Caso Moreno: El primer escándalo del Gobierno

Este Búho pensó que pasaría un buen tiempo para que nuevamente pudiera suscitarse, a nivel de gobierno, una situación tan vergonzosa como los ‘Petroaudios’. “¡Hicimos un faenón de la gran p..., hasta con Servicio de Inteligencia!”. “Ahora nos falta cobrar los honorarios de éxito! ¡Vamos a operarlos!”, eran algunas de las expresiones de ‘Don Bieto’ Quimper y Rómulo León, a quienes el propio presidente Alan García calificó de ‘ratas’. Solo han pasado poco más de dos meses del inicio del gobierno de PPK y ya afronta un escándalo al salir a la luz los audios del exasesor presidencial, en temas de salud, Carlos Moreno. Anoche, ‘Panorama’ y ‘Cuarto poder’ los presentaron, causando un impacto similar al que sentimos los peruanos cuando escuchamos los ‘Petroaudios’. Este columnista advirtió que PPK no debía abusar de la ‘luna de miel’ que tenía con la mayoría de la población, impresionada por sus bailecitos, conciertos de flauta y sesiones de aeróbicos con sus ministros. Pedí que tampoco exagere con los ‘viajecitos’ y su lengua larga. Por ejemplo, ese comentario sobre ‘fumar tronchos’ minaba su cercanía con el pueblo, que aborrece a los malditos vendedores de drogas que envenenan el cerebro de los jóvenes. Pero los audios de Carlos Moreno sí pueden minar la confianza de la población en un gobierno al que sus detractores descalificaban en la campaña por tener un ‘dream team de lobistas’. Lo más indignante en esos audios es que, a diferencia de los ‘petroaudios’, donde se lucraba con distantes pozos petroleros, aquí se está jugando con la salud del pueblo. Según los informes, Moreno, en varios audios, se comunica con dueños de clínicas particulares y les ofrece hacer negocios mediante el Seguro Integral de Salud (SIS). “El SIS paga muy bien. Vas a ganar plata y mueves todas tus máquinas. Recién vas a ganar plata papá (...) La clínica es una clínica hermosa y está haciendo un convenio con la iglesia y con el SIS (...) Ese es el negocio. Arma tu empresita. Te van a llamar. Yo quiero que tú lo manejes”.

Moreno puso en la mira una institución de beneficencia para esquilmar al Estado, haciendo negociados con clínicas privadas. “Los médicos van a ganar el mismo tarifario de lo que cobra un médico del hospital Loayza. Esa es la condición. Ustedes ganan un huevo de plata en laboratorio, análisis y medicinas. Tengo la clínica”. Los audios fueron como una cachetada a la pobreza de los más necesitados. Quién no tiene un familiar que está enfermo de gravedad y le posponen la operación en un hospital del Estado, ‘porque se malogró la máquina’, o porque ‘no hay cama’. Todo para que unos sinvergüenzas, aprovechándose de su condición de asesores del gobierno, quieran hacerse millonarios estafando al Estado, pues se imaginan lo que van a costar esos ‘convenios del Estado con esas clínicas’, que van a facturarle al SIS con sus tarifas exorbitantes. Y ese dinero lo pagamos todos los peruanos. Muchos creen que el gobierno demoró en reaccionar y que el premier Fernando Zavala pidió la renuncia a Moreno y lo denunció penalmente porque ya sabía que iban a salir los audios en los programas políticos. Encima, no queda muy claro si Carlos Moreno actuó solo, porque en otro audio menciona a una financista, cabeza visible del grupo de confianza más cercano del Presidente. PPK ha sido enfático en señalar que “en Palacio no hay chuponeo”. Pero ese no es el problema principal. ¿Cuántos Morenos están ingresando a ‘asesorar’ en los ministerios donde el ‘gringo’ prometió una verdadera ‘revolución social’? Creo que es hora de que PPK ponga cara seria. Si Moreno hasta se daba el lujo de descalificar a la ministra de Salud, Patricia García. En otra conversación con autoridades de la iglesia, que dirigen clínicas, les prometió: “No le hagas caso, porque la píldora del día siguiente está en el Tribunal Constitucional. Ya hablé, eso no va a salir nunca. Es una loca de atar”. Esto recién empieza y ahora al Presidente le tocará bailar con la más fea, porque en el Congreso los de Fuerza Popular están saltando en un pie para iniciar otra danza, pero de guerra, en las comisiones investigadoras que se vienen. Apago el televisor.

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