A este Búho, desde niño, le gustó la cocina. Es que tenemos la suerte de ser herederos de una de las gastronomías más deliciosas y variadas del mundo. En nuestro país se conjugaron el ingenio y la creatividad del hombre peruano con la riquísima diversidad de insumos. Solo un ejemplo: De las cinco mil variedades de papa que hay en el planeta, tres mil son netamente peruanas. La papa, los ajíes limo y panca o el limón de Tumbes son esenciales para buena parte de nuestra culinaria. Nadie como mi viejita para preparar un ají de gallina con pan remojado, queso, papa arenosita, leche, ají amarillo y palillo, acompañado de sabrosas aceitunas negras, huevito sancochado y lechuga. Es un ‘vicio’ del que hasta hoy no he podido, ni deseo, librarme.
O un contundente arroz con pato sazonado con cerveza negra y chicha de jora, servido con salsa criolla. El escabeche de bonito, para comerlo frío en el desayuno con pan, es insuperable. La papa a la huancaína, el lomo saltado o un chupe de camarones son increíbles. Hablo de nuestra comida, porque hoy Mistura nuevamente abre sus puertas, esta vez en el Club Revólver, en un distrito tan tradicional e histórico como el Rímac. Mistura es considerada la feria gastronómica más importante de Latinoamérica y tal vez sea la más grande del mundo, como apuntó el Daily Mail de Inglaterra. El Trome de los ingleses. Los organizadores esperan que, en esta décima edición, sea visitada por al menos medio millón de personas, entre ellas miles de turistas. Su importancia es tan grande que se le reconoce como marca de peruanidad y por eso el Gobierno la calificó ‘de interés nacional’. Es que la gastronomía es el resultado de la cultura de un pueblo. Y Mistura aglutina a las distintas expresiones de la costa, sierra y selva. Nuestra cocina es importante para el desarrollo sostenible e inclusivo del país y para la reafirmación de nuestra identidad cultural. Como si fuera poco, promueve el turismo. Cada año llegan más extranjeros de Estados Unidos, Europa y Asia especialmente para hacer turismo gastronómico. En Mistura pueden comer un delicioso rocoto relleno de Arequipa, un riquísimo chinguirito chiclayano con yuca y zarandaja, un contundente y sabroso juane de la selva o un crujiente chancho al palo de Huaral, sin necesidad de moverse.
En la feria de este año, el tema central es la gastronomía artesanal, de pequeña escala, que rescata el sabor transmitido de generación en generación, de las abuelitas, y las técnicas ancestrales como el uso del batán. También participan las esforzadas madres de los comedores populares, como prueba de que la gastronomía nos une, iguala y hermana. Punto aparte merece El Gran Mercado, que reúne a más de 400 pequeños agricultores y ofrecerá lo más rico y variado de la biodiversidad y producción nacional. Si queremos novedad, en esta oportunidad se servirán platos nuevos como el rachi de lapas, los anticuchos amazónicos y el cebiche en salsa de maracuyá con ají charapita, así como platillos de comida fusión. Los peruanos, además, tenemos el privilegio de beber una de las mejores cervezas del mundo. Por eso, hay un sitio especial para la cerveza artesanal. Igual que el chocolate y el pisco. Llegar a Mistura es fácil y debe hacerse en familia, para que padres e hijos pasen juntos momentos maravillosos y los chicos vayan conociendo la enorme riqueza de nuestra cultura, para que la valoren, respeten y cuiden. Apago el televisor.
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