El presidente Martín Vizcarra y el titular del Consejo de Ministros Pedro Cateriano.(Foto: Difusión).
El presidente Martín Vizcarra y el titular del Consejo de Ministros Pedro Cateriano.(Foto: Difusión).

Este Búho ve el panorama político más movido que Kike Suero saliendo del Festival de la Cachina de Lunahuaná antes de la cuarentena. Por eso agarro mi ‘Espada del augurio de Los Thundercats’ para que me permita ver ‘más allá de lo evidente’ en esta radiografía política que tanto reclaman mis lectores.

MARTÍN VIZCARRA: Una vez más, el mandatario sorprendió con el cambio de timón en la Presidencia del Consejo de Ministros. Hubo algunos comentarios que cuestionaban sus formas: ‘Traicionó a su amigo Vicente Zeballos, al igual que lo hizo con PPK y luego con Meche Aráoz y César Villanueva. Ese es su estilo’. Pero lo cierto es que era necesario un cambio de timón.

Zeballos era un ‘dead man walking’, a quien nadie le había avisado que estaba en el limbo. Incluso, horas antes de que lo despidieran, continuaba ejerciendo funciones y viajaba a la selva, justo en el momento en que Vizcarra se reunía con Pedro Cateriano recomponiendo el gabinete. Cuando el presidente lo llamó para comunicarle su decisión, se quedó sorprendido. Llegó sonriente y salió amargo. Fue ahí cuando tuiteó: ‘Me quedo con frustraciones...’.

Pero su salida estaba cantada, no logró tender puentes con el Legislativo y varios de sus ministros estaban de más o no dieron la talla en la terrible etapa que les tocó vivir. Martín, una vez más, demostró su pragmatismo sacrificando al amigo por un Cateriano mucho más político y con mayor peso para lidiar con una oposición legislativa que estaba demasiado chúcara.

PEDRO CATERIANO: El premier tiene como principal reto acelerar la reactivación económica y en eso podrá jugar en dupla con la ministra de Economía. A su vez, tender los frentes con los partidos del Congreso porque hasta sus enemigos naturales como el fujimorismo -por boca de Keiko- saludaron su designación. El sacrificio de Zeballos le servirá al mandatario para moverse mejor en apoyo a la lucha contra la pandemia, dejarle los enfrentamientos políticos a su premier, hombre al que le gusta ir al frente, pero también sabe concertar cuando le conviene.

Todo suena mejor, pero este Búho cree que un hecho empaña su elección: la designación de Martín Ruggiero, un ‘pulpín’, como ministro de Trabajo. El premier reconoce que fue suya la decisión y la defiende sosteniendo que: ‘Las guerras no se ganan con calvos y canosos. Somos un país mayoritariamente de jóvenes (...). Lo he designado por su competencia, no porque haya trabajado con él o sea mi amigo. Hay que darle la oportunidad siempre a los jóvenes. En eso apuesto yo’. Pero los cuestionamientos al nombramiento no van por el lado de su edad, 32 años, sino porque el flamante ministro no tiene la más mínima experiencia de trabajo en el sector público, solo en un estudio de abogados que asesora a empresas extranjeras. El tiempo y la actuación del ministro dirán si fue correcta su designación en el picante ministerio de la avenida Salaverry.

Pedro Cateriano juramentó como jefe del gabinete ministerial en el último año de Martín Vizcarra. (Foto: Presidencia)
Pedro Cateriano juramentó como jefe del gabinete ministerial en el último año de Martín Vizcarra. (Foto: Presidencia)

EL ÁNGEL DEL OXÍGENO: Mario Romero era un ángel y hoy está rodeado de otros ángeles en el Cielo. Falleció el pequeño empresario que dio una lección de desprendimiento, humanidad, solidaridad, justicia y honradez a los comerciantes del rubro de sanidad, infestado de ‘buitres’ y ‘pirañas’ de la salud, al ofertar a 15 soles el m3 de oxígeno cuando en otros negocios lo vendían a precios exhorbitantes.

Paradójicamente, el virus se la tenía jurada, porque gracias a sus precios accesibles centenares de pacientes fueron arrancados de la muerte. Esta pandemia ha permitido sacar lo mejor y también lo peor de los peruanos. Romero, ‘El ángel del oxígeno’, nos hizo abrigar la esperanza de que no todo podía ser lucro, ‘viveza criolla, raterías, sobreprecios, acaparación’ en negocios tan delicados. Nuestras condolencias a su familia, que también demostró desprendimiento y honestidad cuando devolvió las donaciones que recibió de ciudadanos de bien.

‘No necesitamos el dinero, si nos quieren ayudar, oren por él’. A pesar de que el país le dedicaba oraciones, su cuerpo no resistió y ese virus diabólico se lo llevó. Descanse en paz, ángel. La verdad es que las cifras de contagios siguen en aumento y hay algunos imprudentes que están pidiendo reabrir bares y discotecas. Increíble. Apago el televisor.

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