Este Búho nació de noche, pero no anoche. A pocos días de terminar el año me pongo a reflexionar sobre la triste y penosa situación que viven el expresidente Alejandro Toledo, encarcelado en una prisión de California (Estados Unidos), y su esposa, la controvertida Eliane Karp. Precisamente, por esta última, el Poder Judicial del Perú acaba de solicitarle a la Justicia norteamericana su ‘arresto provisorio’, pues la ‘Gringa’ tiene que responder por el presunto ‘lavado’ de 17 millones de dólares.
Que lo entiendan bien los politicastros de este país, manchados por la corrupción: el poder es efímero, la deshonra es grande. Las revelaciones que han dado los exejecutivos de la siniestra constructora brasileña Odebrecht, entre ellos Jorge Barata, han servido para desnudar la baja estofa de la mayoría de nuestra ‘clase política’, la cual se vendía por dinero sucio. Ingreso al ‘túnel del tiempo’.
Al poco tiempo de asumir la presidencia de la república, el mandato del ‘Cholo de Cabana’ se volvió impopular y repudiado. No estuvo exento de escándalos protagonizados por él mismo, como el ‘affaire’ con ‘Lady B’, una curvilínea agente de la Policía Nacional que prestaba seguridad en Palacio de Gobierno.
También tenemos sus excesos con el alcohol. ¡Quién no recuerda el ‘avión parrandero’ y sus trasnochadas con el guitarrista ‘Galleta’! También sus impresentables familiares, a los que en programas de televisión calificaban de ‘violadores y ladrones’. Sin embargo y a pesar de todo, terminó su régimen y cedió el poder a Alan García, en el 2006.
Pero antes, Toledo fue protagonista de un escándalo mayúsculo: su falso secuestro. En 1998, Eliane denunció que su ‘Cholo sano y sagrado’ había sido secuestrado y culpó a la mafia fujimontesinista de ese entonces. El tiempo pasó y la verdad salió a la luz. Toledo jamás fue plagiado. Se había metido una ‘encerrona’ con cinco mujeres en los hoteles ‘Queen’ y ‘Melody’. Había trago y hasta drogas, y a las mujeres que lo acompañaron les dio su tarjeta de crédito, la que ‘reventaron’ en una conocida farmacia de San Isidro. Sin duda, todo un personaje.
Años más tarde, cuando salió a la luz el escándalo mundial del caso Lava Jato en Brasil y Marcelo Odebrecht destapó los millonarios pagos de coimas en varios países, se supo que Toledo, como presidente, había recibido ¡20 millones de dólares por la Interoceánica Sur!
Tras las investigaciones, al ‘Cholo’ y a Eliane el Poder Judicial les dictó prisión preventiva, pero estos ya habían fugado a Estados Unidos. Las investigaciones continuaron y se supo que nuestro exmandatario primero había pedido un pago ilícito de 35 millones de dólares, pero los brasileños bajaron sus astronómicas pretensiones.
Es más, cuenta Barata que cuando se demoraban en depositarle sus verdes, Toledo lo llamaba y le increpaba: ‘¡Págame, carajo!’. Increíble, pero cierto. Hasta su amigo y socio Josef Maiman le dio la espalda. Aseguró que el dinero de Odebrecht se usó para crear la empresa ‘offshore’ Ecoteva y que a través de ella se pretendía darle legalidad al dinero cochino que recibió de los brasileños. No hay que olvidar que por este caso también está implicado su exjefe de seguridad ‘Avi’ Dan On.
Toledo nos vendió una imagen de un provinciano que salió de abajo y los peruanos le creímos. Pero su vida está llena de mentiras y una de ellas lo pinta de cuerpo entero. Juró y rejuró que el dinero de Ecoteva era de su suegra Eva Fernenbug y que la plata la había recibido por ser una víctima del holocausto nazi.
Un mitómano con todas sus letras. Hoy está a la espera de ser extraditado al Perú para que responda ante la justicia por todo lo malo que hizo. Decía ser un abanderado de la lucha contra la corrupción y al final se alió y hasta convivió con ella. Que este y otros casos nos sirvan de ejemplo. No votemos por votar, conozcamos muy bien a quienes desean dirigir los destinos del país. No nos vayamos a llevar otra desagradable sorpresa.
Apago el televisor.