Del saque somos carnecita... Una cosa es ser grande y otra agrandado. ¿Colombia? siempre estuvo en el segundo o tercer piso futbolístico de Sudamérica como nosotros. No son la ‘Naranja mecánica’, porque apenas llegan al ‘Plátano eléctrico’. Los exjugadores, mundialistas y periodistas cafeteros levantan a su seleccionado como si fuesen imbatibles y nos miran muy por debajo del hombro. En las Eliminatorias más duras del mundo, no hay que creérsela. En un torneo de 18 fechas, de ida y revanchas, lo que cuenta y vale son los números finales. Es resistencia y no velocidad. Así que cuidado que derribamos esa pared, la frase célebre de Ángel Di María, un crack que ganó todo y habló en la cancha. Sí, señores...
El presente frente a la historia. Tienen un cuarto de final en el Mundial de Brasil (2014) y Perú en 1970. Levantaron una Copa América (2001) y la blanquirroja dos veces: (1939 y 1975). Teófilo Cubillas fue más que el ‘Pibe’ Valderrama y Claudio Pizarro tuvo 20 años de vigencia en Europa. Radamel un ratito en Atlético Madrid y se diluyó. Lo mismo ocurrió con James en el Real Madrid. Solo le queda Luis Díaz, quien lleva año y medio en el Liverpool. Tampoco es que son una máquina creando monstruos. Así es...
La actualidad y el pasado no se calzan ni amarran los chimpunes. Tampoco impiden ni meten goles. Las estadísticas son números para recrear. Para llevar agua a tu molino o destruir. Los partidos se juegan, se sudan, se trabajan, se gestionan. La lengua sirve para ser venenosa, para sumar, ayudar y hacer otras cositas, pero no para endosarte un walk over o un vale para un ‘hat trick’. Así que es verdad que vienen con una racha impresionante de resultados, que están dando la tecla en el colectivo, pero esto es fútbol y hay muchos matices que pueden suceder en 95 minutos. Y no va a ser...
¿Colombia? las novelas de García Márquez. También su refrán: ‘El riesgo es que te quedes’, por sus mujeres hermosas, voluptuosas y que con su dejo te derriten. Y si quieren, las series de Pablo Escobar, donde muestran que en décadas pasadas eran capos ‘pasando merca’ y poniendo bombas en aviones y tribunales. El equipo de Néstor Lorenzo es de carne y hueso. Con virtudes y falencias. No voy a negar que hay dudas para esta noche, pero desde las 8:30 me pongo la gloriosa. En los guantes de Gallese, en los huevos de Advíncula, en la clase y guapeza de Zambrano, en las ‘mordidas’ y equilibrio de Tapia, en la jerarquía de Lapadula y en los corazones de todos los convocados están nuestras chances. El resto son palabras, informes, artículos y humo. Vamos Perú, carajo... Me voy, soy fuga.
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