Este Búho nunca se cansará de hacerle homenajes a Augusto Polo Campos, leyenda viviente de la música peruana, que viene librando desde hace meses una batalla desigual contra la muerte. Este año volvió a agravarse su estado de salud, pero el compositor confía en ver nuevamente al Perú jugando otro Mundial, el de Rusia. Él, junto a dos grandes, Óscar Avilés y Arturo ‘Zambo’ Cavero, tuvieron una participación fundamental durante la clasificación para el Mundial de Argentina 1978. Ellos acompañaron a la selección, que eliminó primero a Chile, Ecuador y luego a Bolivia, para lograr un cupo a dicha cita mundialista. Un año antes, Polo Campos compuso ese himno a la peruanidad llamado ‘Contigo Perú’. El propio compositor me contó una anécdota durante una entrevista que le hice para un diario que yace en el cementerio de papel. “Días antes de jugarse las Eliminatorias en 1977, me convocó a Palacio de Gobierno el poderoso general Vinatea, brazo derecho del presidente Francisco Morales Bermúdez. ‘Don Polo, el país está convulsionado, hay mucha agitación política y esta división hace hasta peligrar la clasificación a manos del Chile de Pinochet. Necesitamos que escriba una canción que una a los peruanos, que les dé orgullo y, por supuesto, motive a nuestros seleccionados. -¿Y cuánto tiempo tengo para presentarla?-. ‘Máximo quince días, ni uno más’”, le dijo el milico como una orden a un recluta. El zambo salió y se fue a pedir un café al desaparecido ‘Haití’ de la Plaza de Armas. Mientras tomaba su café pensaba en la letra de la canción. Pasaron diez minutos y resuelto le pidió la cuenta al mozo y una boleta. En ese papelito, en cinco minutos, redactó la letra y a los quince minutos estaba de nuevo en la oficina de Vinatea, pero la secretaria le indicó que estaba ocupado con los dirigentes de los pescadores. Polo se metió al guerrazo. ‘¡General, ya tengo la canción!’. El militar, sorprendido, le respondió: ‘Bueno, cántela ahorita, quién mejor que estos hombres de pueblo para que den el veredicto’. El escritor cantó el tema a capella, con emoción: ‘Cuando despiertan mis ojos y veo. Que sigo viviendo Contigo Perú...’. Al finalizar la melodía, los recios pescadores aplaudieron a rabiar y hasta el general golpista tenía lágrimas en los ojos. Así nació el mítico ‘Contigo Perú’ que cantaron emocionados los seleccionados en el camarín del estadio Nacional de Santiago, en el entretiempo, cuando perdían uno a cero y con ello estaban siendo eliminados. Luego de entonarla, empatamos el partido con golazo de J.J. Muñante.
Está delicado de salud el inmenso Augusto Polo Campos. Una de las personalidades artísticas más admiradas y controvertidas. También un mujeriego impenitente. Fueron célebres sus romances con cantantes de la talla de Cecilia Bracamonte, su esposa y madre de su hija, a quien le dedicó esa ‘joyita’ que inmortalizara la recordada Lucha Reyes: ‘Regresa’. O la escultural guarachera de los 60, la carismática y admirada Lina Panchano, voz e imagen de la ‘Sonora Macedo’ y madre de su hijo, Marco Polo. El compositor las amaba a todas, como a ‘La reina de ébano’, la morocha ‘Zulú’, y por supuesto, también a Susy Díaz, madre de su hija Florcita. En total, tiene siete hijos con diferentes mujeres, pero esa vida sentimental exagerada escondía al extraordinario compositor que es el hombre que, sin haber estudiado música y -según él mismo- nunca haber leído una novela, escribió un puñado de las más hermosas canciones de la música peruana. Pese a ser capitán de la Policía de Investigaciones, comenzó su prolífica carrera como compositor con los ‘Troveros Criollos’, en la voz del entrañable ‘Carreta’ Jorge Pérez. Años después empieza a componer para ‘Los Morochucos’, y cosecha sus mayores éxitos a nivel nacional e internacional. Su tema ‘Cuando llora mi guitarra’ traspasó fronteras. “Esa canción la hice con Óscar Avilés, es un tema en homenaje a mi madre fallecida”. El compositor se enamoró de una reclusa famosa, la bellísima Eugenia Sessarego, del sonado ‘caso Banchero’. Polo la iba a visitar todos los domingos: ‘Es cierto, la iba a visitar y esperaba que ella salga de la capilla de la prisión para la hora de las visitas’. De allí salió ‘Cada domingo a las 12’. La vida del compositor era un torbellino. Su matrimonio con Cecilia Bracamonte acabó muy mal. “En la bajada de Los Baños de Barranco, comencé a escribir ‘Regresa’”. ‘Pero regresa, para llenar el vacío que dejaste al irte, regresa / regresa, aunque sea para despedirte, no dejes que muera, sin decirte adiós /Te estoy... buscandooo’. ¡Fuerza maestro!. Apago el televisor.
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