Gianluca Lapadula. (Foto: GEC)
Gianluca Lapadula. (Foto: GEC)

Del saque somos carnecita... A las 4:10 de la tarde llegué al Airbnb que rentamos en Kansas. Era un viaje de 7 horas, 44 minutos y lo hicimos en 15 horas. Con mi compinche de chilingue Jaime Mario Lature alquilamos un auto en el aeropuerto de Dallas por 131 ‘coquitos’ incluidos Tolls (peajes) y también impuestos. Más 60 de gasolina solo invertimos 191 ‘verdes’. Uno es recursero al ‘mango’ y nos ahorramos unas monedas. Por bus nos salía 150 dólares cada uno y en avión 590 por los dos.

La travesía demoró porque hicimos varias paradas para jatear ya que estábamos hechos puré. Las Gas Station fueron nuestros moteles o hoteles sin estrellas. Nuestro Waze fue Alan Ramírez, el fotógrafo de ‘Las Malcriadas’ y traviesas, quien hablaba y relataba sus historias para que el piloto no se durmiera. Lo recogimos a medianoche del ‘Okey Resto Bar’, de propiedad de un chimbotano. Era sábado y el ambiente simplemente sabroso.

Chamitas y colochas en disputa por la ‘Miss Aventura’ de la madrugada. Todas con la cintura de la mexicana Thalía, el derriere levantadito de Rocío Miranda y las ‘chichis’ de plástico. Fue una visita fugaz y luego agarramos la autopista 69. Sí, señores...

Tramos largos, sin voltear ni girar. Carteles con señales de ruta y salidas cada media milla. La carretera oscura ‘al mango’ y solo te guiabas por las luces del auto. La ‘Voz del fútbol’ a cada rato repetía que tenía hambre, que tenía sed, que quería ir al baño, que se le desconectaba el wifi. Qué chiquito para intenso. Hasta que nos desviamos y detuvimos en un minimarket.

De pronto, se estaciona una camioneta monster con unas llantas que llegaban al techo de nuestra nave. Baja un morocho de casi dos metros y se levanta el polo para que me gane con su ‘fierrazo’. Lo acompaña una chica de color de su mismo tamaño y miraba grueso. Y como soy podrido al mango, hice la de Michael Jackson y saqué la cola en una con la muchachada. Ya alucinaba que iban a sacar una escopeta y a disparar. Y como aquí sobran los locos, di unos pasitos para atrás. La precaución y prevención también es de inteligentes. Muchos curiosos y atrevidos no la contaron.

Después tocamos los amores y desamores. Nuestro gráfico es una biblia del espectáculo y pelotita. Fácil más temporadas que el ‘Señor de los Cielos’ y ‘Breaking Bad’ en Netflix. Casi 33 años de relato. Ayayayayyyyy...

El cuerpo ni los ojos resistían más. Buscamos un lugar caleta y apagamos el motor. Roncamos un rato y otra vez a manejar. No prendimos la musiquita ni cantor, porque la charla estaba superinteresante. Pasamos Oklahoma, tierra de museos de arte, ciencia y tornado, también Pittsburgh, ciudad que dio vida a la película ‘Cars’, donde el protagonista principal fue el ‘Rayo McQueen’.

Da tiempo para tocar varios temas, pero en el principal que es la selección no profundizamos. Solo queremos seguir en carrera y clasificar como sea. Y de eso no se trata. El objetivo es el Mundial. Para eso necesitamos armar el mejor once. Y la búsqueda no será sencilla. Pero también está la presión de no perder y ser competitvos. La afición no está preparada para el mediano y largo plazo. Por eso todo se dificulta.

Es positiva la dinámica de resultados y mañana no podemos perder contra Canadá. La he visto en dos partidos ante el subcampeón y campeón del mundo y dará pelea. Incluso, apuesto a que saldrá a proponer. Si vamos al choque nos irá mal, porque esos toman leche desde la barriga.

Si intentamos correr a su ritmo, a los 70 minutos ya estamos sin batería. El balón al ras del piso, que ruede y que los livianitos Quispe y Flores encaren cerca del área rival y no en su cancha. Y no va a ser...

Tomamos la interestatal 49 para el último tramo y chapar ducha y llenar nuestra barriguita. Mi causa nos prepara un pollito a la plancha, su huevos montados con arrocito y su jugazo de naranja. Su respectivo chanchito y a recuperar fuerzas. Esa que necesitan el ‘Nono’ y sus nietos. El ‘fuerte’ de esos blancos son las bandas. Y por siaca, no son ‘cheese tris’. La zaga que mantenga el nivel y que los extremos se deshuesen. Los volantes centrales que estén finos en salida, esa es la clave. Que Lapadula sea alimentado por cualquiera, pero que le llegue con ventaja y no lo manden solito al bombo, con un tenedor descartable a la guerra.

Nuestro camino a Kansas fue largo. El de la ‘Blanquirroja’ es corto. Quedan dos paradas para clasificar. Todo es posible. Así es... Me voy, soy fuga.

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