Del saque somos carnecita... El Real Madrid clasificó a la final de la Champions y lo curioso es que siempre se hablan de cosas extradeportivas. Nunca de su juego. La realidad es que es el mejor equipo del mundo para aprovechar los regalos de los rivales y árbitros. Te mata. Te destroza. Te hace añicos. Te evapora. Es efectivo al mango. Tiene jugadores de jerarquía, decisivos y de categoría que no les tiemblan las piernas. Cuando se pierde goles Cristiano Ronaldo, aparece Keylor Navas para salvarlos en su arco. Lo eliminó al Bayern y eso es lo que vale. Rafinha hizo la del ‘Chavo’ en Múnich y ayer el golero Ulreich en Madrid. Eso no es todo. Le cobraron a favor un penal que no existió ante la Juventus en la última jugada y no le pitan una manazo en el área a Marcelo en la vuelta. Y para mí, Sergio Ramos le comete dos penales a Robert Lewandowski. Pero esos errores, no les compete a ellos. Sí, señores...
Y algo más, los alemanes se quedaron llorando, tirados en el piso y moviendo la cabeza porque no entienden cómo un equipo al que bailaron en 180 minutos, los dejó en el camino. Yo hasta ahora tampoco le encuentro explicación cómo el Real le ganó dos finales increíbles al Atlético. En el 2015-2016, empata con gol de cabeza de Ramos a los 94’ y en el suplementario lo pasó por encima por físico y banca. En la del 2016-2017, se define por la ruleta rusa, pero en el tiempo reglamentario que acabó 1-1, Antoine Griezmann erró desde los 12 pasos. ¿Suerte, leche, fortuna? Cada uno tiene su propia opinión. Sus hinchas argumentarán que la historia, el peso de la camiseta, la casta de campeón y sus estrellas. Los resultados le dan la razón. El fútbol no. Y hoy Liverpool debe asegurar su clasificación a Kiev. No creo en la remontada de la Roma. Así es...
Ya me contaron que ‘Acasexo’ estuvo a punto de volver con su ‘patrona’. Después de años, ya estaban casi reconciliados, pero puso los ojos en una treintona de Las Torres de Santa Rosa, que lo miraba cuando estaba ganado. Fue con todo, se mandó, pero rebotó recontramal y encima, la madurita encargó de hacerle llegar a la madre de los chicos que la estaba ‘correteando’ y se acabaron las posibilidades de volver. Nooooo... Me voy, soy fuga.
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