata’. Toledo es un atrevido guanaco que escupe y se burla de los visitantes. Ollanta es un chacal que ataca y que después esconde los colmillos y se hace el santito. Ahora les presento mis clásicos ‘Piqueítos’ que tanto reclaman mis lectores.
LOS MUDOS DE CHINCHERO: Este columnista se sorprende del sospechoso silencio de algunos sobre el escándalo del aeropuerto de Chinchero (Cusco) y, sobre todo, de la controvertida adenda. Sí, aquella con la que el Gobierno pretendía beneficiar a una empresa que desde la firma del contrato arguyó insolvencia, dilató plazos de construcción y pidió ‘ayuditas’, al estilo de sus pares brasileños, para conseguir modificaciones del contrato a todas luces perjudicial para el país. Coincido con los analistas que sostienen que los beneficios a Kuntur Wasi ‘olían’ a un descarado lobby y arreglos bajo la mesa. Qué tal manera de defender lo indefendible por parte del mandatario y el premier, para ‘blindar’ a una empresa ‘amiga’.
‘MONOS CON METRALLETA’: Perfecta definición para el comportamiento de la bancada de Fuerza Popular en el Congreso. Tener mayoría no significa ejercer prepotencia y la guillotina, con el objetivo de descabezar el gabinete. Fuerza Popular se ha transformado en una bancada como la de los jacobinos de la Asamblea Constituyente en la Revolución Francesa, que mandó guillotinar al rey Luis XVI, a la reina María Antonieta y a miles de ciudadanos. En el Congreso, Héctor Becerril ha mutado hasta convertirse en un neo-Robespierre sin peluca, y Daniel Salaverry, en un Danton flaco. En Francia, esa política destructiva solo engendró la ascensión al poder de Napoleón Bonaparte un 18 de brumario del año VIII (9 de noviembre de 1799) y terminó con las cabezas de numerosos jacobinos rodando debajo de la letal cuchilla francesa.
HASTA EL YUYO: Toda la vida, en invierno, malos burgomaestres pretenden imponer alguna norma para ‘privatizar’ ciertas áreas de la Costa Verde, allí donde hay playas amplias, con arenita fina y aguas tranquilas, como es el caso de la playa ‘Los Yuyos’. Lima es la única capital de Sudamérica que tiene playas increíbles de uso público en los distritos de Barranco, Chorrillos y otros. Son espacios de mar y arena abiertos a un pueblo que llega en buses desde todo Lima para disfrutarlos. Sin embargo, año tras año, voraces intereses privados van dejando a la zona metropolitana sin playas. Restaurantes exclusivos, clubes náuticos, proyectos híbridos y sin rubro definido como ‘Bordemar’, del hijo de Genaro Delgado Parker, el célebre ‘Archie’, se han apropiado de grandes zonas playeras, en teoría públicas. Esta vez, el alcalde Mezarina quiere aprobar al ‘caballazo’ la construcción de una plazoleta en ‘Los Yuyos’. Esta obra tiene la malévola intención de poner cemento en gran parte de la playa, con el pretexto de que es con fines recreativos, para posteriormente concesionarla a restaurantes y otros negocios. La exalcaldesa Jessica Vargas protestó y dijo que en el 2013 le propusieron el mismo ‘negocio’ y ella lo rechazó. Alan García, quien se da sus chapuzones en esta playa de su niñez, también alzó su voz de protesta.
MATÓ, HUYÓ Y LO SENTENCIARON: El Primer Juzgado de Tránsito y Seguridad Vial de la Corte Superior de Lima dictó nueve meses de prisión preventiva contra el empresario Guillermo Riera, por el atropello y muerte de tres jóvenes en la Costa Verde. Riera no solo había cometido el delito de homicidio culposo agravado por los tres fallecidos, y lesiones culposas agravadas a otra persona que quedó grave, sino que también hizo omisión de socorro de las víctimas al huir del lugar. Además, hay un cuarto delito: contra la administración de justicia en la modalidad de fuga, al viajar a Estados Unidos y retornar irregularmente por Ecuador. Ahora el empresario, tardíamente, pidió perdón a los familiares de sus víctimas y no apeló a la pena dictada por el juez. Increíble que con tantos empleados y choferes de su empresa, saliera de una reunión social de madrugada manejando su propio vehículo. Una irresponsabilidad que destruyó la vida de varias familias. Apago el televisor.