Del saque somos carnecita... He dormido como un bebé en una habitación de La Quinta, un hotel ubicado a menos de cinco minutos del aeropuerto de Miami. Tuve un sueño alucinante. Vi imágenes que golpeábamos en el Hard Rock. Si en el 2016 dimos el batacazo 1-0 ante Brasil con gol de Raúl Ruidíaz, por qué no ahora. Con esa empujada de mano del chato en Arizona pasamos a los cuartos de final. Tumbamos a un favorito, a un grande. En ese entonces tampoco veníamos bien y desde allí logramos una racha impresionante que nos llevó hasta Rusia 2018. Es paja, estoy loco, crazy, díganme lo que quieran y déjenme ser. La Blanquirroja es impredecible, cuando la damos por enterrada, saca la cabecita. Así que ponte las canilleras y manda buenas vibras. Sí, señores...
Bajo a tomar desayuno bien ‘acharlado’ por si me cruzo con un personal serio. ‘Juguete’ de naranja, tostadas, huevos revueltos y coffee con leche. Me limpio la boquita y hago sobremesa ‘escaneando’ el salón. Me da la pensadora. Piso tierra y me choco contra la pared. El sábado somos el invitado del campeón del mundo. Qué rico partido. Los guerreros, los soldados, los berracos de la vida están preparados para estos acontecimientos. Los actores chambean para que la gente llene los cines. Los peloteros para esta función. Aquí destacan los cracks, los de personalidad y huevos. Me importa un cacho a quién tengo al frente. Tú o yo. Cada pelota, dividida, corrida, gambeteada. Con Maradona los hemos hecho puré en su cancha en una Copa América. Fue 1-1 con Cedric Vásquez y con diez. La Bombonera tembló con ‘Cachito’, Chale, ‘Perico’ León y otros ‘monstruos’. Barbadillo, Uribe, Oblitas, Cueto y los otros malabaristas dejaron oliendo a guano ese estadio. Aquel 2-2 del 85 cuando Gareca hizo el empate con trampa. Sudaron frío, todos con su bolsa de Pampers. Esto es real y no una siesta ni bateada. Así es...
Mi brother Dante Arbildo me chatea y me dice que recoja un carro Volkswagen Beetle por el Aventura Mall, lo mejorcito de la ciudad. Tipo Jockey Plaza donde están las tiendas de alta gama y modelos A1. Me acompaña Pepe Fenco, un anfitrión del carajo. Hago hora, porque Lourdes Campaña, una chalaca del jirón Ayacucho del Callao, a la vuelta de las Caras de Atahualpa, me presiona para que la visite que acaba de llegar de Fort Lauderdale. Son siete años que no nos damos un besito en la mejilla ni cruzamos miradas. Tengo que acceder a su capricho, porque es un amor de persona. A la familia, a la Blanquirroja y a los amigos se les quiere. Y no va a ser...
Estoy roto. Un día superagitado. Tengo que descansar mis ocho horitas obligatoriamente. Hoy arriba mi bebé, mi adoración, mi hija mayor Carla, desde Baltimore. Es fanática de toda camiseta que lleva la franja roja cruzada en el pecho. También me cae Toño César desde Denver. No jodemos desde hace 25 años. Recién le dieron su residencia y vamos a llorar recordando las travesuras en el colegio San Antonio del Callao. Somos últimos en las Eliminatorias, no gustamos ni convencemos en la cancha y ese 3-5-2 nos saca canas, pero me vale. Hay que demostrar que es momentáneo, una casualidad y que somos punteros en actitud, garra, temperamento, actitud y testículos. Así que destapo mi camita y déjenme seguir soñando que nada cuesta. Ya visualizo goles... que sean de Perú, por favor... Me voy, soy fuga.
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