Este Búho sabía que el gran cantante venezolano José Luis Rodríguez, ‘El Puma’, sufría una grave enfermedad llamada ‘fibrosis pulmonar idiopática’, que hacía necesaria una de las operaciones más complicadas de la medicina actual, ‘el doble trasplante de pulmón’. Pese a ser un cantante millonario, estuvo mucho tiempo en la llamada ‘lista de espera’, una especie lujosa, pero que se asemeja a un corredor de la muerte para los convictos condenados a la pena capital. Porque al pasar el tiempo y no conseguir donantes, la muerte se acerca. Pero a José Luis le llegó una llamada salvadora que, aunque no lo crean, también pudo ser fatal. La operación, por más que saliera satisfactoria, no era suficiente. Las primeras setenta y dos horas después del trasplante eran cruciales. Si el cuerpo del paciente no resiste el órgano trasplantado, muere. Por eso, al estar en cuidados intensivos y que los médicos se arroparan en un mutismo sospechoso, se especuló que estaba agonizando. Más aún, si los medios de comunicación, afines a la dictadura de Nicolás Maduro, en una irresponsabilidad y maldad macabra, lo dieron por muerto e hicieron llorar a sus millones de seguidores en la patria de Bolívar.
Pero aquí no había una equivocación, ‘El Puma’, como muchos artistas emblemáticos de Venezuela, se han opuesto al gobierno dictatorial del comandante Hugo Chávez y después, de su impresentable ‘delfín’, Nicolás Maduro. Allí tenemos a Edgar Ramírez, actor ‘veneco’ que triunfa en Hollywood al igual que la gran María Conchita Alonso, Franco de Vita o las ex Miss Universo, Alicia Machado y Stefania Fernández. Pero no había que ser un sensible artista para darse cuenta que con Maduro la dictadura se endureció contra los opositores a los que encarceló y dejó la nación en ruinas, mientras sus sobrinos en aviones abastecidos con gasolina del Estado traficaban con cocaína hacia Estados Unidos. Justo ahora han sido condenados a 18 años de prisión en una cárcel de máxima seguridad norteamericana.
Este Búho viajó a Venezuela cuando gobernaba Hugo Chávez y vi que el principal problema en ese tiempo era la falta de libertad. Las hordas chavistas asaltaban y agredían a pedradas diarios, televisoras, periódicos opositores. Chávez regalaba cocinas, comestibles, licor en carros militares a los ‘pueblos jóvenes’ para que apoyen ‘su revolución’. Con Maduro la situación cambió.
Debido a ello, cientos de miles de ‘venecos’ han migrado a muchos países del orbe, incluido el Perú. Por eso vemos a miles de ellos vendiendo tizana, bombas, arepas o trabajando de mozos o dependientes en panaderías, comercios. Muchos de ellos profesionales o universitarios. Uno los ve contentos, pese a trabajar ambulatoriamente.
“Aquí el sueldo mínimo es tres veces más que en nuestro país. Además, hay medicinas, comida, papel higiénico y, sobre todo, libertad” me dice una guapísima vendedora de tizana, en un mercado de Surco. “Lo único malo es que algunos peruanos se pasan de atrevidos y nos hacen proposiciones indecentes, no son románticos”, me recalca. Bueno, en todos lados hay atorrantes, pero me consta que los ‘venecos’ se han ganado el cariño de los empleadores peruanos porque son ‘bien chambas’. Escribo esta columna escuchando algunas canciones emblemáticas de ‘El Puma’, porque este columnista es un irremediable romántico decadente.
Si me pidieran que les dé diez canciones clásicas del quien fuera el típico ‘macho’ latino, una versión tercermundista y llanera de Tom Jones, ídolo de las tías, como mi viejita, hinchas de las telenovelas venezolanas de finales de los setenta e inicios de los ochenta, me quedaría con este puñado de temas capaces de conmover a las piedras de la playa Cantolao: 1. ‘Voy a perder la cabeza por tu amor’ (1977). 2. ‘Será que estoy enamorado’ (1977). 3. ‘Por si volvieras’ (1978). 4. ‘Tendría que llorar por ti’ (1978). 5. ‘Amante eterna, amante mía’ (1978). 6. ‘Pavo real’ (1978). 7. ‘Te propongo separarnos’ (1982). 8. ‘Un toque de locura’ (1982). 9. ‘Ven’ (1983). 10. ‘Culpable soy yo’ (1983). No puedo negar que esas canciones las escuchaba mi viejita durante mi adolescencia y juventud, y se me quedaron grabadas. ‘El Puma’ demostró, enfrentándose a Maduro, que es más que un cantante, es un hombre comprometido también con su pueblo. ¡Fuerza, ‘Puma’! Apago el televisor.
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