Del saque somos carnecita... Son 95 o 100 minutos para demostrar de qué estamos hechos. La raza, valentía y fibra tienen que trascender en la adversidad. Argentina no es un cuco ni once extraterrestres. Y la mejor prueba es cómo los uruguayos los agarraron a patadas y buen fútbol en La Bombonera por las Eliminatorias. Full rascada y de contragolpe los liquidaron. Fue 2-0 y con huevos grandazos.
Manuel Ugarte le gritó pepa a pepa a De Paul: ‘Chupa cuet... de Messi’. Y encima, se lo quería comer sin tenedor. Esa es la actitud. Durante hora y media cara de perro. Nada que le meto un carretillón y pedimos disculpas o damos la mano o hacemos puñitos. Eso para los sanos. La sangre que hierva, pero la cabeza fría. Las pulsaciones que no te bloqueen. Vamos por el campeón del mundo. Sí, señores...
El jueves fue aceleradísimo. Ya estaba camino a hacer la ‘tutú’ y me entra una llamada al ‘wasap’. Era mi brother Miguel Yupanqui, el pelado, para avisarme que ya está instalado en el ‘Best Western Plus’ en Hollywood Aventura. Me come el coco y me mudo a su hotel. Para variar, cruzabas la pista y estabas en The Cheetah, un night club de striptease. Y como somos recontradébiles nos internamos con Pepito Fenco, tremendo anfitrión. Un vacilón de aquellos.
Nos paramos los tres en la barra, porque sentarse en una mesa ya era monto. Dos chelas y un agua mineral para mí. Hartas cubanas, colochas y venecas. Se te acercaban, todas muy cariñosas, amables, coquetas, pero hay un detalle: un bailecito 25 cocos, un besito en la mejilla 80 y lo otro de 300 hasta 700. Una hermosura se acercó y preguntó: “¿Quién es la bomba?”, que en criollo es el de las monedas. Fue el reviente y mi batería contesta: “A mí me gustan los hombres”. Yo la pegué de sanazo e ingenuo y la muchacha se arrancó. Unas quince chicas nos pulsearon y perdieron por goleada. Hasta que una no se aguantó: “Peruanos a la madre, qué duros”. El despelote se armó, porque no parábamos de reírnos.
Los dólares volaban en el aire y nosotros no gastamos más de 30 cocos en dos horitas. Después de ver que bailaban desnudas en el tubo e imágenes ‘superrománticas’, emprendimos la fuga a otro local que es el segundo top de la ciudad. Y no va ser...
Caímos al Scarlett’s Cabaret, que es fichazo. Se los recomiendo si la billetera está gruesa. Rusas, ucranianas, italianas, portorras, de todos lados de Europa. Brasileñas y muchas latinas. Es casi la perfección. Muñecas, rostros y cuerpos alucinantes. Si van a Lima, arrasan en la tele. Una delicia para los ojos. Eso sí, estas eran volteadoras netas. Estaba de espaldas y una sacó marca a mi reloj Patek Philippe valorizado en 150 mil euros y le comenta a su amiga: “Allí es”. Lo que no se dio cuenta es que es una réplica de 800 cocos.
Mi cartera Louis Vuitton sí es original, pero es un chancay de cinco céntimos por cómo estaban dibujados algunos ‘manes’. Un moreno tenía como 200 mil verdes en achote en el cuello. Había un tío que a las bailarinas les tiraba billetes de 20 pesos. Yo quería recogerlos. Escaneé cada rincón y gente muy dura, dura. O sea millonaria, fuerte. Esos se gastan 20 o 30 mil por noche. Casi todas superaban mi metro ochenta. Ojos azules, verdes, celestes y hasta violetas. Qué desestrés. Lo único que al final me fui a abrazar fue mi almohada en la cuna y a roncar. Pero lo vivido y divertido no me lo quita nadie. Así es...
La metáfora es que con dinero puedes conseguir lo que te gusta, pero no los triunfos, las victorias y hazañas. Para eso se necesita de tu esfuerzo y convicción. Aquí no interesa si un feíto o guapo mete goles. O un tacaño o mano abierta. Acá lo que se necesita es la unión de un grupo y el plus que pongan.
Argentina es el favorito y no me impresiona como esos mujerones que conocí, porque lo más importante es lo que tú quieres. Gallese, Zambrano, Lapadula y los demás están acostumbrados a chocar con ‘estrellas’ y ya saben cómo se tienen que plantar. De ustedes depende que no nos pasen por encima y que incendiemos la Copa América. Vamos, calienten, esta noche jugamos todos. Sí, se puede... Me voy, soy fuga.
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