Del saque somos carnecita... Brasil aterriza hoy, a las 5:50 de la tarde, a Lima. Dejemos de ser los sonsitos de Sudamérica. Nada de selfies ni patería en el aeropuerto ni en el ‘Hilton’ porque hay algunos tarados que rinden pleitesías a los extranjeros. Yo no le pido autógrafo ni al Papa. Solo doblo mis rodillas ante Dios. Esos, desde que bajan a la aduana, pasan por Migraciones y salen a la calle deben sentir que son visitantes. Pongamos cara de malos. Cuando vayan con el bus a su hotel que suenen las bocinas de los carros y que sientan que los vamos a joder a forro. Todo vale. Es una Clasificatoria. Es cierto que en la cancha eso no importa, pero saquémoslos de sus casillas con lo que sea. Violencia, no. Hincharles las pelotas, sí. Usen la imaginación. Ayayayay...

Escucho declaraciones, comentarios, que piden mesura que viene el pentacampeón, el ‘Scratch’, el líder. Basta de esa mentalidad que te pone un freno de mano. Hay que meternos el chip que podemos guerrear, competir, ganar, pero con responsabilidad. Si salimos traumados pensando en Neymar y compañía, estamos perdidos. Si encaramos el partido con inteligencia, actitud, orden y coraje, se la vamos a poner difícil. Vino Argentina y nosotros sin ser nada del otro mundo y regalando un tiempo, le paramos el macho a sus estrellas. Solo nos ganó Chile en el Nacional, porque nuestro entrenador estaba pensando en la dieta que le ordenó su nutricionista. Así es...

Por siaca, la afición se ilusiona con lo de Paraguay. Yo no. A mí me convencen con juego sostenido. Estoy cansando de los biruteros. Esos que de 40 partidos hacen uno bueno. Quiero creerles. Para eso tienen otra oportunidad el martes. Es el mejor rival, un supertermómetro. Es la ocasión perfecta para que cada uno sepa en qué nivel se encuentra. La previa analizas a monstruos, planteamientos, tácticas, pero en el ruedo es donde se resuelve. Messi, Pelé, Maradona, Cruyff han sido ‘secados’, anulados en 90 minutos, porque no son robots. Por qué vamos a estar muñequeados con Gabriel Jesús, Coutinho y ‘Ney’. Muchachos, hay que inducirlos al error, al miedo. Todas vayamos como si fuese la última pelota. Nada que son rápidos, hábiles, tienen dos salidas, eso es teoría porque un tabazo bien dado duele o te saca en camilla. El codo bien puesto, no un codazo, te zamaquea. Este no es un choque cualquiera. Puede ser el punto de partida. Y no va a ser... Me voy, soy fuga.

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