Del saque somos carnecita... Hace años no gritaba un gol con tanta emoción, con los ojos reventados y la garganta afónica. Estoy en teletrabajo por descanso médico y todo mi edificio escuchó mi ensalada de lisuras en el minuto 88′. Desfogué como nunca. Me liberé de esa bronca por tanta mala suerte. Ahora seguimos vivos y queda la segunda rueda para guerrear.
Las divididas, las carretillas, los balonazos arriba, los frentazos, carajeada, guapeada, rascadas y la victoria fueron nuestras y con un equipo ‘parchado’ y ‘parchador’. Le rompimos el hocico a una estrella del Real Madrid y secamos al goleador del Liverpool de la Premier League. Fue 1-0 a Uruguay y con su propia dosis. La raza no fue Celeste. Fue ROJIBLANCA. No hay peruano cobarde. Qué manera de sufrir. Estamos destinados a quemar cerebro, a cruzar los dedos, a implorarle al BRAVO que no nos abandone.}
Lo de ayer fue de película y con un final feliz. Dios quiera que sea el inicio de la gran remontada. Sí, señores...
El plan defensivo estuvo perfecto, impecable, implacable. Carlos Zambrano no tiene testículos, sino dos sandías. Y su liderazgo y actitud contagia. A Miguel Araujo y Luis Abram tranquilamente les pongo 9 puntos. No tuvieron un error en la marca. Impasables por arriba y abajo. Y sobre todo me llenaron porque se graduaron de machos ante una selección poderosa. Contener a esos toros no es sencillo y lo hicieron con anticipación, decisión, calidad y huevos. Los tres zagueros tiempistas. Atacando los espacios y cubriendo diagonales y coberturas. Allí empezamos a competir. Luego tenía que presentarse una ocasión y vacunamos. Así es...
Tengo que mencionar a Jesús Castillo. En una zona central donde abundaba el músculo se disfrazó de José Velásquez. Ayer se reencarnó en el mundialista y fue el Patrón del Nacional. Imponente y se tomó un jugo de naranja con Valverde, Nández y todos los que se cruzaron en su camino. En una alineación de terror e improvisación en la previa, puso el calmante en las tribunas y los que estaban sentados frente a sus televisores. Pisó como cucarachas a todos. Y con corazón helado tocó los balones.
Tampoco voy a olvidarme de Sergio Peña. Anda más suelto, conchudo, cara de palo. Va ganando confianza y suma con su trajín. A veces peca con una de más, pero lo intenta, se atreve. Tiene que afinar algunas cositas y se hará imprescindible. Cuando no es, se le dice. Cuando destaca, se lo menciono. Y no va a ser...
La neta que Pedro Gallese no tuvo chamba. Transmite demasiada seguridad y se la pasó ordenando como corresponde. Andy Polo ligerito y tuvo ratos en que era el de la ‘U’. Desbordó con frescura y se metió un par de diagonales. Alexander Callens cumplió en un puesto nuevo. El chalaco vació la batería y lo cambiaron. El blanco Oliver Sonne tiene ángel. No desentona. Se paró en el medio y no se achicó. Es técnico y relajado. No se hace paltas donde lo ubiquen. La gente lo quiere y aplaude. Y eso que comenzó medio perdido. Luego demostró porqué le dieron la boleta. Curuju...
Edison Flores y Alex Valera batallaron. Chocaron, presionaron, incomodaron, una mosca en la oreja para los charruás. Piero Quispe pagó la entrada con el centro preciso y habilitación para el gol triunfal. Bryan Reyna dio aire y velocidad. Mi sobrino Jean Piere Archimbaud parece que tiene 100 partidos con la blanquirroja, se hace sentir, la tira larga y está en el chocolate.
El debutante Ramos fijo que ha dormido como un bebé por su estreno. No se puede reprochar ni mela. Entregaron todo en un momento jodido que pudo costar la eliminación. No toca hablar del planteamiento ni de nuestras limitaciones ofensivas y creativas. Disfruten, celebren, que solo es por 24 horas. Viene Brasil y otra vez a la realidad. Vamos partido a partido... Me voy, soy fuga.
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