Del saque somos carnecita... Todos mis lectores saben que soy rosado al mango. Y a los chalacos no nos gusta que nos agarren de sonsos. Ya dan por descontado que le pintan la cara al Boys en el ‘Monumental’. Nadie es más vivo que nadie, dice el argot callejero. Y menos en una cancha. Los goles se meten con los chimpunes, el muslo, la cabecita, pantorrilla, potito o espalda. No con la boca.
Sanguinetti y compañía hagan que esos agrandados se muerdan la lengua. Si van a mirar, les hacen la fiesta. Si marcan con agresividad y son inteligentes se arma el bolondrón. Lo de Gimnasia y Goiás es purita casualidad. Así que dejen la piel. Pellejo con hueso. Sí, señores...
Me pasan la voz que el ‘10′ que se fue del fútbol habló con el gerente deportivo de su club y le dijo que le renueven al ‘Rey de los bloopers’, y que no se preocupara del sueldo, que él iba a pagarlo de su bolsillo. El dirigente no le hizo caso y simplemente esperó que llame el delantero para comunicarle que no lo querían más en el plantel. La neta que no era la forma porque el morocho firmó para jugar en Segunda y la rompió en la Liga 1 donde campeonaron. Los clubes no son malagradecidos, sino la gente que los maneja. Asu mare...
Dizque unos hinchas del Rímac, ni bien se enteraron que se casaba el número one de la institución, cayeron al matrimonio y empezaron a insultarlo. Tuvieron que llamar a la Policía para que boten a los malcriados y el problema no llegue a más. Ya los tienen identificados y les han presentado denuncia. Qué palta...
Hay un run run que sigue el romance entre el arquero al que acusaron de echarse en la Liga 2 y una tía cantante de cumbia. Como ya se dieron cuenta de cuál es su ‘nidito de amor’, ahora se juntan en un ‘telito’ de Ingeniería. Aseguran que nadie puede creer que entran a un cuarto que no pasa de las 50 maracas, pero lo hacen porque así despistan a los ‘zapatos rotos’. Y no va a ser...
El ‘DrogbA de los pobres’ está ganando más que en sus tiempos de jugador. Se mete al drilo cerca de una luca chola semanal. Y todo porque es árbitro de campeonatos internos de fulbito. La última vez, en ‘El Agucho’, un chamaco le fue a reclamar mal y el zambo lo mandó al piso. Noooooo... Me voy, soy fuga.
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