Este Búho se permite reflexionar sobre la foto del momento en esta atípica campaña electoral entre Pedro Castillo, de Perú Libre, y Keiko Fujimori, de Fuerza Popular. La segunda vuelta de estas Elecciones Generales de Perú de 2021 es una confrontación entre los candidatos con mayor ‘antivoto’.
Como lo advierten los analistas, esta segunda vuelta está para cualquiera de los dos. Falta un mes exacto para ir a las urnas a definir el futuro de nuestro país. Este es mi análisis de lo que va hasta ahora.
EL MONSTRUO DE DOS CABEZAS
El responsable de que el profesor chotano se haya estancado en las encuestas y la ‘China’ acorte un poco las distancias tiene un nombre: Vladimir Cerrón. Todos saben que el exgobernador de Junín en dos oportunidades, quien fuera condenado por corrupción, es el poder detrás del trono en la candidatura de Perú Libre.
Diversos informes señalan que ha dejado hospitales y carreteras inconclusos en su región. El 2019 se atrevía a pedir más presupuesto cuando era máxima autoridad de Junín, pero el Ministerio de Economía demostró que había utilizado ¡¡apenas un 14.3 por ciento del dinero que se le asignó!!
La historia cuenta que Cerrón, ‘dueño’ de un partido con proyección en todas las regiones andinas y con una bien nutrida caja de caudales, quiso que su candidata fuera Verónika Mendoza. El matrimonio entre la ‘rosadita’ cusqueña y el médico educado en Cuba y confeso marxista-leninista estaba cantado, hasta que Cerrón agredió verbalmente a una periodista y tuvo condenables frases machistas.
Aparte, hubo presión mediática por la condena por corrupción, por recibir dinero de una minera. Por eso la ‘Vero’ lo abandonó. Desesperado, buscó un sustituto, Pedro Castillo, quien tuviera sus ‘quince minutos de fama’ -como definía Andy Warhol- en la huelga del Sutep del 2017, donde se había enfrentado a la poderosa dirigencia magisterial de Patria Roja con el apoyo del movimiento Conare y el Movadef, fachadas del senderismo.
A Pedro Castillo, que estaba ‘pateando latas’ en política, se le presentó la Virgen con el nombre de Cerrón. No solo lo colocó como candidato presidencial de su partido, le financió la campaña y hasta le compró ropa y zapatos. Pero sobre todo, le impuso el tristemente célebre ‘programa político’, el ideario que está en el Jurado Nacional de Elecciones, que es como un pliego de reclamos de un centro federado ‘ultra’ de la universidad. Castillo aceptó todo sin chistar. Por eso, para quienes conocen desde dentro el partido del lápiz, Cerrón se comportaría como un stalinista químicamente puro y hasta el candidato le tiembla. Verónika, al sellar su apoyo al partido del lápiz, se ha casado con el ‘lobo’, no con Castillo, sino con Cerrón, el verdadero titiritero del partido.
LAS ‘PECHADAS’ DE KEIKO
A la candidata naranja le está favoreciendo la estrategia de ‘pechar’ a Castillo, pues somos un país machista y muchos ven con buenos ojos que una mujer luche por la Presidencia y no se amilane ante su contrincante. ‘No te corras, Pedro’, ‘Ponte los pantalones’ puede sugerir, también, en buena parte de la población, que el chotano tiene miedo a debatir y ya no quiere más intercambios, algo que el electorado no perdonaría.
Si no que lo diga Renzo Reggiardo, que era líder y rehuyó el debate y el pueblo lo castigó eligiendo a Jorge Muñoz. Pero también quisiéramos oír una autocrítica sincera por los estropicios de su padre y de su bancada durante el gobierno de PPK, y la promesa -firmada en una hoja de ruta- de que si llega a la Presidencia, no va a ejercer presión ni defenestrará a los fiscales anticorrupción que la investigan. Lamentablemente para ella, su sola palabra no basta. Apago el televisor.
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